Sigo trabajando en un proyecto para poner en marcha escuelas de padres en distintos centros educativos. Hoy intento concretar algunos aspectos con Juan Antonio, "socio" y coimpulsor de la idea, pero ahora mismo está ocupado hablando con su mujer por teléfono. Me planteo buscar algo interesante que insertar en el blog y encuentro en la página http://www.sindicatdepares.com/ este interesante artículo que inserto sin más, como siempre, entrecomillado:
"SdP | Diciembre 1, 2011
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A los 18 años Ainsley se marchó de casa para estudiar
en una prestigiosa universidad americana. Durante el primer curso todo marchó sobre ruedas: hizo muchas amigas y
sacó buenas calificaciones. Pero luego la cosa se torció. Empezó a beber
demasiado, dejó de asistir a clase y al final fue expulsada de la universidad.
Al regresar a casa, su madre se mostró inflexible. “Te
has comportado estúpidamente, le dijo. Has arrojado tu futuro por la ventana.
Has avergonzado a tu familia”. En mitad de la bronca, su padre se acercó a
Aisnley y le dijo al oído: “¿Te encuentras bien, hija?. Ella se echó a llorar”.
“No se puede imaginar cómo me afectó aquello, le
explica Ainsley a la doctora Meg Meeker. Eso pasó hace treinta años, pero el
amor que siento por mi padre en este momento es algo tan fresco y tan reciente
como lo fue entonces… supe que era a mí y no a los logros que pudiera
alcanzar a quien realmente amaba”.
“Las jóvenes de hoy se encuentran expuestas a más
riesgos que las de antes (anorexia y bulimia, enfermedades de transmisión
sexual, depresión, alcohol, drogas, fracaso escolar) y son los padres los
únicos que pueden interponerse entre ellas y el ambiente social que las rodea”, afirma Meeker.
“No importa la edad que tengan; las hijas necesitan un
héroe: papá”
No importa si sus hijas tienen seis o treinta años,
papá siempre será su héroe, a menos que deje de vivir con integridad y
honradez. Aunque al crecer, las hijas se den cuenta de que su padre es una
persona común y corriente, mientras sea íntegro y honrado, siempre será
su héroe. “La autoridad paterna es crucial. De hecho, las chicas más
problemáticas e infelices son las que han tenido padres permisivos y pasotas
…”
Tan sólo déjele ver que no está sola…
Si un padre de familia tiene un hijo varón, sabe que
pueden ver un partido de futbol juntos, casi no hablar, y sin embargo, se
sienten a gusto los dos. Pero las hijas están hechas de otra pasta, y Meeker da
este consejo: “esté donde esté, asegúrese de que ella percibe que usted se da
cuenta de que está a su lado, hágale preguntas, escúchela. Las mujeres odian el
sentirse invisibles”.
Padres: No tengan miedo de establecer reglas
A finales del siglo pasado el padre fue presentado
como una figura autoritaria que pretendía imponer sus reglas a los hijos
ansiosos de libertad. Esa idea caló tanto en la mente de algunos padres, que
temen establecer límites a sus hijas ya que pudieran rebelarse.
Meeker asegura que la autoridad no provoca traumas a
las hijas, al contrario, es lo que más las acerca a sus padres y hace
que los respeten más. Algunas de las mujeres que acuden a la consulta de Meeker
se quejan de que sus padres no se atrevieron a establecer reglas por no causar
un conflicto.
“Permítanme que les cuente un secreto, dice Meeker,
sobre las hijas de todas las edades: les gusta presumir de lo duro que son sus
padres, y de lo estricto y exigentes que son con ellas. ¿Por qué? Porque esto les
permite hacer notar lo mucho que ellos las quieren”.
“Y por lo que se refiere a inculcarles sus creencias,
tampoco tengan miedo a hablarles de Dios. Si usted no le proporciona una guía a
su hija, ella buscará las respuestas por su cuenta y la autoridad de Usted
quedará suplantada por otra persona. Su hija necesita a Dios por dos razones: porque
necesita ayuda y porque necesita esperanza. El le proporciona esa ayuda y
le promete que el futuro será mejor”
Síntesis del Libro, “Padres fuertes, hijas felices “
de Meg Meeker (http://www.megmeekermd.com/
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