VALORES

¿Dónde vas tu? ¿Dónde van tus hijos?. Referencias y modelos

La comparación con otra persona no es mala si sirve para tomar nota y ver en qué se puede mejorar y, además,  el modelo es digno de serlo. Para comparar hay que tener una referencia, un modelo, que puede ser una o varias personas, un estilo de vida o unas ideas madre. El problema es que las referencias en la sociedad actual son pobres, las imponen las minorías, los medios de comunicación, los lobbys, los poderosos,… con escasos síntomas  de preocupación por el  llamado INTERÉS GENERAL o BIEN COMÚN y, menos aún, por la persona individual. Muchas de las ideas que circulan en los Mass media derivan del objetivo prioritario de beneficio o utilidad que persiguen las cadenas.

Si queremos mejorar como seres humanos, hacer frente a nuestras naturales debilidades, ser auténticamente libres – la auténtica  libertad nunca puede producir adicción, porque la anula -, avanzar con equilibrio en el ámbito personal, profesional, familiar o social, necesitamospersonas -estilos de vida, valores, ideales- que nos sirvan de modelo o, a falta de estas, pensar sinceramente cómo nos gustaría ser y cómo nos gustaría que fuesen los demás, para fijar puntos medibles y realistas de mejora. De los MAESTROS aprendemos el arte de vivir, son un espejo donde mirarnos, el problema es que hay pocos.

Se me ocurren algunas ideas para buscar modelos o referencias:
  • En un buen modelo hay equilibrio. El equilibrio nos acerca a eso que llamamos felicidad, que todos buscamos. Por ejemplo, podemos ser grandes profesionales pero tener abandonadas nuestra obligaciones familiares. Lo que nos aporta un ámbito nos lo quita el otro. El equilibrio nos lleva a cuidar todos los aspectos importantes de la vida, los que nos reportan las grandes satisfacciones y los grandes sufrimientos: el trabajo, la familia, la amistad, el altruismo - amor y la cultura.
  • Un modelo idóneo cuenta con una voluntad fuerte y determinación. La voluntad es necesaria para contrarrestar la desgana, la pereza que nos lleva a tener metas pobres y nos impide salir de nuestra zona de confort, que nos da seguridad, pero nos aparca en un profundo aburrimiento vital. Cuántas veces nos negamos a hacer algo y después nos arrepentimos. La fortaleza nos lleva a la audacia y ésta a una vida dinámica. La persona con una voluntad fuerte puede elegir metas de calidad en su vida. La voluntad es el uno de los sustentos del propio autoconcepto y del prestigio social.
  • Aceptarse tal y como uno es ayuda a evitar sufrimientos innecesarios. Conocer nuestras fortalezas y debilidades es el punto de partida para la mejora personal.  Aceptar las últimas, con sencillez, elimina un calvario de nuestra vida. Todos tenemos defectos pero unos los esconden, los niegan interiormente, los rechazan. Son una fuente de sufrimiento interior que desaparece cuando se aceptan con naturalidad y sencillez. A esto se le llama  SABER REIRSE DE UNO MISMO.
  • Tener la capacidad de desdramatizar, de quitarle hierro a los asuntos, de corregir con rapidez los errores sin dar tiempo al victimismo. La vida nos va a dar palos si o si, pero nosotros tenemos la capacidad de darle más o menos importancia a las situaciones. Dicen los psiquiatras que lo importante no es lo que nos pase – lo externo a nosotros - , sino cómo nos afecta en nuestro interior, cómo interpretamos la realidad. Hacer de la vida un drama es lo más cómodo para no levantarse cuando vienen mal dadas.
  • El humor y el optimismo es un traje que engalana nuestra personalidad. Todos queremos tener cerca a personas que nos hagan reír  de vez en cuando y que vean oportunidades en los problemas.
  • Los valores nos gustan a todos, mucho más cuando nos los encontramos hechos vida en una persona, convertidos en hábitos que llenan de aire fresco su entorno. ¿A qué valores nos referimos?, a todos los que nos gustaría que los demás viviesen con nosotros y que cohesionan una sociedad. Me refiero, a modo de ejemplo, a la generosidad, la compasión, la capacidad de perdonar, la  empatía, la justicia, la equidad, la sencillez, la veracidad, la honradez , la cooperación, la solidaridad, la amistad, etc. Esto hecho vida en los que nos rodean crea un clima especial en todas las relaciones interpersonales (familia, trabajo, vecindad, etc)
  • No depender excesivamente de la opinión de los demás, concede un nivel de autonomía muy atractivo y una estupenda sensación de libertad personal. Es mejor actuar por convicciones que por opiniones.
  • La instrucción. En este mundo hay muchos que opinan y pocos que saben. Parece que "la verdad tiene que ser consensuada". El tiempo que perdemos opinando deberíamos usarlo en formarnos. Un buen modelo dedica tiempo a formarse y tiene prestigio profesional.

El problema para encontrar modelos es que falta el convencimiento de que los necesitamos. Dicho de otro modo, llevamos décadas instalados en una especie de “naturalismo”, según el cual el ser humano tiene que manifestarse tal y cómo es, de forma espontánea y, claro, en el ser humano hay luces y sombras. En palabras de un sabio "todos somos capaces de lo mejor y de lo peor". A muchos defectos ya no se les llama defectos sino “manifestaciones de nuestra espontaneidad”, “distintas versiones del ser humano”…, siendo esta la situación ideal para justificarlo todo y crear un ambiente social en crisis permanente, con manifestaciones que cuestionan los fundamentos de la convivencia.

Para el ser humano actual el que tiene que cambiar es el otro, que no entiende su espontaneidad, que no respeta sus derechos, que no es paciente ni tolerante, que no es demócrata…QUE NO HACE LO QUE A ÉL LE APETECE.

Es necesario que cambiemos el enfoque y nos demos cuenta de que la sociedad funciona si funcionan los individuos que la componen. Hay que mirar menos a los demás y mirar más en nuestro interior. Una vez dado este paso será relativamente fácil identificar modelos y objetivos de mejora personal.

Para los padres y profesores  antes he mencionado aspectos que deben adornar ese modelo y que resumo aquí:
  • La voluntad debe ser fuerte. Está asociada con la libertad, la iniciativa o la creatividad. Nos ayuda a plantearnos metas interesantes en la vida, objetivos.
  • El equilibrio en la vida. No centrar nuestros esfuerzos en un aspecto  y abandonar los demás.
  • La autoaceptación
  • Saber quitarle dramatismo a la realidad.
  • Tener siempre metas atractivas y exigentes en lo personal
  • Optimismo y buen humor
  • Ser amigo del diálogo y la negociación, versión ganar - ganar.
  • Adornar nuestro comportamiento con valores
  • Para mi, como creyente, la espiritualidad actúa como soporte y estímulo para todo lo anterior.
  • Cualquiera de vosotros puede añadir más cosas....


Los padres y profesores deben  mirar en su interior y buscar referencias para constituirse en un aceptable modelo de sus hijos y alumnos. Así todos daremos y recibiremos más y disfrutaremos de un aceptable modelo de convivencia.

José Antonio de la Hoz


¿Debemos enseñar a nuestros hijos otro modelo de hombre?


Hace unos años me tocó poner en marcha un Ciclo Formativo de Grado Superior de Comercio Internacional. Al hacer la distribución de asignaturas me quedé, entre otras, con la de Márketing Internacional. Tuve que ponerme al día a marchas forzadas buscando todo tipo de información útil sobre la materia. Pues bien, en algunas publicaciones observé, con tristeza, que los países del Norte de Europa incluían a España dentro de los PIGS – “cerdos” en inglés-, que era el acrónimo que agrupaba a Portugal, Italia, Grecia y España , Spain en Inglés (algunos también incluyen a Irlanda). Desconocía que en Europa nos tuviesen en  tan poca estima. Profundizando en el tema descubrí que  no se veía con normalidad muchas cosas que en nuestro país se aceptan con escaso espíritu crítico.

Curiosamente los PIGS han estado al borde del rescate económico o han sido rescatados por la Unión Europea por su mala gestión. En todos abunda la corrupción, el engaño, la picaresca, el reinado de la apariencia que esconde un fondo de podredumbre moral y ausencia de valores tanto en el ámbito privado como en el público. En todos esos países es noticia nacional que alguien actúe con honradez. Hace unos días, un nigeriano encontró y devolvió una cartera con tres mil euros en metálico y otros tantos en cheques, creo que  en Sevilla,  y salió en todos los telediarios nacionales.

 Seguro que en los PIGS también hay gente honrada y honesta que asumen el desgaste impagable de ir contracorriente, pero parece que la corrupción y la ausencia de valores ganan y así lo ven allende nuestras fronteras y, lo que es peor, generan costumbre social e indolencia. Cuando he comentado algunos episodios conocidos de corrupción, a “gente buena” , me responden que “tampoco es para tanto” seguido de una retahíla de justificaciones de toda índole. Esta “neutralidad moral”  delata que hemos asumido como normal lo que no lo es, que las conductas poco éticas y la inmoralidad pública tenían un caldo de cultivo previo en cada uno de nosotros, que el modelo de hombre que defendemos tiene un listón ético muy bajo, tanto que contrasta con el del resto de la Europa no mediterránea. Tenemos una manga demasiado ancha que ha terminado generando situaciones que ponen en tela de juicio nuestro modelo de convivencia.

