jueves, 28 de enero de 2016

¿Cómo pueden colaborar madres, padres y centro educativo? ¿Qué efectos positivos se derivan?

Me pongo a buscar un tema para elaborar una nueva entrada para este blog y como conservo muy buen recuerdo de  Raquel Amaya Martínez, profesora del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo, busco un nuevo artículo suyo en la red. Encuentro uno sobre “Fracaso y abandono escolar en Educación Secundaria Obligatoria (ESO)”. Es largo y difícil de resumir, pero voy viendo trozos muy interesantes y atractivos por si mismos. La colaboración entre padres y centro educativo es interesantísima para la mejora de la eficacia de la educación de nuestros niños y disponer de un catálogo de puntos en los que ambos puedan colaborar les ayudará a que piensen y  establezcan  objetivos que incidan positivamente en la vida del centro y, por tanto, en la labor de sus padres. Pues de este artículo saco este  entrecomillado que ayudará, sin duda, a lo dicho anteriormente.

"Las áreas de cooperación entre los padres y madres  con el centro educativo han sido definidas, entre otros, por Epstein, Coates, Clark y Simon en 1997 y son las siguientes:

Área 1: El centro como fuente de ayuda a las familias. Se incluyen en esta categoría las tutorías para padres y madres, la información sobre recursos educativos y personales que existen en el centro, la creación de escuelas de padres y madres, información sobre el proyecto educativo de centro, planes de asignaturas, horarios, etc.

Área 2: La familia como fuente de ayuda al centro. Esta área comprende, entre otras, actividades que permiten a la familia proporcionar al profesorado información sobre el desarrollo físico, afectivo, social y/o motivacional de sus hijos, datos con los que se pueden efectuar diagnósticos paliativos o preventivos  de bajos rendimientos, problemas conductuales, etc.

Área 3:  Colaboración de los padres y madres en el centro. Los aspectos de la vida del centro en los que se manifiestan son las actividades extraescolares, , celebraciones en los centros, viajes de fin de curso, visitas culturales, etc.

Área 4: Implicación de los padres y madres en las actividades de aprendizaje de sus hijos en casa.  Se considera aquí las consultas de la familia al profesorado sobre la marcha académica de sus hijos, la orientación sobre los hábitos de estudio a seguir por los hijos en casa, el apoyo diario en los estudios (revisión de libretas, preguntar lecciones, proporcionar explicaciones, , consultas bibliográficas), etc.

Área 5: Participación de los padres y madres en los órganos de gestión y decisión del centro.  Dentro de éste área se incluye la asistencia de representantes de padres y madres al consejo escolar o a otras reuniones del centro, la pertenencia a las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, etc.

Área 6: Conexión y coordinación del centro con otras entidades comunitarias.  Esta colaboración es necesaria para complementar la oferta educativa de los centros en materias transversales como educación para la salud, prevención del consumo de drogas, educación vial.

Los efectos positivos de la implementación de estas áreas en los centros educativos serían los siguientes:
  • Efectos en el alumnado: Incremento del rendimiento escolar, del nivel intelectual, de las competencias lingüísticas, de la mejora ante el estudio y mejora de los comportamientos.
  • Efectos en la familia: Elevación de las expectativas educativas y profesionales de los padres hacia los hijos e intento de progresar culturalmente para ofrecerles ayuda de más calidad. También se destaca una mejor actitud hacia el profesorado  y mayor implicación en la organización y realización de iniciativas que promueve el centro. Las investigaciones realizadas por Martínez González (1992, 1994 y 2000) han constatado que son las madres, más que los padres, quienes participan en las actividades de colaboración en los centros.
  • Efectos en el profesorado: Mejoran sus actitudes hacia las familias y la frecuencia y calidad de los contactos con éstas. Incrementan la motivación para ejercer su labor educativa con los alumnos."
    Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Karl A. Meninger, famoso psiquiatra estadounidense:
      "Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad."

    José Antonio de la Hoz




lunes, 11 de enero de 2016

Gregorio Luri:en cuarto de primaria se sabe quien va a fracasar

La filosofía ayuda a pensar y despierta el pensamiento crítico pero siempre que leo a un filósofo lo hago con cierta aprensión, porque algunas de sus ideas  han sido el origen de conocidas y sonadas tragedias de la humanidad. Millones de seres humanos a lo largo de la historia han sido perseguidos, maltratados,  despreciados, discriminados o asesinados como consecuencia práctica  de la obra de algún filósofo. Con esto no quiero provocar ninguna aversión  ni menospreciar todo lo positivo de  los filósofos y la filosofía, que es mucho, sino avisar de que hay que acercarse a este campo con cierta madurez intelectual.

Dicho esto, leo  una entrevista a Gregorio Luri, profesor y filósofo, en el siguiente enlace http://goo.gl/PCHuSD . Hay afirmaciones suyas  con las que no estoy de acuerdo y otras con las que me identifico. Voy a hacer un resumen de estas últimas y aludiré a algunos datos curiosos que menciona.

