viernes, 30 de enero de 2015

Las tabletas electrónicas y el sueño

El sueño es vital en niños y mayores para llevar una vida normal. En los niños es importante porque están en pleno desarrollo. En ambos interfiere en los niveles de ansiedad, en la capacidad de atención, en la relación con los demás, en el estado de ánimo etc. Por todo ello no me he resistido ha incorporar al blog esta breve nota de la Revista Española de Neurología. Ahí va :

"La luz emitida por una tableta electrónica puede alterar el sueño si el dispositivo se usa en las horas previas a acostarse, según un nuevo estudio. También las personas que en esos momentos leían en un dispositivo electrónico se sentían menos somnolientas y necesitaron más tiempo para dormirse que las que leían en un libro impreso normal.

En el estudio, 12 adultos jóvenes leyeron unas cuatro horas antes de acostarse durante cinco noches consecutivas, con una luz muy tenue en la habitación. La mitad leyeron libros electrónicos y el resto, libros impresos. Luego pasaron otras cinco noches leyendo, pero intercambiando los papeles. Los participantes que leyeron un libro electrónico necesitaron más tiempo (unos 10 minutos) para dormirse que los que leyeron los libros impresos. Evaluaron que sentían menos sueño. Cuando se durmieron, pasaron menos tiempo durmiendo en la fase REM, caracterizada por un sueño profundo y restaurador.

La sangre extraída a los participantes reveló que usar un dispositivo electrónico retrasó el aumento natural nocturno de los niveles de melatonina en más de una hora y media, en comparación con los que leyeron un libro impreso. Con las medidas se llegó a la conclusión que las pantallas electrónicas emiten dosis altas de luz con una longitud de onda azul que, según investigaciones previas, suprime la melatonina y aumenta el nivel de alerta. Sucede lo mismo con aparatos similares: ordenadores portátiles, teléfonos móviles, monitores LED y otros dispositivos electrónicos."

José Antonio de la Hoz

Fuente: Revista de Neurología 

lunes, 26 de enero de 2015

Segunda evaluación: un plan concreto para superar las malas notas de tu hijo

La mejor forma de resolver un problema es buscar las causas y actuar sobre ellas. Algunas dan lugar a la mayor parte de los efectos y otras tienen poca relevancia. El  inconveniente viene cuando actuamos solo sobre los efectos de un problema y nos olvidamos de su origen, eternizando la situación.

El ocho de enero comenzó la segunda evaluación que finalizará en marzo. Unos alumnos la comienzan habiendo superado con más o menos éxito la primera cita con los exámenes. Otros arrastran uno, dos o más suspensos. Unos están matriculados en un curso de Primaria y otros de Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional.

Todas las asignaturas tienen su importancia pero a la hora de afrontar el fracaso escolar de un hijo, no tiene la misma repercusión el suspenso en una asignatura que exige fundamentalmente memoria, como Ciencias sociales, que otra en la que prima el razonamiento abstracto y la comprensión, como es el caso de las matemáticas.

Tampoco es lo mismo suspender por primera vez matemáticas que arrastrar el fracaso en esta asignatura desde cursos anteriores.

Para superar un suspenso puntual en matemáticas, lengua y literatura o idioma puede ser necesario un profesor de apoyo o más dedicación de los padres, si alguno de ellos domina la materia. Si no es la primera vez que suspende hay que ver qué contenidos de cursos anteriores no maneja y son necesarios para comprender los que está estudiando ahora. Esto tendría que haberse prevenido desde principio de curso, pero en la segunda evaluación quizás se esté a tiempo. Habrá que atenerse al caso concreto del niño, pero si consideramos que el problema es solo de comprensión y asimilación de conocimientos haría falta una hora diaria de dedicación a esta asignatura, de lunes a viernes o sábado,  con profesor de apoyo y controlando lo que le explican cada día; mejor bajo las directrices de un pedagogo y/o cumpliendo las indicaciones del profesor que imparte la materia.

Tampoco es igual un suspenso en los primeros cursos de primaria que en la ESO o el Bachillerato. En primaria estamos poniendo los cimientos sobre los que se apoyarán los resultados de la ESO y el Bachillerato. Cuando son mayores es más complejo todo, también las decisiones  a tomar.