En España se gestiona lo público como si fuera privado. El principio de mérito y capacidad saltó por los aires hace tiempo. Se llega más lejos acercándose a un partido político o a un político, da igual su signo. También dando un pelotazo, aun a costa del engaño o, por qué no, liándose con una famosa. Valores como la justicia, la honradez, la honestidad, la equidad, la igualdad de oportunidades, la imparcialidad, el esfuerzo, la constancia ….han disminuido sensiblemente su influencia en la vida pública y privada, eso si, con el adorno de decenas de justificaciones. Su existencia  es meramente estética porque están en todos los discursos oficiales y poco más.

Vivir en España los valores que acabamos de mencionar – y otros-, es un hándicap, un obstáculo de salida para avanzar profesional y socialmente. Me contaba un arquitecto hace unos días, que un empresario que pagó una comisión al alcalde de un ayuntamiento para conseguir la adjudicación de un contrato público, declaraba ante el juez:  “En España es difícil trabajar con la administración sin pagar comisiones”. Pero, además, hemos generado una inercia de años, como si no tuviese consecuencias.

La moralidad, la ética, es parte del soporte de la paz social, es parte del sostén de las estructuras sociales y de la legalidad. La moralidad y la ética añaden justificación al que dirige y gobierna. Sostienen internamente a la persona humana, siendo uno de los ingredientes de su autoconceptoy, por tanto, de su paz interior y, en última instancia, de su felicidad.

Hace unos días asistí a la conferencia de un personaje de relevancia nacional e internacional, reconocido por su honradez e integridad por partidarios y detractores. Afirmaba que España se ha convertido en el “paraíso de la nada” gracias al relativismo, al todo vale, del que venimos haciendo gala desde hace años, desplazando con falsos derechos los derechos auténticos, que dan solidez y soporte a una sociedad. Todo es líquido, nada dura. De esta manera hemos creado el ambiente idóneo para que arraiguen los extremismos y los radicalismos, sacrificando la reforma en favor de la ruptura, que nos puede llevar a la tragedia. Decía, con razón, que venía a hacer un diagnóstico, no un pronóstico ya que no es un profeta, y que sentía que tuviéramos que tomar Prozac esa noche, pero que la verdad había que conocerla y afrontarla.

Pues bien, me planteo como bloguero cual puede ser mi aportación, mi consejo a padres y profesores – también estoy abierto a recibirlos-, frente a esa realidad, y digo realidad porque las intervenciones posteriores de los asistentes al acto vislumbraban una altísima conformidad con lo dicho por el ponente. Estamos rodeando a los menores, por inmersión, con un ambiente moral altamente tóxico que abre interrogantes sobre su propio futuro. Hay que hacer algo y esta es mi aportación:

  • El relativismo se combate con la búsqueda honrada de la verdad. En caso de discrepancia, que cada cual busque motivos fuertes para enseñar y vivir valores como la justicia, la generosidad o solidaridad o caridad, el consenso, la honradez, la tolerancia, el respeto…. Renunciar a la trascendencia y a la espiritualidad dificulta la tarea pero, en cualquier caso, encuentro dos motivos aceptables para todos:
  1. El primero es la propia subsistencia del ser humano como individuo y como sociedad.
  2. La segunda es la propia autoestima, que es un elemento de aporte a la propia felicidad

  • No podemos esperar a que cambie la realidad a nuestro alrededor para hacer algo, porque es una actitud cómoda y poco eficaz. Pero además no se corrompen los partidos políticos, se corrompe el hombre. No se corrompen las instituciones, se corrompe el hombre. Si parece que todo se desmorona es porque se desmorona el modelo de hombre y de sociedad. No esperemos a que cambien los demás hombres,propongámonos cambiar cada uno de nosotros en aspectos tangibles de nuestra realidad laboral, familiar y social. Esta forma de ayudarnos a nosotros y a los que nos rodean, con nuestro ejemplo, si está en nuestras manos.
  • Hay que explicar a los hijos y a los alumnos que no vale todo, que los atajos nos dañan a nosotros y al conjunto de la sociedad, que los valores o la falta de ellos impregnan al hombre por entero, que no hay compartimentos estancos, que nuestro comportamiento configura parte de la realidad, que hay que vivir los detalles pequeños para vivir los grandes, que los comportamientos sociales son la suma de los comportamientos individuales, que filtren los mensajes que inviten a una vida fácil y egoísta, que la felicidad no está en el tener sino en el ser, que pongan la televisión en cuarentena permanente, …

Quiero terminar con un razonamiento, por eso adelanto las frases con las que suelo finalizar, las dos de E. Rojas :

"Un hombre hedonista, permisivo, consumista y relativista, se mueve en todas las direcciones pero sin saber a dónde se dirige. En vez de ser brújula es veleta."
"La felicidad no es un hallazgo al final de la existencia sino a través de su recorrido"



Está cerca la Nochebuena y soy creyente, por eso quiero terminar con un razonamiento más espiritual: en los protagonistas del Belén están los valores que necesitamos, el ejemplo que buscamos, el sentido de nuestra vida que quizás hemos perdido y el camino de la felicidad que anhelamos, por eso el Belén conserva intacto su atractivo y su actualidad, su mensaje es más necesario que nunca y sus personajes siguen estando a nuestra disposición, se comprueba buscándolos con verdad e insistencia.

José Antonio de la Hoz


Con el placer hay muchas cosas en juego

Desde hace un tiempo, no mucho, le sigo los pasos a un afamado y joven cocinero con tres estrellas Michelín. Cuando lo ví por primera vez me llamó la atención su aspecto, muy alejado del habitual en la hostelería. Apareció en  un conocido programa de aventura y me sorprendió su forma de ser y de expresarse . En el manifestaba que “era y es claro y directo” y que eso le había  causado algunos problemas. Parece ser que es un icono de la moderna cocina española y los iconos me atraen porque revelan cosas importantes sobre la sociedad que los sacraliza.

Hoy he entrado en la web del restaurante que regenta . Es algo distinta y transmite, desde el principio,  los valores en los que  asienta su trabajo, que son: amor por las cosas bien hechas,  sacrificio, exclusividad, creatividad, innovación”, constancia, paciencia …y algo de provocación. Ha trabajado mucho para alcanzar  el éxito, de forma merecida, desde el emprendimiento y la fe en lo que hace. Su profesión no ha sido un camino de rosas, con jornadas de trabajo de 16 horas de lunes a domingo.

En algún momento habla de que quiere que su negocio no sea solo un restaurante; busca que sus clientes "alucinen". Realmente un restaurante tiene éxito si los que comen en él salen satisfechos, es decir, disfrutan. Pero ese disfrute, y es a lo que voy, es muy necesario en algunos momentos de la semana, del mes y del año, pero no debe pasar de ser un medio y convertirse en un fin, cosa que ocurre en las sociedades occidentales, sin que quizás seamos conscientes del precio que pagamos por ello.

Quiero y deseo que haya cada vez más buenos profesionales de la cocina en España, con prestigio internacional, y en el resto de sectores,  pero también que el placer tenga el sitio adecuado porque nos jugamos mucho todos.

El placer es necesario, pero mal enfocado, - y lo está cuando se convierte en un fin en si mismo- , nos centra en nosotros mismos y convierte a todo lo que nos rodea que no sea placentero en algo a evitar, eliminar, suspender, mitigar,... generando modelos de  comportamiento que nos hunden en la preocupación, cuando no en la angustia, cada vez que vemos un telediario o abrimos un periódico. Todos tenemos experiencia de que cuando suben las horas de placer sube la impulsividad, disminuye el autocontrol, aumenta la agresividad, baja el esfuerzo, anida el egoísmo y con él los comportamientos más o menos disruptivos con nuestro entorno y las personas que están en él. El problema es que el consumo de placer no es algo pasajero en los países desarrollados; está instalado en la vida cotidiana del que esto escribe y del resto de congéneres, con una tendencia clara a doblarnos el pulso. Ha dejado de ser un medio necesario para el equilibrio personal, con límites éticos, para ser "el objetivo", con límites débiles,  muy difusos -quizás solo los legales y con tendencia a sobrepasarlos-, desfigurados por innumerables justificaciones.

A pocos les preocupan que las televisiones, en busca de una mayor audiencia, no establezcan barreras morales en sus contenidos siempre que “distraigan” y “entretengan”, ...aunque luego nosotros o nuestros hijos bajemos el listón de humanidad en nuestra relación con los demás, por mimetismo con lo que se ve. A los hijos se les exige poco y se les pone escasos límites  “porque tienen derecho a disfrutar”, todavía son pequeños, aunque pasados los años suframos a un adolescente autoritario y egoísta, que hemos ido forjando con empeño y dedicación. Los profesores deben mandar pocos deberes, para que “los niños tengan tiempo de jugar”. A los adolescentes les debemos explicar que es el sexo y “cómo usarlo de forma segura y placentera”. Para que no molesten en la ciudad les construimos botellódromos. Y así podríamos seguir, poniendo ejemplos prácticos de como el “hedonismo” se ha convertido en un contravalor que se incrusta con naturalidad en nuestra vida ordinaria, en pequeñas cosas, sin percatarnos del peaje que se paga a corto, medio y largo plazo que no es otro que - a modo de ejemplo- el miedo y la desconfianza hacia los demás y, si me apuras, la angustia y la desazón, que empieza por presentir que nuestros hijos nos verán como un estorbo cuando alcancemos la  vejez.