Para poner en antecedentes Gregorio era un niño pobre – en eso coincidimos -, que nació en Navarra en 1955  y que recibió cariño y buenas enseñanzas de sus padres. Lo digo porque habla bien de ellos y por algunas de las ideas que le transmitieron –siguiendo su propio relato-, como el “amor por el trabajo bien hecho” o “huir de las excusas, que infectan el alma”

Habla en la entrevista de una doble diferencia entre los niños ricos y los niños pobres. Por una parte “a los niños ricos le  refuerzan en casa lo que aprenden en la escuela, mientras que para los pobres hay muchas cosas que o las aprenden en la escuela o no la aprenden en ninguna parte”. Lleva mucha razón y estoy de acuerdo en que hay que suplir de alguna forma estas carencias, pero me llega un titular de hoy mismo con unas palabras Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada, que me hacen pensar que la cosa se está igualando en lo negativo. Dice así el titular: “El gitanillo robagallinas es pasado. Cada vez hay más “niños bien” delincuentes”. Unos y otros necesitan ayuda, en ambos casos hay que suplir carencias de los padres que afectan al conjunto de la sociedad. No hay que quitar a unos para darles a los otros; en educación hay que darles a los dos porque nos jugamos mucho todos.

Abundando en esta primera diferencia aporta una serie de datos que son interesantes y que resumo a continuación:
  • Un niño culturalmente rico escucha un promedio de 2160 palabras por hora, mientras que el niño pobre apenas llega a las 620.
  • El momento crítico para los niños es tercero de primaria donde  pasan de aprender a leer a aprender leyendo. Los que mejor leen más aprenden y las diferencias iniciales se incrementan. En cuarto de primaria se puede identificar a los niños que fracasarán académicamente.
  • La segunda diferencia entre niños ricos y pobres a la que alude es la “agenda”. Para encontrar trabajo no es lo mismo la agenda de un padre rico que la agenda de un padre pobre. En esto estoy totalmente de acuerdo, por eso debemos plantearnos que herramientas creamos para favorecer la movilidad social, sabiendo que todos no pueden estar arriba, pero tampoco es sano que estén siempre los mismos sino los más capaces, evitando dejar talentos por el camino por falta de medios o  por carencias de su contexto inmediato.
  • Abundando en lo anterior afirma Luri que “a los niños pobres hay que ofrecerle nuestro respeto y no nuestra lástima. Por eso hay que decirles que no existe alternativa pedagógica a los codos”. Llenar a los pobres de subvenciones sin más no es lo adecuado; terminan haciendo lo mismo que el niño rico al que le dan muchos caprichos: no valoran lo que reciben. Cuando se da una subvención hay que exigir responsabilidades por su uso o desuso, de la forma más adecuada, pero hay que exigirlas. He gestionado programas públicos con discriminación positiva en favor de niños con necesidades que quedaron cuasi desiertos. Hay que enfocar bien estos programas, con sentido común, huyendo de programas generalistas,  pero hay que exigir responsabilidades dejando al margen la lástima sin más.

Hace Luri una aportación para manejar las diferencias culturales familiares que me parece interesante, pero como todo, habría que comprobar en la práctica su eficacia. Señala tres acciones: mejores profesores, más horas de escuela y una instrucción lineal (creo que esto último consiste en plantearle al niño un problema , la información para resolverlo y la comprobación de la exactitud de la respuesta. Algo parecido a lo que se hace en la formación on line y la mayor parte de los juegos educativos por ordenador).

Para no extenderme en exceso, termino con una selección de ideas del profesor Luri que me parecen interesantes, sin añadir comentario alguno:

“El mérito antiguo tenía que ver con la información que manejaba una persona; hoy, cuando la información es cada vez más asequible, lo valioso es lo más escaso y lo más escaso es la atención y la capacidad para identificar, buscar y ordenar la información valiosa, es decir, el criterio”
“El ignorante no tiene interés por lo que ignora porque no sabe ni que lo ignora, mientras que cuanto más sabemos de algo, más interés le descubrimos, más fácil aprendemos cosas nuevas y con más placer lo comunicamos.”
“Los grandes hombres comparten una característica un poco deprimente: todos trabajan mucho.”
“La idea de que la educación ha de desarrollar todas las capacidades del niño sólo pudo nacer entre pedagogos sin hijos que nunca impartieron clases a adolescentes. Hay muchas potencialidades que deben reprimirse: el robo, la mentira, la laxitud, etc.”
“Eso que llamamos cultura es posible porque somos capaces de abrir un espacio para la reflexión entre la aparición de un deseo y su satisfacción. Los deseos son caprichosos y se despiertan sin pedir permiso en cualquier parte. Yo defiendo el poder educativo de la frustración, que es la represión que es capaz de ejercer un pastelero sobre sí mismo para no comerse los ingredientes mientras hace un pastel.”
“Eso que llamamos educar hay que tomárselo con mucha humildad. Podemos colaborar en el desarrollo de nuestros hijos y, sobre todo, evitar ciertos errores de bulto, pero la vida de nuestros hijos nunca está dúctilmente presente ante nuestras manos
“Yo defiendo la introducción de dos nuevos artículos en los derechos del niño: "Todo niño tiene derecho a tener unos padres imperfectos» y «Todo niño tiene derecho a tener unos padres tranquilos".
Educamos por impregnación. El órgano educativo de nuestro hijo es el ojo, no el oído. Y la impregnación es más eficaz cuando no sabemos que estamos educando, cuando nos comportamos espontáneamente, cuando mejor se exhiben nuestras convicciones morales”
“Hay cuestiones escolares que tienen que ver más con los derechos civiles de una ciudadanía adulta en una sociedad liberal que con las opiniones de los pedagogos. La educación diferenciada o la educación en casa son dos ejemplos. Si el ciudadano propietario está convencido de que nadie puede imponerle una ideología política, una religión, una orientación sexual o estética, un modelo familiar, etc., ¿por qué ha de confiar la educación de sus hijos al Estado?”
“La educación del carácter es esencial en la tradición pedagógica británica y no se puede decir que les haya ido mal. Se ha llegado a decir que las guerras mundiales las ganaron los británicos en los campos de deporte de Eton.”
Pues para terminar invitaros a pensar en todo lo recogido en esta entrada y a concretar uno o dos puntos de mejora.
José Antonio de la Hoz