Lo anterior son algunos consejos rápidos y muy resumidos a tener en cuenta  con los hijos. Respecto a los padres, habría que analizar lo siguiente:

  1.  ¿Hay conflictividad en la pareja? ¿Trasciende a los hijos?
  2. ¿Usan frases humillantes con los hijos los dos padres o alguno de ellos? Si cuando mi hijo pequeño comete un fallo le digo que “es tonto” se lo creerá, dañaré su autoestima y contará con una dificultad añadida para superar los exámenes y cualquier tarea. Es mejor usar expresiones del tipo “no entiendo cómo has hecho esto así si tú eres capaz de hacerlo mejor”.
  3. ¿Actúan los dos padres al unísono o va cada uno por su lado? ¿Algún cónyuge critica, desautoriza o desmerece al otro en conversaciones con los hijos? ¿Le damos la razón, sin más, a nuestros hijos cuando achacan su falta de rendimiento a los profesores o al colegio?
  4. ¿Han exigido los padres un horario de trabajo personal a los hijos desde pequeños? ¿Han sido constantes en esa exigencia hasta convertirla en hábito?
  5. ¿Han sido receptivos cuando los hijos les han manifestado dudas en alguna asignatura?
  6. ¿Está alguno de los padres en casa cuando los hijos vuelven del colegio? ¿Hay un horario de trabajo para todos los miembros de la familia, del que está excluido la televisión, las videoconsolas o cualquier otra distracción?
  7. En los primeros cursos de primaria ¿trabajan los padres, con constancia, la adquisición de conocimientos matemáticos y lingüísticos?
  8. ¿Van los padres a tutoría el primer mes de curso para ver cómo van sus hijos? ¿Acuerdan con los profesores un plan de actuación y lo cumplen?
  9. ¿Trabajan los padres la voluntad de los hijos diciendo “no” a los caprichos en todos los ámbitos: regalos, comida, bebida, ropa…? ¿Tienen los hijos encargos en casa? ¿Hay normas y límites claros en casa? ¿Se exigen con constancia por los dos cónyuges?
  10. ¿Quieren los padres a los hijos tal como son, sin renunciar a su mejora personal? ¿Hay manifestaciones de cariño frecuentes de los padres con los hijos? ¿Se evitan las comparaciones entre hermanos o con terceros?

Seguro que podríamos hacer algunas preguntas al centro escolar y al profesorado, pero estoy de acuerdo con una frase que oí  en una ocasión a un excelente profesor y que dice así: “No suspende nadie que se haya preparado un examen  para sacar un sobresaliente. En el peor de los casos se quedará en un notable”

Hay causas del fracaso escolar sobre las que es difícil actuar y por eso las obvio en esta entrada. Me refiero a la idoneidad de las leyes educativas, al entorno social del niño o a su genética.

Como siempre, para que nuestros hijos mejoren  hay que concretar  un plan, consensuado por los dos cónyuges con el  tutor del niño. Mejor si está desglosado y supervisado por  semanas.

Termino, como siempre, con una frase. En este caso de Fernando Alberca:

“Una motivación basada en la verdad, en la mesura, en evitar la sobreprotección. Centrada en enseñarle a hacer lo que puede aprender a hacer. Esperar a que lo haga. Confiar en que lo hará bien con práctica. Que lo note porque lo creamos de verdad. Que sepa que nosotros no escribimos por él, sino que le compramos el lápiz y les enseñamos las letras. Que nos sentimos muy orgullosos cuando hace algo difícil, maduro. Y que sabe que igual que puede aprender a salvar los obstáculos de hacerse la cama, poner la mesa, ceder la mejor parte, también logrará cuanto se proponga."

José Antonio de la Hoz



jueves, 22 de enero de 2015

Observaciones de un joven psiquiatra a los padres de hoy

Luis Gutiérrez es un joven psiquiatra que es nieto, hijo y sobrino de ilustres psiquiatras. Hace unos años le pedí los artículos que había publicado en prensa para insertarlos en mi blog. Los motivos son muy sencillos:son útiles, en ellos habla desde la experiencia diaria de ver a pacientes- cada uno con su problemática más o menos grave- que le cuentan su intimidad, esa que podemos esconder incluso a las personas más cercanas. Otro motivo es su estilo directo, no se anda con eufemismos y, por último, sabe usar la ironía y el sentido del humor. Esto último contribuye a una lectura agradecida de sus artículos.

Hace años que publicó los párrafos que hoy traigo a mi blog. En aquella época no tenía ningún hijo y ahora tiene unos cuantos/as. Sigue siendo hincha del Atlético de Madrid, pero  desde la llegada del Cholo Simeone - no estaba cuando escribió lo que vais a leer- ya no es el "Pupas". En ese momento no había crisis económica y ahora si y fuerte. En aquella ocasión era un joven psiquiatra recién estrenado y actualmente sigue siendo joven pero ha puesto en marcha varias iniciativas y da conferencias por todo el territorio español. 