Cada vez más  nos abrumamos, escandalizamos, acongojamos, alarmamos, asustamos…con noticias que ponen de manifiesto la brutalidad de la que es capaz el ser humano. Hace unos días un conquense asesinaba a dos mujeres jóvenes y las enterraba en cal, una señora tiraba a la basura a su hijo recién nacido, otra degollaba a su hijo de tres meses, un señor asesinaba a sus dos hijas, etc. Es verdad que también sigue habiendo gente con comportamientos ejemplares, pero hay números que reflejan una sociedad con problemas, como  el número creciente de divorcios, el aumento de las agresiones de hijos a padres, la mayor  incidencia de enfermedades mentales, el aumento del  alcoholismo en los jóvenes, la violencia de género desmadrada a pesar de poner medios y dinero sin fin , etc. Parece que la sociedad se desestructura sin que quizá seamos muy conscientes del por qué. Pues bien, una de las razones es el hedonismo que lleva al egoísmo que, a su vez,  desestabiliza a la persona y sus vínculos y diluye - por mera incompatibilidad- los valores que pueden ayudarle a levantarse.

Una sociedad egoísta, hedonista, consumista,... tiene poco futuro si no rectifica. Lo malo es que la rectificación a veces no es pacífica, porque en este modelo social "todo el mundo defiende lo suyo" y pocos piensan en el interés general. Así no es de extrañar aquello tan evangélico del "pueblo contra pueblo, nación contra nación, padre contra madre, hijos contra padres..." De cambiar esto somos responsables todos, cada uno con los medios que tiene a su alcance y en su entorno más cercano. Podemos elevar el listón de la exigencia y del esfuerzo a nuestros hijos - sin olvidar el cariño y el afecto-, podemos hacer mejor nuestro trabajo, podemos señalar menos a los demás como la causa de nuestros males y revisar nuestro carácter, nuestros defectos, para ver como los podemos limar algo. Podemos cambiar el chip y pasar de esperar a que los demás y la sociedad haga algo por nosotros a hacer nosotros algo más por nuestra familia, nuestro cónyuge, nuestros hijos o nuestros vecinos. Podemos preguntarnos cual era la fuente de los valores que apreciábamos, que echamos de menos en los demás pero que quizás tampoco vivimos nosotros.

En la vida hay un ingrediente con el que hay que convivir con naturalidad, que se llama contrariedad, esfuerzo, dolor, sacrificio. No es un drama no poder consumir lo accesorio o consumirlo menos. Es bueno ser conscientes que las cosas funcionan con el esfuerzo de todos. Las puertas de la auténtica felicidad se abren hacia afuera, cuando salimos de nosotros mismos y pensamos en los demás, en lo que tenemos y no tienen otros, y no solo en lo que no tenemos; cuando regalamos tiempo y recursos, cuando somos solidarios, generosos, pacientes, compasivos, comprensivos, etc. El placer "fuera de lugar" es un espejismo de felicidad momentánea que exige estímulos cada vez mas fuertes y que nunca llena, mejor dicho, llena de vacío y soledad.

Un placer sin control, sin normas, sin ética que lo limite, genera una persona que se autolimita, sin voluntad - o con una voluntad mermada - para alcanzar metas de calidad y, por tanto, con menos libertad entendida como la capacidad de elegir la mejor opción que, casi siempre, es la más costosa. Comprarle a nuestros hijos la "piruleta" que ha visto en la cola del supermercado, para acallar su barraquera, unida a otras cesiones parecidas en cosas pequeñas y cotidianas , es hipotecar poco a poco su futuro.

Cuando nos MIRAMOS MENOS EL OMBLIGO, nosotros iremos mejor y la sociedad irá mejor. Cuando rescatemos con el ejemplo de cada uno, -que es la mejor forma de empezar a cambiar la sociedad-,los valores que vivían nuestros abuelos, colocaremos entre todos el número de barbaridades en cifras normales y sustituiremos el miedo a los demás, por confianza y esperanza.

Claro que el esfuerzo por ser una persona que valga la pena es insostenible sin una cosmología. Como decía un ilustre “socialista” de mi ciudad: “no podemos quejarnos de que no haya valores en la sociedad si hacemos esfuerzos denodados por cargarnos a las instituciones que los sostienen” o, dicho de otra forma, los valores no los sostiene el hombre sino  alguien que lo trascienda y que no esté sujeto a los movimientos pendulares de los que está llena la historia de la humanidad, que nos han llevado a las mayores barbaridades, sin que aprendamos demasiado de ellas.

No queremos el “corsé” de lo objetivo, de la verdad, pero sufrimos las consecuencias del dogma de la subjetividad. Así nos va y los que nos queda por ver, si Dios no le pone remedio, que lo hará. Mientras tanto, ojala que el esfuerzo y dedicación que pone el chef al que hacía referencia lo pongamos también  tu y yo en ser mejores personas para que todos sintamos que vivimos en una sociedad de calidad y con valores.

Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Daniel Bell, profesor  emérito de sociología de la Universidad de Harvard:

"El hedonismo, la idea de placer como modo de vida, se ha convertido en la justificación cultural, si no moral, del capitalismo"

José Antonio de la Hoz


La felicidad de tus hijos: breves consideraciones

Todos tenemos una idea, más o menos clara, de cuándo nos hemos sentido mejor con nosotros mismos. Identificamos actos en nuestra biografía personal que llenaron de sentido nuestra existencia durante un tiempo determinado y, por tal motivo, estamos predispuestos a repetirlos. Quizás fueron  horas, días, meses,…o toda la vida, para personas muy especiales, que son una referencia para todos. Tal vez  fue la atención a una persona que necesitaba de nosotros, el regalo desinteresado de nuestro tiempo o dinero, la escucha paciente de un problema o necesidad ajena, el acompañamiento a otro en los momentos duros de la vida, u otros comportamientos que nos ayudaron a salir de nuestro reducido mundo, a relativizar nuestros problemas, a valorar lo poco o mucho que tenemos,... a DEJAR DE MIRARNOS EL OMBLIGO

En general, cuando nuestro comportamiento y nuestras actitudes están impregnados por la generosidad, la amabilidad, la compasión, el perdón, la educación,…sentimos que nuestra vida tiene contenido, relieve, sentido, profundidad, y repercute positivamente en nosotros y en los demás, en la sociedad. Nos acerca a lo que entendemos por equilibrio interno, felicidad o paz. Los ideales que pueden llevar a cultivar estos aspectos, que exigen esfuerzo y renuncia, pueden ser variados. Yo, como creyente, veo en ellos algo del soplo divino en la humanidad, pero también he visto estas actitudes en persona alejadas de la práctica religiosa. En cualquier caso, casi siempre se trata de personas que se esfuerzan por ser ejemplares en su profesión y en su vida personal, con una voluntad fuerte construida a base de renuncias al propio capricho  y una personalidad muy madura.

Si, para hacer el bien hay que ejercitarse en la renuncia al propio deseo a lo largo de la vida. Vencimientos cuando, siendo joven, no hay ganas de estudiar pero se estudia, no hay ganas de bajar la bolsa de la basura pero se baja, no apetece lo que toca de comer pero se come, apetece recurrir al insulto pero se aguanta, nos gustaría seguir en la cama cuando suena el despertador pero nos levantamos, nos quitamos las anteojeras que nos impiden ver lo que los demás hacen por nosotros y comenzamos a dar las gracias, etc. Para estas personas los momentos de disfrute, que los hay, son intensos y llenos de sentido, porque también saben disfrutar, pero no están hastiados de hacerlo.

También es necesario haber pasado por el deleite de observar esas actitudes en los seres queridos más cercanos, los padres. El ejemplo de ellos es insustituible y de una elevada influencia y eficiencia en nuestra educación y, por tanto,  en nuestras vidas. Así mismo, ayuda  que nuestros padres den un valor parecido a sacar buenas notas y a SER PERSONA, más bien BUENA PERSONA.

El autoconcepto se construye con los vencimientos en todos los aspectos de nuestra vida diaria. También en los referidos a nuestras relaciones con los demás. Un buen autoconcepto es una parte importante de nuestra potencial felicidad a lo largo de la vida. Uno de los objetivos de la educación de los hijos es  explicarles cómo se es más feliz y ayudarles a conseguir los hábitos y capacidades que acercan a ese estado.

Esta sociedad funcionará mejor si potenciamos esas actitudes que nos hacen mejores y enseñamos a nuestros hijos, sobre todo con nuestro ejemplo, el camino para cultivarlas. Debemos persuadirnos de que, paradojas de la vida, SOMOS MÁS FELICES CUANDO NO BUSCAMOS SERLO.

