Pienso que la mejor actitud
con los hijos cuando son pequeños es dedicarles tiempo, conocerlos, empezar a
corregir lo que no va con constancia y paciencia, y manifestarles nuestro
afecto y cariño.
Hay que observarlos pero
siendo conscientes de que todo está en sus inicios, vienen con un legado
genético que configura parte de su personalidad actual, que se completará con
un largo periodo de aprendizaje en el que los padres tienen y tendrán la
responsabilidad más importante.
En los primeros años de
vida de un niño casi todo está por hacer y por aprender. Casi todo está en
blanco y digo “casi todo”, porque hay una “parte genética” que puede ayudar u
obstaculizar el desarrollo del niño e, incluso, influir en su vida adulta.
Dentro de esa “parte
genética” hay un trastorno muy de moda, en el que se ha puesto el foco en los
últimos años, llegando a ser sobrediagnosticado. Me refiero al TDAH (Trastorno
por déficit de atención con o sin hiperactividad).
El DSM V (documento de
referencia para los psiquiatras de todo el mundo, elaborado por la Asociación
Estadounidense de Psiquiatría), recoge una descripción de la enfermedad y todos
aquellos elementos que ayudan a su diagnóstico. Trato de resumir esta
información a continuación:
El TDAH es una enfermedad
que afecta al neurodesarrollo de la persona que se inicia en la infancia. Un
40% de pacientes compensa parcial o totalmente los síntomas en la edad adulta y
un 60% los mantiene con distintos grados de afectación. Los criterios y
síntomas para su diagnóstico son los siguientes:
CRITERIO A . Patrón persistente de
inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento
o desarrollo que se caracteriza por (1) y/o (2):
1. Inatención
Seis
(o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en
un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente
las actividades sociales y académicas/laborales:
Los síntomas no son sólo una manifestación del
comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las
tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17
años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.
a. Con frecuencia falla en prestar la debida
atención a los detalles o por descuido se cometen errores en las tareas
escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por ejemplo, se pasan por
alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).
b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener
la atención en tareas o actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad
para mantener la atención en clases, conversaciones o lectura prolongada).
c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le
habla directamente (por ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso
en ausencia de cualquier distracción aparente).
d. Con frecuencia
no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los
quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae
rápidamente y se evade con facilidad).
e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar
tareas y actividades (por ejemplo, dificultad para gestionar tareas
secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden;
descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple
los plazos).
f. Con
frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas
que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o
quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de
informes, completar formularios, revisar artículos largos).
g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para
tareas o actividades (por ejemplo, materiales escolares, lápices, libros,
instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil).
h. Con frecuencia se distrae con facilidad por
estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir
pensamientos no relacionados).
i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas
(por ejemplo, hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores
y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).
2. Hiperactividad e Impulsividad
Seis
(o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en
un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente
las actividades sociales y académicas/laborales:
NOTA:
Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para
adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un
mínimo de 5 síntomas.
a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o
los pies o se retuerce en el asiento.
b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que
se espera que permanezca sentado (por ejemplo, se levanta en clase, en la
oficina o en otro lugar de trabajo, en situaciones que requieren mantenerse en
su lugar.
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en
las que no resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse
a estar inquieto.).
d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse
tranquilamente en actividades recreativas.
e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si
“lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo
estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones;
los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil
seguirlos).
f. Con frecuencia habla excesivamente.
g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de
que se haya concluido una pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros;
no respeta el turno de conversación).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno
(por ejemplo, mientras espera una cola).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con
otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede
empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso;
en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen los
otros).
CRITERIO B. Algunos síntomas de inatención o
hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de los 12 años.
CRITERIO C. Varios síntomas de inatención o
hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos (por ejemplo, en
casa, en el colegio o el trabajo; con los amigos o familiares; en otras
actividades).
CRITERIO D. Existen pruebas claras de que los síntomas
interfieren con el funcionamiento social, académico o laboral, o reducen la
calidad de los mismos.
CRITERIO E. Los síntomas no se producen exclusivamente durante
el curso de la esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y no se explican
mejor por otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo,
trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la personalidad,
intoxicación o abstinencia de sustancias).
En
función de los resultados se podrán clasificar las siguientes presentaciones:
Presentación
combinada: Si se cumplen el
Criterio A1 (inatención) y el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante
los últimos 6 meses.
Presentación
predominante con falta de atención:
Si se cumple el Criterio A1 pero no se cumple el criterio A2
(hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.
Presentación
predominante hiperactiva/impulsiva:
Si se cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) y no se cumple el
Criterio A1 (inatención) durante los últimos 6 meses.
En esta entrada no voy a terminar con una frase o pensamiento sino recomendando un blog a los que queráis profundizar en el tema. Es de un amigo que va a pronunciar la conferencia inaugural del próximo Congreso Andaluz sobre TDAH. El enlace en el que debéis pinchar es el siguiente http://tdahenadultos.blogspot.com.es/
José Antonio de la Hoz
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