lunes, 29 de abril de 2013

El mejor legado a los hijos: alas para VOLAR



Hodding Carter , afamado periodista y escritor norteamericano, dijo que “Dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, las raíces; otro, las alas.  Esta frase me llevo a pensar en la auténtica  libertad, las alas a las que se refiere este autor, que nos llevan a disfrutar al máximo de las fuentes de la felicidad admitidas por distintos autores – Martin Seligman, E. Rojas…- y que son: el trabajo, la amistad, la familia, la cultura, el ocio y la espiritualidad.

Pongámonos en la hipótesis de que es el último día de nuestras vidas, tenemos uno o varios hijos y contamos con la posibilidad de elegir qué herencia le dejamos. Supongo que muchos elegiríamos una cierta cantidad de dinero para que completen su formación académica, una vivienda  y otros bienes materiales…Habría una carencia difícil de cubrir: nuestra presencia permanente, nuestro cariño y  nuestros consejos desinteresados, y otros aspectos en esta línea.

Quizás algunos pensarían en bienes más inmateriales o espirituales. Yo les planteo aquí una posibilidad: dejarles, como legado, la capacidad de elegir con calidad. La libertad es para mí una competencia o cualidad del ser humano, vinculada a nuestra racionalidad. De  todos  los seres  que existen en el mundo, solo el hombre disfruta de ella.

La auténtica libertad es la que hace posible que elijamos la mejor opción para nosotros. Hay elecciones que nos pueden llevar a perder total o parcialmente esta cualidad. Un águila puede volar o no volar, pero lo más idóneo para ella es lo primero. Nos daría una pena enorme verla en los zoológicos enjaulada, sin poder hacer aquello para lo que ha nacido y que su naturaleza reclama.

Todos al nacer tenemos unas cualidades  innatas y otras que podemos adquirir. Podemos cultivar las primeras y de las segundas elegir las más idóneas para nosotros, aquellas que nos hacen sentirnos mejor y que quizás no sean las adecuadas para otros. En este abanico de alternativas que se nos abre con la existencia influyen nuestros padres, el entorno y, sobre todo, nosotros mismos con nuestras decisiones.

Para elegir bien hacen falta que se cumplan los siguientes requisitos:

  1. Conocer las alternativas posibles entre las que puedo elegir.
  2. Conocernos muy bien a nosotros mismos. Por ejemplo: admitir que estoy gordo me ayuda a saber que no puedo competir en los 100 metros lisos a corto plazo.
  3. Libertad externa de elección. Quienes son nuestros padres, donde vivimos y nos educamos …influyen en nuestra capacidad de elección durante los primeros años y dificultan la elección de determinadas opciones en los siguientes. Hay muchos personajes ilustres que lo fueron a pesar de sus circunstancias personales y familiares.
  4. Libertad interna de elección. Una voluntad fuerte, capacidad de análisis e iniciativa, resistencia ante la adversidad, espíritu optimista y alegre, autonomía, orden, capacidad de apoyarse en los demás  cuando se necesita ayuda,  terminar lo que se comienza y saber rectificar…nos ayuda a ampliar el rango de metas  que podemos plantearnos en la vida.


Cuando somos bebes poco podemos hacer en cualquiera de los cuatro puntos anteriores. Son nuestros padres los que nos ayudan a dar pasos en cada uno de ellos. ¿Qué pueden hacer ellos en esos primeros años? Querernos y exigirnos para que seamos autónomos e independientes – libres-  lo antes posible, adquiriendo las virtudes y capacidades que hagan esto posible. Para ir concretando:

Dejar a los hijos hacer cosas. Por ejemplo, si con tres años se les ocurre intentar ponerse solos unas zapatillas, ayudar a poner la mesa, cortar solos el filete… no intervenir para ganar tiempo o por un mal entendido amor. Para eso hay que saber qué puede y debe hacer un niño a cada edad.

-Ayudarles a adquirir una voluntad fuerte en el día a día. La voluntad es necesaria para elegir. Cuando uno elige las metas, a corto, medio y largo plazo,  que afectan a su futuro, lo hace  en función de las expectativas de conseguirlas y aquí influye su fuerza de  voluntad. Poner a los hijos metas difíciles pero realistas les ayuda en este aspecto.

-Retrasar las recompensas en el día a día, con normas y límites. Ejemplo: chuches en los cumpleaños y fiestas, televisión solo en momentos muy concretos del día, hora fija de acostarse. Levantarse al primer aviso y pasado un tiempo solos, tener el cuarto ordenado, tener un horario de estudio…Después de esto se descansa, o se come, etc. Así podrán elegir, a lo largo de su vida, opciones que requieran un esfuerzo mantenido, como terminar una carrera, aprobar unas oposiciones, montar un negocio, etc.

-Enseñarles a resistir ante la adversidad. No se pueden desmoronar ante el primer obstáculo,…Esto no es incompatible con darles nuestro cariño, comprensión….pero sin permitir que se queden lamiéndose las heridas. Hay que levantarse de la caída, mantener el tipo ante una contrariedad…

-Reconocer los errores que cometemos, corregirlos y asumir la responsabilidad. De esta forma perderán poco el tiempo por caminos equivocados…. Aprenderán a elegir mejor.

-Ayudarles a conocerse. Hay que hablarles de sus puntos fuertes y enseñarles a reconocer y admitir con naturalidad los débiles, como punto de partida para ir limándolos, explicándoles cómo. Hay que abrirles posibilidades en distintas áreas para que descubran en cual se sienten a gusto. Siguiendo a Howard Gardner, invitaría a mi hijo a participar gradualmente en actividades relacionadas con estas competencias:

    - Verbal – lingüística: leer, redactar, contar historias,…
    -Lógico – matemática: analizar, calcular, relacionar…
    -Visual – espacial: orientarse en el campo o la ciudad, identificar cosas vistas,…
    -Corporal – cinética: practicar algún deporte…, bailar, danzar
    -Musical: oír música
    -Relacionarse con los demás: potenciar su participación en grupos a partir de los dos años y medio (deportes de equipo, invitar a amigos a casa, etc.)
    - Estar en contacto con la naturaleza: excursiones, visitas a espacios naturales (zoológicos...)

- Hay que exigirles que acaben lo que comienzan. De esta forma sus elecciones serán más racionales y responsables. No saltarán de flor en flor sin acabar nada.

-  El optimismo y el espíritu positivo ayuda a afrontar de otra manera los inevitables obstáculos a los que se enfrentarán en la vida. También le ayudarán a adquirir las necesarias competencias sociales, al ser personas con las que se está a gusto. Ahora bien, es difícil ser optimista si uno ha convivido con padres que se quejaban del trabajo, de los vecinos, ...de todooooo!!!!. Es difícil ser optimista si el hogar está lleno de comentarios negativos -sobre las circunstancias y las personas-, provenientes de quienes deben ser ejemplo.

-El orden es condición sine qua non de la eficacia. Si las cosas están en su sitio las encuentro antes y si planifico mis esfuerzos serán más racionales y productivos. Analizaré las opciones, haciendo más racional la decisión final, aunque a veces hay que tomar decisiones con poco tiempo.

Toni Nadal, tío del tenista Rafa Nadal, uno de los deportistas más importantes de España, dice que para entrenar a su  sobrino usa la fórmula  del sabio griego Solom: método, esfuerzo, voluntad, sacrificio y orden. Esas son las alas que les han llevado a los dos a elegir unas metas que, sin duda, les han hecho muy felices. Basta con echar un vistazo a su palmarés.

José Antonio de la Hoz

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