Termino con dos frases relacionadas con el tema. La primera es de Platón, la segunda deMartin Seligman, padre de la psicología positiva:

  • El orden se arranca, con esfuerzo permanente, al caos.
  • Son más felices las personas que dedican tiempo a los demás. Esto actúa como factor preventivo de las enfermedades mentales
José Antonio de la Hoz


Autoconcepto: educar para la felicidad



Acabo de leer una cita de Martin Luther King que dice lo siguiente“Si la tarea de alguien es limpiar las calles, debería limpiarlas como Michelangelo  trabajaba sus esculturas, o como Beethoven componía su música, o como Shakespeare escribía sus obras”

El trabajo, nuestro trabajo, nos asigna un determinado estatus en la sociedad. Los demás nos miran en función de qué tipo de empleo tenemos. Esto es injusto pero indiscutible y, en este sentido, no es igual el oficio de un barrendero que el de un notario. Pero el trabajo también tiene un componente psicológico. Todos tenemos un juez interior que nos atribuye “una puntuación simbólica”, en función de cómo llevamos a cabo nuestras tareas, cómo las terminamos, que grado de exigencia ponemos en su terminación. Es lo que llamamos “autoconcepto”. En este segundo sentido, el barrendero puede dejar las calles impolutas y el notario terminar las escrituras con flecos y errores.

El barrendero puede ser feliz con su trabajo y el notario verse como un perezoso chapucero. A título personal, he conocido a trabajadores manuales que terminan excelentemente sus tareas y a profesionales liberales que son auténticos chapuceros y viceversa. Pues bien es posible que el barrendero sea el protagonista de un ambiente familiar equilibrado y agradable porque, ya se sabe, para hacer felices a los demás primero tenemos que ser felices  nosotros mismos. El notario, a pesar de disfrutar de un estatus social envidiable puede, no obstante,  no tener una buena imagen de sí mismo, lo que le otorgaría un  cierto grado de infelicidad y de descontento, que influye en su entorno y en las personas más cercanas.

Por este motivo es importante que los padres pongan amor en lo que hacen, tanto fuera como dentro de casa, porque está en juego su estabilidad emocional y la de sus hijos. Todos debemos poner empeño en lo que hacemos, cuidando los pequeños detalles. Así daremos un paso adelante para mejorar esta sociedad, por la vía de los hechos y de la calidad en las relaciones.

No quiero terminar sin añadir que los profesionales de la salud mental hablan del trabajo y del desempeño personal, como una de las fuentes de la propia felicidad.

Muchas noches me encuentro, antes de llegar a casa, con el camión de la basura. Siempre pienso que su tarea no tiene precio y su valor social es incuestionable. Basta con recordar lo que ocurre en las huelgas del servicio recogida de basura. Por eso, siempre que llego andando a casa les doy las buenas noches y les dedico una agradable sonrisa

Mundos virtuales (I)


Hace tiempo que quería escribir sobre la capacidad del ser humano, de cada uno de nosotros, de crear mundos virtuales y vivir en ellos, alejados de la realidad. Esto es especialmente importante cuando hablamos de la educación y formación de personas.  Voy a recrear algunas situaciones, para que nos vayamos entendiendo:

1.  Hay padres que evitan que sus hijos se esfuercen, que entren en contacto con la contrariedad, que asuman responsabilidades, que valoren lo que cuestan las cosas. Veamos algunas manifestaciones prácticas:

o   No hacer nada para ir acostumbrando a los hijos, desde pequeños, a tener un tiempo de trabajo personal. Al principio para emborronar folios o cartulinas, con lápices de colores. Más adelante para estudiar lo visto en clase y hacer los ejercicios mandados.

o   No encargar ninguna tarea en la casa. La madre y el padre recogen y ordenan el cuarto del hijo, retiran y limpian sus platos y cubiertos, les hacen la cama, les llevan el desayuno al cuarto, etc.

o   Reaccionar negativamente cuando un profesor corrige, con razón,  a nuestro hijo/a.

o   Ceder  a la mayor parte de los caprichos de nuestros hijos, desde pequeños. Hablamos de juguetes, comida, bebida, ropa, dinero, etc.

o   Exigir a nuestros hijos de forma desmesurada, fuera de lo ordinario para su edad o capacidad,  sin apenas mostrar afecto .
o   …….

o   Estas y otras formas de actuar de los padres, provocan que los hijos vivan en mundos virtuales, cómodos o excesivamente incómodos, sin equilibrio, desnaturalizados, inmaduros….que les lleva a relaciones  demasiado conflictivas con el entorno, porque no encuentran en él  la misma actitud que en casa. Los demás, o sea los que no son ni su padre ni su madre, no se acomodan a ellos y por eso consideran que son víctimas de un mundo irracional, que va en su contra, cuando en realidad son sujetos pasivos de una educación deficiente que les va a marcar de por vida.

o   Consejo: con los hijos  hay que buscar un sano equilibrio entre afecto, cariño, amor y exigencia. Han de ser autónomos lo antes posible, en un mundo real, no virtual….Vamos a estar ahí cuando se equivoquen, para aconsejar, corregir y enseñarles a asumir responsabilidades,…pero les querremos incondicionalmente. Les enseñaremos a levantarse, le ayudaremos un poquito más de lo indispensable,… ¡pero tendrán que aprender a levantarse solos!

2.  Algunos padres mienten y enseñan a mentir a sus hijos. Veamos algunos ejemplos:

o   Cuando alguien nos llama por teléfono a casa y le decimos a nuestros hijos que cojan el teléfono y digan que no  estamos.

o   Cuando les mentimos nosotros mismos, porque nos parece el camino más cómodo para evitar que insistan en algo.

o   Cuando  el padre miente a la madre, o la madre al padre, para evitarles una reprimenda.

o   Cuando les decimos que mientan para superar una situación incómoda, etc

o   Cuando mentimos delante de ellos para conseguir algo o para esconder una situación,….ante un pariente, ante otro hermano. Ejemplo: decir que ha sacado buenas notas cuando en realidad ha suspendido.

o   La mentira siempre se vuelve en contra de los padres, si no la evitan ellos mismos y la corrigen en sus primeras manifestaciones. Los hijos la usarán, sobre todo en la adolescencia, para evitar correcciones y responsabilidades. Recuerdo a una familia que me vino desconsolada a decirme que su hijo, que llevaba cinco años estudiando  en Madrid, no había superado el primer año, cuando pensaban que se había graduado. Recuerdo a otros padres que descubrieron que su hijo, de dieciséis años, llevaba tres consumiendo hachís. Lo dicho, la mentira siempre se vuelve en contra de los padres.

o   Consejo: la veracidad es condición indispensable para educar y ser educado. La mentira es un mundo virtual que nos aleja de la realidad. No siempre hay que decir todo a todos, pero para eso está el silencio o la recomendación de que no nos pregunten determinadas cosas. También podemos invitar a tratar un tema en otro momento. Todo menos la mentira, sobre todo delante de nuestros hijos. Recuerdo a una persona que nunca mentía, porque su madre, viuda, siempre había confiado en ella.

3.  Hay gente que cree tener virtudes de las que carece o defectos que solo existen en su imaginación. La raíz de estos pensamientos, en no pocas ocasiones tienen su raíz en el estilo educativo de sus padres:

o   Hay padres que solo ven defectos en sus hijos. Les parece que todo lo hacen mal y, además, no les dejan hacer nada porque les parece  lentos o limitados. Tarde o temprano se quejan de su falta de iniciativa, no entienden sus estados depresivos, su rebeldía,…etc.

o   Hay padres que piensan que sus hijos no tienen defectos y les atribuyen virtudes que no poseen, o poseen en grado más limitado del que ellos aprecian. Los profesores, los amigos, los parientes, y más tarde, el jefe, la pareja, ….”no lo valoran adecuadamente”. Tarde o temprano, el hijo tendrá que bajarse de un pedestal que no le corresponde,…si es que se baja, porque no es fácil el descenso, al que el entorno social y profesional le invita permanentemente.

o   Consejoacepta a tu hijo tal y como es. Ponle metas a las que pueda llegar. No abuses del halago; asócialo al esfuerzo y no a las virtudes. Equilibra las críticas con los halagos. Tu hijo tiene derecho a equivocarse sin ser criticado, enjuiciado, condenado y denostado. Alaba siempre la iniciativa y la creatividad. No exijas la perfección en todo. 

4.    Determinados programas de televisión y videojuegos dan una imagen del ser humano demasiado “comercial”, para captar audiencia, presentando modelos de conducta deformados, extraordinarios, demasiado impregnados de sexualidad, violencia, engaño, odio, venganza…, que pueden incidir en nuestro comportamiento y en el de nuestros hijos. Un motivo más para seleccionar lo que se ve y evitar la excesiva exposición a la caja tonta.

5.    Por último, para terminar con esta primera entrada sobre los mundos virtuales, quizás con demasiada frecuencia juzgamos y sentenciamos a los demás, sin conocer más datos que los que nos ofrece nuestra imaginación, atribuyéndoles intenciones que solo existen en nuestra subjetividad, llegando incluso a dañar su imagen y honor.