El publicó este escrito con el título "Por qué los padres educan tan mal a los hijos" y sin más preámbulos ahí va, sin tocar ni una coma:


"Espero que me permitan el atrevimiento de escribir acerca de un tema tan espinoso como el de la educación cuando no tengo ningún hijo. Entiendo que en casi todos los temas la teoría suele ser más sencilla que la práctica pero creo que en este asunto concreto todavía lo es más. Dicho lo cual me propongo exponer una idea base, que lógicamente precisaría mayor desarrollo.

Para empezar creo que es imposible entender la situación pedagógica actual sin atender a la bajada de la natalidad. Los padres cada vez tienen menos hijos y eso limita las posibilidades de éxito. Con tan pocos hijos que uno de ellos te salga rana es un error imperdonable que uno no se puede permitir. El que uno de ellos no sea universitario se convierte en una frustración y así conseguimos llegar a la situación actual en la que la Universidad está llena de universitarios frustrados. Desde que son tiernos bebes, padres y madres acarician deseos de grandeza hacia su pequeño vástago. Como por ejemplo: “ojalá que sea notario”, “esperemos que de con un buen partido”, etc. Pero pocas veces se plantean algo tan sencillo como: “confiemos en que el día de mañana sea feliz y una buena persona”.

Los padres parece que gobiernan bajo una sola idea madre: “lo importante es que no sufra, que no lo pase mal, no vaya a ser que se sienta frustrado en su más tierna infancia y eso le marque irremediablemente para el resto de su vida”.

Amparados bajo la manida y estúpida frase de: intento darles todo aquello que yo no he podido tener se labra una personalidad sobreprotegida. El niño se acostumbra a que sus deseos se vean cumplidos en un abrir y cerrar de ojos y eso además de crear una serie de hábitos que luego tienen difícil solución, siembra el campo para que florezca una voluntad virgen, desacostumbrada a tener que esforzarse para conseguir las cosas. Los padres en vez de poner límites se dedican a financiar futuros vicios.

De esta forma el querido hijo pasa muchos años de vida hasta encontrarse con alguien que le lleve la contraria. Con frecuencia esto solía suceder en el colegio pero ahora las cosas han cambiado. Hace no muchos años padres y profesores formaban un frente común rígido y sin fisuras. Pero ahora los aliados son otros, con relativa frecuencia hijos y padres son partes de un mismo ser y el profesor se convierte en el enemigo a batir. Sorprende comprobar como los padres entran al juego de las excusas universales de la edad escolar: “a mi hijo lo que le pasa es que le tienen manía”, “le castigan sin motivo”, “se nota que van a por él” y así un largo etcétera. De esta manera el yugo de las contradicciones sigue sin aparecer en la escena.

De hecho en algunas ocasiones incluso uno oye frases maternas absurdamente ingenuas como por ejemplo: “mi hijo es perfecto, no tiene ningún defecto, lo hace todo bien, es el líder de su grupo”, lo que a mi realmente me preocupa es el grado de miopía de una madre incapaz de enumerar los incontables vicios que sin lugar a dudas, como todo el mundo, su hijo tiene.

De la misma manera que el bebé que sólo tiene contacto con la leche pasteurizada y los chupetes esterilizados, posteriormente desarrolla una propensión biológica a todo tipo de alergias y enfermedades, nuestro pequeño adulto se mostrará hipersensible a todo lo que suponga esfuerzo y dolor.

Y así de buenas a primeras nuestro niño de 25 años entra en contacto con el mundo laboral y descubre que el planeta de los osos amorosos en el que vivía jamás existió, y también comprueba que mamá y papá están mayores y su radio de influencia no llega a muchas cosas.

De tal manera que de la noche a la mañana se entera de que en la sociedad en la que vivimos hay jefes, compañeros de trabajo, inspectores de hacienda, suegros y policías de tráfico. Y él que nunca pensó que vivir fuera tan duro se enfrenta a todo ello con los escasos recursos que ha adquirido en sus múltiples años de educación.

Una persona con serias dificultades para asumir conflictos, problemas y enfermedades, que se hunde ante la menor contrariedad y que siente con toda el alma que es una de las personas más desgraciadas del globo terráqueo, pero sin serlo.

Así nos encontramos con el hombre actual forjado con una personalidad neurótica, simplista, quejica, hipersusceptible, sensiblera, sentimental, estúpida, inmadura e infantiloide. En definitiva un pobre hombre, un ser completa y absolutamente insoportable.

No quisiera terminar de manera tan brusca, añadiré un consejo. Si quieren que su hijo aprenda a sufrir de verdad desde pequeño, pongan todos los medios para que se haga hincha incondicional del Atlético de Madrid (ser del Granada roza el masoquismo)."


lunes, 19 de enero de 2015

Noelia López Cheda....Interesante blog

Que me interesa el mundo de la enseñanza, aprendizaje, psicología....queda claro con las más de doscientas entradas de este blog, con el tiempo trabajado en la enseñanza, con mi estreno como ponente en sesiones de formación dirigidas a padres, como diseñador - gestor - coordinador...de Escuelas de Padres. 