viernes, 8 de enero de 2016

Por qué es importante la práctica para adquirir conocimientos y habilidades permanentes



Un estudiante atiende y codifica solo una pequeña parte de los estímulos que recibe de su entorno, reteniendo lo aprendido inicialmente en la memoria de trabajo o a corto plazo, llamada así porque almacena conocimientos de forma temporal y finita.

Para que lo almacenado en la memoria a corto plazo permanezca en el individuo más tiempo, tiene  que transferirse a la memoria a largo plazo, donde almacenamos conocimientos durante más tiempo (décadas).  Esa transferencia se produce usando diversas estrategias y la actividad práctica es clave en el proceso.

En el aprendizaje influyen elementos como la inteligencia y la motivación, entre otros, pero el ensayo y la práctica son necesarios, y en muchos individuos suficiente, para que  se produzca.

Con el ensayo y la práctica deliberada el aprendizaje mejora en, al menos, los siguientes aspectos:
  • Aumentan las probabilidades de que lo que se aprende sea a largo plazo y recuperable.
  • Aumenta la capacidad del estudiante de aplicar elementos de conocimiento de manera automática y sin reflexión previa.
  • Se automatizan las habilidades, permitiendo al estudiante usar lo aprendido para acceder a tareas más exigentes.
  • Aumenta la transferencia de destrezas ejercitadas a problemas nuevos y más complejos.
  • El estudiante entra en un proceso de mejora permanente que, junto a otras ventajas obtenidas,  alimenta la motivación para seguir aprendiendo.

Por todo lo anterior es importante que los padres refuercen en sus hijos el proceso de aprendizaje y adquisición de habilidades con, entre otras, estas actitudes:
  • Poner a los hijos a realizar  tareas de aprendizaje desde pequeños, a una hora fija y en un lugar distinto al que habitualmente frecuentan. En las edades más tempranas se acudirá al juego como estrategia (emborronar papeles con lápices de colores, juegos educativos, etc.)
  • Los pequeños encargos en casa, que se van complicando con el tiempo, ayudan a adquirir habilidades y destrezas. En el proceso de aprendizaje se valora el esfuerzo y se quita importancia al error.
  • Para que el ensayo y la práctica se produzca, de forma más o menos efectiva, es necesaria la fuerza de voluntad. Esta habilidad no se improvisa y hay que cultivarla permanentemente.
  • Cuidado con los “hijos inteligentes”, que son aquellos que con poco esfuerzo sacan buenas notas. En algún momento esto deja de producirse y es necesario que acudan al ensayo y la práctica durante más tiempo del que dedicaban, pero sin la fuerza de voluntad necesaria.
  • Es necesario que los padres estén más pendientes de sus hijos en la adquisición de los primeros conocimientos y habilidades instrumentales, en la educación infantil y primaria. Son necesarios unos buenos cimientos donde poder construir.
  • Cuidado con la comunicación padres – hijos. En los primeros años de vida – y siempre -, hay que evitar los juicios peyorativos y humillantes, del tipo “eres tonto, inútil, incapaz, no sirves para nada…”, que inciden en la motivación presente y futura para trabajar. 
  • Es difícil que los hijos realicen actividades encaminadas a aprender si los padres no realizan ninguna (leer periódicamente un libro, aprender a realizar tareas distintas de las habituales, ir a una biblioteca, ir al zoo, etc.)


Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Roger Schank, que ha sido profesor e investigador en instituciones tan prestigiosas como la Universidad de Stanford, la Universidad de Yale o la Universidad Carnegie Mellon en campos como la psicología y las ciencias de la computación:

“Aprendemos cuando hacemos las cosas. No cuando nos las explican”

José Antonio de la Hoz

Fuentes: elaboración propia y  "American Psychological Association"