A que esta actitud crezca más de lo normal, han contribuido determinados programas de televisión que viven de despellejar en público a todo el que se pone a tiro.

Ética y felicidad o cómo mejorar el autoconcepto

 Hace poco tiempo todos los telediarios recogían la escena protagonizada por un atleta español que, al final de una competición en la que participaba,corregía a un atleta de color. Este iba el primero y, a pocos metros de la meta, se equivocó de ruta hasta el punto de garantizar su derrota por nuestro protagonista, que reaccionó ayudándolo a corregir el error y dejando que llegará el primero, cosa que habría ocurrido en circunstancias normales.

En medio de un entorno plagado de noticias de corrupción, un comportamiento ejemplar y ético se convierte en noticia. Pero,  además, actuar de forma ética influye en nuestro autoconcepto de dos maneras: genera un juicio propio positivo sobre nosotros mismos y genera un juicio de los demás hacia nosotros, que retroalimenta el juicio propio. Generamos credibilidad y confianza en nuestro entorno. Nos convertimos en una referencia para los que nos rodean. Es inevitable que generemos alguna envidia, crítica y dudas, pero la reacción general será siempre más positiva que negativa.

En el trabajo la ética es una cualidad que adorna al lider real, aunque quizás no lo sea formalmente.

Ser justos, honrados, compasivos,  respetuosos con los demás, saber reconocer y corregir errores,…con los hijos, con el cónyuge, con los compañeros, vecinos y amigos…, no surge de forma espontánea, hay que currárselo y cuesta. Pero son muchas las ventajas  que ya he  apuntado:

1.     Estar a gusto con nosotros mismos, gracias a un buen autoconcepto. Disfrutamos de un poquito más de felicidad.

2.     Los demás están a gusto con nosotros, en esta faceta de nuestro comportamiento. Esto refuerza nuestro autoconcepto y….somos un poquito más felices.

3.     Somos una referencia viva para los que nos rodean, un ejemplo a seguir,  …como dirían algunos, SOMOS CATALIZADORES del cambio en nuestro entorno .

4.     Ayudamos a que esta sociedad mejore.  Cómo dice María de la Válgoma “…Una acción individual puede desencadenar todo un movimiento colectivo”

Por todo lo anterior, sería interesante:

1.     Que los profesores incidieran más, de forma transversal o directa, en la formación ética de sus alumnos. Centrándose en contenidos universalmente aceptados: Justicia, honradez, compasión, humildad o perdón.

2.     Que los padres den ejemplo y eduquen a sus hijos en la ética. Quizás pueden incidir en un aspecto concreto cada mes. A título de ejemplo: no decir a los hijos que digan que no estamos cuando atienden una llamada telefónica incómoda,  ayudar en las tareas de casa, devolver algo que nos encontramos, avisar a un dependiente si se ha equivocado en la vuelta a nuestro favor, tratar bien a los más débiles en el trabajo, colegio, …etc. Ahhhh, y seleccionar los programas de televisión que se ven, en función de este criterio.

3.     Qué bueno sería que los medios de comunicacióncambiasen la orientación de la mayor parte de sus mensajes, buscando un desequilibrio a favor de los comportamientos éticos,  en programas de diversión, en noticias…etc. Dirigir alguna carta al director de un periódico, radio, cadena de televisión, …en esta línea, de vez en cuando, es ejercer nuestros derechos ciudadanos.

Si actuamos de forma ética quizás  seamos más pobres, ganemos menos dinero y tengamos menos cosas, pero en el fondo todos buscamos la felicidad y el dinero sin ética machaca nuestra conciencia mientras dure la ecuación, aunque disfrutemos de una esplendorosa sonrisa externa.


La risa y el humor ayudan


El humor y la risa son buenos para la salud física y emocional. Los que ríen habitualmente, los que saben quitar hierro a las contrariedades que nos trae la vida y, en general, los que ponen unas gotas de humor en su día a día, se ayudan  asimismo y ayudan a las personas de su entorno. Por ese inserto aquí este breve artículo de Marta Prieto Asirón


Reírse de la vida, de uno mismo, de momentos negativos pasados… La risa es un aspecto importante para superar dificultades, tanto físicas como psicológicas.

La risa se define como una respuesta biológica producida por el organismo como respuesta a determinados estímulos, fundamentalmente al estrés.

La sonrisa se considera una forma suave y silenciosa de risa. La risa en los seres humanos se inicia hacia los cuatro meses de edad, y según recientes estudios científicos, constituye una forma de comunicación innata heredada de los primates e íntimamente relacionada con el lenguaje.

En función de la fuerza con que se produce, la risa puede variar tanto en su duración como en su tono y características. Así, usamos distintas palabras para describir lo que consideramos diferentes tipos de risa: chasquido, carcajada, risotada, risita, risa despectiva, desesperada, nerviosa, risa malvada…

De entre las señales emocionales, la sonrisa es la más contagiosa de todas, y el hecho de sonreír alienta los sentimientos positivos. Al igual que la risa propiamente dicha, la sonrisa es innata, y los niños sordos y los ciegos sonríen. Algunos estudios demuestran que la risa varía en función del sexo: las mujeres tienden a reírse de una forma más cantarina, mientras que los hombres tienden a reírse bufando o gruñendo.

Cada vez se ríe menos. Los niños de 7 a 10 años se ríen alrededor de 300 veces al día, mientras que los adultos lo hacen menos de 80 veces diarias. Existe gente que raramente se ríe, e incluso algunas personas que no sienten la necesidad de reírse. Pero la risa tiene muchísimos beneficios para la salud y el bienestar:

  • El estrés disminuye durante los episodios de risa, disminuye la epinefrina y la cortisona. La risa incrementa la producción de anticuerpos y la activación de células protectoras como los linfocitos, que producen la inmunidad celular, importante para evitar la formación de tumores.
  • Las carcajadas o risas alegres y repetitivas mejoran el ,estado de humor reducen los niveles de colesterol en sangre y regulan la presión sanguínea.
  • La risa aumenta el apetito de forma análogo a como lo hace el ejercicio físico moderado.
  • Libera del temor y la angustia.
  • Contribuye a disminuir la ira, a un cambio de actitud mental, que favorece la disminución de enfermedades.
  • Favorece la digestión al aumentar las contracciones de todos los músculos abdominales.
  • Facilita la evacuación debido al masaje que produce sobre las vísceras.
  • Aumenta el ritmo cardíaco y el pulso, estimula la liberación de las endorfinas, que permite que éstas cumplan una de sus importantes funciones, como es la de mantener la elasticidad de las arterias coronarias.
  • Disminuye la presencia del colesterol en la sangre pues equivale a un ejercicio aeróbico.
  • La risa es un activador metabólico, que provoca la liberación de adrenalina, favoreciendo la pérdida de calorías.

Sonríe y siempre, verás todas tus situaciones con otro matiz y otro punto de vista. Mantente siempre feliz.

Enseñarlos a ponerse en tú lugar




Interesante artículo publicado en the family watch, en el que se relaciona, con maestría, la sobreprotección de los hijos con su falta de empatía.


"No hay duda de que nadie nace con la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Se aprende de nuestra experiencia con las figuras de apego, que se va practicando y entrenando a lo largo de la vida. Aún así, a veces es difícil ponerse en la piel del otro, a no ser que pasemos por la misma situación.

Según Esther Blanco, psicoterapéuta de la Clínica Andrés Calvo y Esther Blanco, los 
niños y niñas de 2 a 3 años ya saben que el otro tiene un punto de vista diferente al suyo, aunque no sepan situarse en el lugar del otro en todos los casos. “El conocimiento y la compresión de los demás no se limita a conocer el punto de vista del otro, sino también a comprender lo que sienten los demás. Los niños a esta edad son capaces de reconocer las emociones más simples de los otros. A lo largo de los años van siendo capaces de reconocer emociones cada vez más complejas. Así, a los 7 años ya son capaces de indicar situaciones en las que una persona siente orgullo, preocupación, gratitud, culpa y entusiasmo: incrementándose a los 10 años con la emoción de alivio y decepción”.

Pero, 
¿por qué es tan importante que desde pequeños sepan ponerse en el lugar del otro? Según la psicóloga Teresa Rosillo, de Pericial Psicológica, ofrece múltiples aprendizajes sobre nosotros y sobre los demás:

- Nos da 
información sobre distintas formas de sentir, pensar, analizar y vivir una misma situación.

- Permite que   nos 
salgamos   de   nuestro   egocentrismo y ver las cosas desde fuera.

- Nos da la opción 
de vernos desde la perspectiva del otro y ser conscientes de que siente, piensa… de diferente manera.

- Permite darnos cuenta de las 
circunstancias que pueden estar influyendo en una situación.

- Que la cultura, la familia, lo vivido…ofrecen diferentes formas de sentir, vivir, pensar…

- Nos da la opción de 
corregir nuestras ideas preconcebidas y los posibles malentendidos.

- Nos permite 
luchar contra nuestras ideas persecutorias y nuestras ansiedades…

- Nos da la opción de 
ser más justos con nosotros y los demás, actuar como un juez instructor que estudia el caso y no simplemente que juzga sin mirar circunstancias, atenuantes o eximentes.