Estoy en una actitud permanente de aprender para luego poder enseñar algo, escribir, transmitir...Cada uno tiene sus criterios para buscar fuentes. El mío es muy sencillo: busco personas que hayan gestionado bien sus recursos en el difícil y apasionante camino de la vida, con formación y experiencia en el tema del que hablan o escriben. Me encantan las personas con sentido común y que se apoyan más en la experiencia que en la fría y poco aplicable teoría. Tengo debilidad por los/las que dejan entrever sus limitaciones, sus errores y defectos, junto a los esfuerzos por superarlos.

Pues bien todo este preámbulo viene a cuento del semidescubrimiento de Noelia López Cheda. Es consultora y coach y me vuelvo a encontrar con ella gracias a una referencia de prensa sobre su blog, bajo el título "Me niego a ser la agenda de mi hija...", a la que podeis acceder pinchando aquí http://goo.gl/yBo2zb . Os aconsejo un paseo por el resto del blog. Yo lo haré en los próximos días .

José Antonio de la Hoz

viernes, 16 de enero de 2015

Howard Gardner: los test que miden el coeficiente intelectual no sirven

Howard Gardner (Scranton, Estados Unidos, 11 de julio 1943) es un psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard, conocido en el ámbito científico por sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas y por haber formulado la teoría de las inteligencias múltiples, la que lo hizo acreedor, entre otros, al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011.
Gardner define la inteligencia como la «capacidad mental de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas Plantea que a la hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente académico. Hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz de, por ejemplo, elegir bien a sus amigos; por el contrario, hay gente menos brillante en el colegio que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida privada. Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto. Ni mejor ni peor, pero sí distinto. Dicho de otro modo: Einstein no es más ni menos inteligente que Michael Jordan, simplemente sus inteligencias pertenecen a campos diferentes..
Habla de ocho tipos de inteligencia: lingüístico – verbal, lógico – matemática, espacial, musical, corporal – cinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista.
Pues bien, con ocasión del nombramiento como doctor honoris causa por la Universidad Camilo José Cela, le hacen una entrevista que aparece integra en el link indicado al final de esta entrada. Aquí recojo parte de la misma, en su literalidad. Ahí va:

"¿Cómo podemos identificar nuestro potencial?
-Creo que el mejor modo de hacerlo es intentar enseñar algo nuevo a alguien y ver cuánto tarda en aprenderlo. Por ejemplo, enseñamos a un grupo de estudiantes a jugar al ajedrez. Después de 20 partidas, algunos ganarán casi siempre. Claramente esos son los que tienen más potencial.
-¿Hay gente competente en todos los tipos de inteligencia?
-Todo el mundo tiene todas las inteligencias, pero la vida no es justa… Hay gente que brilla en todos los tipos, como Leonardo Da Vinci, y otros… bueno, no las desarrollan igual. Pero lo importante de esta teoría es que existen una serie de perfiles: algunos tienen picos altos en algunas tareas y otros en otras, pero siempre podemos mejorar en las más bajas.
-¿Qué aconsejaría a los padres para potenciar la inteligencia de sus hijos?
-Présteles mucha atención y averigüe qué es lo que les interesa y les apasiona sin proyectar en ellos sus prioridades, pasiones ni debilidades.
-¿Qué opina de los test que miden el coeficiente intelectual?
-No sirven, es como poner a alguien un sello en la frente: tú eres listo, tú no. Eso es muy negativo. Es mucho mejor descubrir en qué destaca alguien, qué debe aprender y darle ayuda para ello. Y si no es así, probar otra cosa.
-Si tuviera en sus manos la educación de un país, ¿qué es lo primero que cambiaría?
-La educación no debe centrarse únicamente en la escuela: también depende de la familia, los medios de comunicación, el vecindario, todo lo demás… Además, los profesores deben ser profesionales.
-Explíquese.
-Tienen que tener vocación y demostrarlo. Aceptar una responsabilidad, tener estatus y ser respetados.
-¿El sistema educativo actual desperdicia el talento?
-Nuestras comunidades desperdician el talento porque solo los privilegiados tienen opciones. Una de las cosas más interesantes de los sistemas educativos de Finlandia y Singapur, los mejores del mundo ahora mismo, es que son totalmente planos y justos. Es decir, no hay manera de saber cuánto dinero tiene la familia de cada estudiante en un colegio. En un sistema realmente justo, los alumnos con desventajas tendrían a los mejores profesores y las mejores escuelas."