Esther Blanco insiste en la necesidad 
de que los padres sepan que los niños que son empáticos “tienen más conductas sociales positivas (prosociales, asertivas, de consideración con los demás, de autocontrol y liderazgo) y pocas negativas (pasivas, agresivas, antisociales y de retraimiento)”.

En el caso de los adolescentes con alta empatía también tienen muchas conductas sociales positivas (prosociales, asertivas y de consideración con los demás), alto autoconcepto y alta capacidad para analizar causas que generan emociones negativas, mostrando pocas conductas sociales negativas (agresivas, antisociales y de retraimiento).

El problema, según señala Teresa Rosillo es que 
actualmente muchos padres creen que lo mejor para sus hijos es dárselo todo y estar siempre disponibles, dispuestos a satisfacer todos los deseos del menor. Han deseado tanto tener un hijo o disfrutan tanto con ello que no quieren verle sufrir, frustrar sus deseos o simplemente, gozan enormemente al verle sonreir.

“De esta forma, el padre/madre 
no deja que el niño aprenda a ponerse en su lugar, no entiende que su madre pueda estar cansada para leerle el cuento porque todos los días pase lo que pase, se lo sigue leyendo, no entiende que no pueda cogerle en brazos, porque a pesar del dolor de espalda, lo acaba haciendo”, señala la psicóloga de Pericial Psicológica.

Advierte que si no le damos al niño la oportunidad de ponerse en nuestro lugar, él nunca lo hará. “Esto motivará que no piense en el otro como un ser con sentimientos, emociones, proyectos…Más adelante, cuando se vuelva un niño exigente y, en ocasiones tirano, nos sorprenderá y nos sentiremos defraudados después de todo lo que nosotros hemos hecho por ellos anteriormente”.

Se ven muchos niños tiranos que, además de no haber tenido límites, no son capaces de ponerse en el lugar del otro. Son niños que no se sienten culpables por el daño causado porque no se sienten responsables de él. Les han acostumbrado a que la norma es que sus deseos se vean cumplidos y no toleran  que no ocurra. “Debemos enseñar a nuestros hijos día a día a ponerse en nuestro lugar (dependiendo de su edad se hará de una u otra manera). Que entienda que tenemos una vida fuera de lo que ellos puedan ver. Unos sentimientos y emociones propias, expectativas y deseos. Tiene que saber que también nos cansamos, nos duele el cuerpo y nos enfermamos. Así se conseguirá que el niño pueda salir de su egocentrismo natural y ver más alla.


Pautas de actuación diarias:

Cuando estés cansado dile que hoy no puedes hacer algo y no termines haciéndolo.

- Explícale qué te pasa si te 
duele la cabeza y dile que piense en cómo se siente él cuando le duele algo.

- Si no puedes hacer algo porque 
te duele algún miembro de tu cuerpo, díselo que lo acabará entendiendo: “me encantaría cogerte cariño pero no puedo porque me duele muchísimo la espalda”.

Cuéntale que has hecho durante el día para estar cansado.

Explícale por qué hoy no tienes muy buen humor, dile que tendrá que tener paciencia contigo porque hoy tú no la tienes.

- Explícale que te ha pasado para 
perder los nervios y pídele perdón por ello.

- Pídele su colaboración el día que 
no te sientas con fuerzas para hacer algo: “hoy me tienes que ayudar y como un mayor me vas a obedecer a la primera”.

Cuéntale tus cosas: “me he enfadado en el trabajo con alguien”, (para que entienda que has tenido un mal día y que tienes un día fuera de lo que él ve).

- Hazle partícipe de 
tus deseos o ilusiones, que entienda lo que te gusta hacer: “mañana voy a comer con una amiga y me apetece mucho” (que entienda que tú también tienes amigos y te gusta estar con ellos, que vea que tienes un mundo más allá de lo que él ve).

- Cuéntale cosas del pasado en las que has podido sentir lo mismo que él, se sentirá más comprendido y te entenderá también mejor: “yo también me ponía nerviosa el primer día de clase... recuerdo que…”.
- Explícale que hay 
diferentes formas de sentir, de vivir, de pensar, en función de la cultura, la familia o las experiencias vividas. Dale otros puntos de vista.


Con información de Teresa Rosillo, de Pericial Psicológica.

Fuente: http://www.thefamilywatch.org/cos/cos-1230-es.php "

Comunicación y Soberbia. Mario Alonso Puig


Mario Alonso Puig ha sido muchos años cirujano y ahora es investigador en neurociencias, conferenciante y consultor de primer nivel. Cuenta con un curriculum más que abultado y está presente, como speaker, en los foros más importantes a nivel internacional.  El 12 de abril de 2013 publicó este interesante artículo en http://www.elconfidencial.com  con el título: "Recuperando el lenguaje de la vida: cómo conseguir una comunicación no violenta" . 
Muchos de nosotros conocemos la historia bíblica que hace referencia a la Torre de Babel. Los hombres, hace muchos años, comenzaron a construir una torre que había de llegar hasta el mismo cielo. Cuando estaban sumidos en tan magna obra arquitectónica, algo asombroso les ocurrió. Todos ellos empezaron a hablar en lenguas tan distintas que les resultaba imposible entenderse. Por eso la Torre de Babel jamás se completó.
Este tipo de historias puede interpretarse al menos, de tres formas diferentes:
1º- Se trata de un relato verdadero desde el punto de vista histórico.
2º- Es una pura fantasía.
3º- Independiente de que sea un relato histórico o un relato fantástico, nos quiere transmitir una lección de gran valor.
La reflexión que me gustaría que usted, apreciado lector, y yo hiciéramos, está enfocada en la tercera forma de interpretar el relato.
La Torre de Babel está llena de símbolos. Cuando el ser humano aspira a ser un dios, se llena de arrogancia, soberbia y autosuficiencia. Además, lejos de ver a los demás como a otros dioses, les ve como utensilios para sus propios fines. De esta ansia de poder hablaba mucho el filósofo alemán Nietzsche cuando decía: “El hombre es voluntad de poder”.
Cuando nos invade la soberbia, exigimos ser escuchados y perdemos el interés en escuchar para comprender. ¿Para qué escuchar a aquellos a quienes en esos momentos estamos viendo como simples utensilios?
Cuando no nos dejamos ayudar por otros para cubrir nuestras necesidades, todo nuestro ser se debilita”
Todos sabemos que cuando nos escondemos tras la armadura de nuestra autosuficiencia, también estamos escondiendo lo que de verdad sentimos y necesitamos. Nuestros sentimientos y nuestras necesidades nos convierten en seres vulnerables que necesitan de la ayuda de los demás. Sin embargo, es en el reconocimiento de esta vulnerabilidad y de esta menesterosidad donde radica nuestra verdadera fuerza. La fuerza de la unión, la fuerza de la cooperación y la fuerza de la visión compartida emanan de la comprensión profunda de que todos los seres humanos mientras sigamos vivos, tendremos sentimientos y tendremos necesidades.
Cuando nuestro corazón se endurece, nuestro lenguaje simplemente agrede y por eso acabamos recibiendo aquello mismo que emitimos. Quien siembra vientos, recoge tempestades. Esta es una conversación suicida, y es suicida porque nos va aniquilando poco a poco al condenarnos  a la soledad y al aislamiento.
Hemos de volver a recuperar el lenguaje de la vida, un lenguaje de sentimientos y de necesidades y deshacernos de una vez por todas del lenguaje que se usa cuando se está detrás de la armadura. Todos sin distinción, queremos lo mismo, sufrir menos y ser más felices. Para poder conseguirlo, necesitamos equilibrar nuestros sentimientos y cubrir nuestras necesidades.
Hay una preciosa fábula de alguien al que se le permitió visitar el Cielo y también visitar el Infierno. A aquel invitado le sorprendió ver que en el Cielo a todos se les veía perfectamente nutridos, mientras que los habitantes del Infierno estaban todos escuálidos y demacrados. El invitado le preguntó al Guardián del Cielo por la razón de aquello:
–¿Es que acaso los habitantes del Cielo tienen todo lo que necesitan para comer y los habitantes del Infierno no tienen nada?
–En absoluto, contestó el Guardian del Cielo. Todos tienen la misma cantidad de alimentos.
–Entonces, no entiendo por qué los habitantes del Infierno están tan desnutridos.
–Ven a la hora de la comida y lo entenderás.
Aquel visitante, acudió a la hora de comer tanto al Cielo como al Infierno. Observó que los habitantes de ambos mundos, sólo podían comer utilizando unos palillos muy largos. Los habitantes del Cielo, los utilizaban para dar de comer a otras personas, mientras que los habitantes del Infierno, se empeñaban en usar los palillos para, alimentarse así mismos. Aquellos palillos eran tan largos, que la comida nunca llegaba a sus bocas.
Cuando no ayudamos a los demás a cubrir sus necesidades y no nos dejamos ayudar por otros para cubrir las nuestras, todo nuestro ser se debilita. Tal vez la armadura que ponemos ante los demás nos dé una sensación de protección. Sin embargo, yo creo que lo que de verdad hace es separarnos, inmovilizarnos y hacernos enfermar.


El optimismo alarga la vida


Los consultores son gente muy preparada sobre una determinada materia. Los altos ejecutivos los llaman para buscar consejo, en forma de informe, sobre un problema o para formar a parte de su plantilla y otros menesteres. Pues bien, Pilar Jericó es una reputada consultora y conecté con lo que escribe por su prestigio. También por lo que dice sobre el “miedo como freno del desarrollo personal”.

Encontré un artículo suyo en el País, el 6 de abril de 2013, y aquí lo recojo literalmente, entrecomillado. Solo cambio el formato para facilitar el acceso a las ideas a los/as que leáis en diagonal.

Es de aplicación a padres, profesores y alumnos, porque todos necesitamos ver la botella medio llena, para crecer.

“El optimismo, la mejor crema antiedad

Por: Pilar Jericó | 06 de abril de 2013

Si queremos ser más longevos, tenemos a nuestro alcance un pequeño truco: ser más optimistas. Así lo demostró la clínica Mayo, una de las más prestigiosas de Estados Unidos, después de estudiar a 839 pacientes. Aquellos catalogados como optimistas vivían por término medio un 20% más que los encuadrados en el bando del pesimismo, además de disfrutar de una mejor calidad de vida. No está nada mal como argumento publicitario para una crema interna antiedad. Ahora bien, más de uno puede pensar que el optimismo es una cuestión genética y que si hemos crecido en una familia pesimista, poco podemos hacer. Si alguien lo opina, me temo que está equivocado. Martin Seligman, padre de la Psicología Positiva, después de varias décadas estudiando el optimismo afirma que sólo en un 25% de los casos responde a factores hereditarios... ¡Lo que significa que en un 75% depende de nosotros!  Así pues, no hay muchas excusas para no ponerse manos a la obra.

El optimista tiene una visión más amable de la realidad, encuentra oportunidades hasta en los momentos difíciles y tiene un patrón de respuesta ante las contrariedades muy claro. Seligman analizó dicho patrón resumiéndolo en dos claves. Veásmoslo.

EJEMPLO: 

Piensa en algo que se te da bien como hacer un informe, realizar un determinado ejercicio o cocinar un platoSi crees que es algo habitual o que depende de tu esfuerzo fundamentalmente, tendrás una actitud optimista. Sin embargo, si lo sueles explicar basándote en la suerte o como algo puntual o excepcional, tu tendencia será más pesimista.

Ahora piensa en algo que no te haya salido tan bien. Si en este caso crees que es algo coyuntural y que además, puedes actuar en un futuro para evitarlo, tus rasgos son más  optimistas. Un ejemplo de este tipo de pensamientos es decirse a uno mismo “qué torpe estoy hoy”. No piensas que siempre vaya a ser así. Sin embargo, el pesimista opina de un modo contrario. Cree que lo que le sale mal es habitual y podrá decirse cosas como: “siempre me tiene que pasar a mí todo lo peor” (frase, por cierto, muy manida en nuestra cultura).

Así pues, el cómo interpretemos nuestra realidad, nuestros éxitos y nuestros fracasos, nos permitirá quedarnos encerrados en el pesimismo o por el contrario, ser más optimistas y como consecuencia, más longevos y más felices. Vale la pena prestar atención a ello.


RECETAS:

  1. Presta atención a lo que te dices cuando las cosas no salen como hubieras esperado.¿Consideras que es algo habitual o por el contrario crees que es fruto de una situación que puedes cambiar? Si eres más partidario del segundo tipo de pensamiento, ya sabes, acumulas puntos para el optimismo.
  2. Si te asaltan pensamientos pesimistas porque crees que siempre te ocurren cosas negativas, crea una mesa redonda contigo mismo y rebátete. Todos tenemos motivos por los que sentirnos satisfechos y de todo se puede aprender. Si te ha salido algo mal,¿seguro que es lo habitual? ¿No te están saliendo bien también otras cosas? ¿podrías evitarlo en un futuro?... Date argumentos de tal peso que silencies la voz pesimista. Pregunta a amigos o familiares para darte una visión más amable de tu realidad.
  3. Repite los pensamientos optimistas. El optimismo también es un hábito que requiere frecuencia. Cuanto más lo entrenemos, más posibilidades tenemos de que se interiorice y llegue a ser automático en un futuro.

FÓRMULA:

El optimista tiende a pensar que las cosas positivas son permanentes y las negativas, transitorias y sobre las que puede actuar en un futuro para evitarlas.

PARA ESCUCHAR:  buscar Martin Seligman en Youtube

12 consejos para ejercer la autoridad eficazmente



1. Cuando se ejerce la autoridad se busca una meta. Los padres deben consensuarla, incluso antes de convivir.
2. Todos respetamos unas reglas, de lo contrario la convivencia sería imposible y el desarrollo personal y colectivo una quimera.
3. Nuestros hijos necesitan, desde pequeños,  la disciplina y loslímites para pulir su carácter.
4. Nuestros hijos sacarán lo mejor de ellos mismos en un ambiente familiar de exigencia en todos los miembros.
5. Con el ejercicio de la autoridad debemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar lo mejor posible sus capacidades.También a ser libresresponsables y autónomos, lo antes posible
6. La voluntad y el orden van a determinar la eficiencia de nuestros hijos para alcanzar metas. Para conseguirlas hay que decirles muchas veces que no.
7. La autoridad sin cariño, afecto y amor se convierte en autoritarismo y suponen un lastre para el desarrollo de nuestros hijos.
8. La autoridad eficaz no es caprichosa, se atiene a un plan y es persistente. Se exige en pocas cosas y en las adecuadas a su edad.. Si exigimos en todo causaremos ansiedad, frustración y violencia.
9. La autoridad en el hogar tiene un componente estándar para todos los hijos y otroindividualizado para cada hijo.
10. La autoridad se ejerce de forma distinta a cada edad. En la adolescencia se dialoga y se negocia más.
11. Los padres han de dar razones para obedecer, elogiar los esfuerzos y esforzarse por vivir lo que exigen. Convencer no es un requisito para mandar.
12. La autoridad más útil es la otorgada por los mandados en razón de la coherencia, exigencia y amor en el comportamiento del mandante.


Presidente de Coca - Cola: ¡Antes de morir ....Vive!

Hay un amigo de Facebook al que le suelo leer casi todo lo que pone. Es profesor de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Málaga y se llama Alfonso Méndiz. Hoy me encuentro en su muro con el mensaje que pronunció el Presidente de Coca - Cola, Bryan Dyson, al dejar el cargo en 1994. Este mensaje dió la vuelta al mundo y sigue corriendo, como se ve, por la red.
A mi me sirve para darme cuenta de lo que realmente trasciende de nuestras vídas, que no es precisamente la superficialidad en la que podemos vernos inmersos a poco que nos despistemos.
MENSAJE DEL PRESIDENTE DE COCA COLA ANTES DE DESPEDIRSE
“Imagina la vida como un malabarismo en el que estás jugando con cinco pelotas en el aire: Tu Trabajo, – Tu Familia, – Tu Salud, -Tus Amigos, y – Tu Vida Espiritual. Y tú las mantienes todas éstas en el  aire.
Pronto te darás cuenta que el Trabajo es como una pelota de goma. Si la dejas caer, rebotará y regresará. Pero las otras cuatro pelotas: Familia, Salud, Amigos y Espíritu son frágiles, como de cristal. Si dejas caer una de estas, irrevocablemente saldrá astillada, marcada, mellada, dañada e incluso rota. Nunca volverá a ser lo mismo.
Debes entender esto: apreciar y esforzarte por conseguir y cuidar lo más valioso. Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina y deja el trabajo a tiempo. Dale el tiempo requerido a tu familia y a tus amigosHaz ejercicio, come y descansa adecuadamente. Y sobre todo…crece en vida interior, en lo espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno. Shakespeare decía: Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué?. Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, ¡por eso ámala !.
Vive intensamente y recuerda: antes de hablar …¡Escucha!  Antes de escribir…¡Piensa!  Antes de criticar… ¡Examina!  Antes de herir…¡Siente! Antes de orar… ¡perdona! Antes de gastar... ¡GanaAntes de rendirte… ¡Intenta!
ANTES DE MORIR ….¡VIVE!”
 Finalmente, en un discurso a graduados de la universidad, pronunció las siguientes frases...
 No socaves tu valor al compararte con los demás. Somos especiales porque somos diferentes los unos de los otros.
No establezcas tus metas en base a lo que otros piensan que es importante. Sólo tú sabes qué es mejor para ti.





- No descuides lo que más quieres. Aférrate a ello como si fuera tu vida, ya que sin ello, la vida no vale nada.


- No dejes que tu vida se escape de tus manos viviendo en el pasado o en el futuro. Al vivir tu vida un día a la vez, vives todos los días de tu vida.


No te rindas cuando todavía tienes mucho que dar. En realidad nada termina hasta que dejas de intentarlo.


No le tengas miedo a admitir que no eres perfecto. La fragilidad es lo que nos une.


No tengas miedo a los riesgos. Arriesgándonos es como aprendemos a formar nuestro camino.


No alejes el amor de tu vida con el pretexto de que no tienes tiempo. La mejor forma de recibir amor, es dándolo; la manera más rápida de perder el amor es asfixiándolo; y la mejor manera de conservarlo ¡es dándole alas!

No vayas por la vida tan rápido que te olvides no sólo de dónde vienes, sino también de a dónde te diriges.
- No olvides que la necesidad más fuerte de una persona es sentirse apreciada.
No tengas miedo a aprender. El conocimiento no pesa, es un tesoro que siempre puedes llevar contigo.
No uses el tiempo ni las palabras a la ligera. Ninguno de los dos puede recuperarse. La vida no es una carrera, sino un viaje que debe disfrutarse a cada paso…


Las escuelas matan la creatividad

Ken Robinson es un experto internacional en el desarrollo de la creatividad, la innovación y los recursos humanos aplicados al mundo de los negocios. Sir Robinson es asesor principal del Presidente del J. Paul Getty Trust en Los Ángeles.   Cuenta con numerosas menciones honoríficas: en 2003 fue nombrado caballero por la Reina de Inglaterra por sus servicios al Arte.
Defiende que “La estructura de la educación está cambiando bajo nuestros pies, estamos en un proceso de inflación académica. De repente, los títulos no valen nada". Cada persona tiene un talento determinado y la escuela debe descubrirlo y ayudar a cultivarlo. El actual sistema educativo pretende "crear" trabajadores de acuerdo con una jerarquía preestablecida; surgió con la revolución industrial, pero ahora estamnos en otra época.
Todo lo anterior justifica una más que merecida atención a la siguiente entrevista, publicada porLa Vanguardía el 23 de diciembre de 2010.
La mayoría de la gente no disfruta de su trabajo...


... Si es que tiene la suerte de tener uno.
O la desgracia de conformarse con cualquiera. Afortunadamente, también
conozco gente que goza con lo que hace.

¿Cómo lo lograron?
Todos tienen en común que encontraron su elemento: ese lugar del que le hablaba donde coinciden tus habilidades con tus aficiones; lo que sabes hacer con lo que te gusta.

No todos nacen talentudos...
Es que todos tenemos talento si sabemos descubrirlo. Algunos con suerte lo descubren ya de niños con facilidad y el apoyo de su entorno y otros deben esforzarse para hallarlo: a veces contra su familia y amigos.

Y hay profesiones que son pura rutina.
No hay tareas rutinarias; sólo hay modos rutinarios de hacer una tarea. Piense en cocinar, por ejemplo: puede ser un obligado aburrimiento o una creación excelsa.

Si todos tuviéramos un talento diverso, la inteligencia no se podría medir.
Es que no se puede medir: los test fueron un invento supremacista. En realidad, el talento es tan personal como la huella dactilar y hay tantos modos de ser inteligente como personas. No se trata de cuán inteligente eres, sino de qué modo eres inteligente.

Al final, el talento no paga las facturas.
Si haces algo a disgusto, acabas haciéndolo tan mal que al final no podrás ni pagar las facturas. Y eso pasa en la economía global: las tareas que se hacen de forma rutinaria acaban yéndose al país donde las hacen por menos. Sólo quien innova retiene el valor.

¿Tan mal ve usted la educación?
Ya le he dicho que la educación se ha reformado, pero no se ha transformado. Y no pido que se exija menos en el cole, sino más al cole: debemos concentrarnos en localizar y potenciar ese talento único de cada uno. Nuestra escuela aún genera uniformización, pasividad y conformismo.

Es que también hay cada alumno...
Pero todos tienen un potencial, porque ser creativo no es un don que tienen algunos elegidos; es lo que nos hace humanos. Si eres persona, eres creativo. Y se aprende a ser más creativo como se aprende a leer. Es una facultad innata que todos desarrollamos.

¿Cómo se desarrolla la creatividad?
¿Cuántos sentidos hay?

Oído, vista, olfato, tacto, gusto...
Y el sentido del equilibrio; el cinestésico o propiocepción (la percepción de uno mismo y su relación con el espacio)... Y está además el termoceptivo... Pero ¿sabe por qué usted ha pensado sólo en los cinco sentidos?

¿...?
Por comodidad, que es la enemiga de la creatividad. Cuando algo nos parece evidente, no hacemos ningún esfuerzo por entenderlo. Así que usted me ha repetido los cinco sentidos y así se ha perdido la posibilidad de repensarlos y descubrir otros.

¿Y si no descubro mi supuesto talento?
Para empezar, no se ponga límites, y menos en el tiempo. La creatividad, como la vida, no es lineal. Puedes ser un niño creativamente viejo o un nonagenario creativamente joven. Y cada día el cerebro es diferente.

Sí, pero ¡qué hago para descubrirlo?
Lo estoy investigando ahora mismo. Se trata de hacer dos viajes: uno hacia el interior de ti mismo y otro hacia el exterior para proyectar tu talento. Y no son trayectos siempre consecutivos: pueden ser simultáneos.

Deme más pistas.
Conózcase. Y si usted quiere conocer a alguien: ¿qué hace? Pasar tiempo a solas con él: pase más tiempo conociéndose.

¿Y cuando me conozca?
Llegará un momento en que disfrutará de su propia compañía. Entonces encontrará y podrá sacar partido a su propia tribu creativa.

¿Quién es mi tribu creativa?
Las personas con quienes puedes ser tú mismo: generaciones literarias; equipos de investigadores; bandas rockeras o colegas con quienes inventas cosas: son quienes se aceptan y reconocen mutuamente el talento y lo hacen crecer juntos.

¿Puede ser sólo un amigo?
Fue mi caso: un profesor vio talento en un chaval poliomelítico de barrio y apostó por él. Tu mentor y tu tribu son quienes saben ver en tus fallos la semilla de tus éxitos.

¿Cómo me ejercito?
La creatividad es inteligencia aplicada a una tarea concreta y compartida con complicidad: genio solitario es un oxímoron.

¿Y el esfuerzo, el sudor, las lágrimas...?
Esfuerzo, claro, el mismo que hace un niño para ganar una carrera en el cole: sufre, pero también se divierte. La diversión incluye el sudor, pero nadie arriesga, innova ni experimenta si no disfruta haciéndolo.

Pues deme algunos truquillos...
Invente nuevos juegos con los juguetes de siempre; juegue a médicos con plumas de indio; replantee lo obvio hasta que deje de serlo... No acepte nada de antemano ni dé nada por sentado. Y compártalo todo.

¿Y si me roban las ideas los colegas?
Regale sus ideas y verá cómo por ensalmo aparecen otras mejores aprovechando el espacio que dejaron las que regaló.

¿Y si se ríen de mis ideas?
¡Ríase con ellos! Crear no es algo que te pasa, sino lo que haces cuando te pasa algo.

¿Cómo sé que he llegado?
Porque ser creativo no quita energía: la da. Las horas parecen minutos; las ideas fluyen y tú con ellas. Estás fuera del mundo y al mismo tiempo dentro de él.



Dwek (U. Stanford): "elogia el esfuerzo, no las cualidades"



Echando un vistazo en Twitter encuentro una referencia al libro "Actitud del éxito" de Carol Dwek, profesora de Psicología Social en la Universidad de Stanford. Recoge conclusiones de varios estudios realizados, uno de ellos con estudiantes. Me fijo en una idea con la que me he sentido siempre identificado, "hay que eleogiar el esfuerzo de los hijos, alumnos, empleados..., no las cualidades"; con esta actitud se favorece el crecimiento y desarrollo personal. Ahí va una parte del resumen de su libro.
PADRES, MAESTROS Y ENTRENADORES:
¿DÓNDE SE ORIGINAN LAS MENTALIDADES?
Podemos elogiarlos todo lo que queramos por su proceso de crecimiento: lo que han conseguido a través de la práctica, el estudio, la insistencia y las buenas estrategias. Y podemos preguntarles sobre su trabajo de manera que quede subrayado que lo que admiramos y valoramos son sus esfuerzos y sus decisiones.
“Los elogios deberían referirse, no a los atributos de la
personalidad del niño, sino a sus esfuerzos y a sus logros.”
Mensajes relacionados con el fracaso
 En el primer concurso, el de ejercicios sobre el suelo, Elizabeth salía primera. A pesar de que realizó una buena actuación, las siguientes niñas sacaron mejores puntuaciones y acabó perdiendo. Elizabeth actuó bien en las demás disciplinas, pero no lo suficiente como para ganar. Al final de la velada, se había quedado sin cinta de premio y estaba destrozada.
 ¿Qué haría usted de encontrarse en el lugar de los padres de Elizabeth?
 1. Decirle a Elizabeth que a juicio de usted era la que mejor lo había hecho.
 2. Decirle que le habían robado una cinta que era suya por pleno derecho.
 3. Tranquilizarla diciéndole que la gimnasia no es tan importante.
 4. Decirle que tiene las aptitudes y que seguro que ganará la próxima vez.
 5. Decirle que no se merecía ganar.
 En nuestra sociedad existe la fuerte convicción de que para mejorar la autoestima de los niños, lo que principalmente hay que hacer esProtegerlos del fracaso. Y aunque es posible que esto sea una solución momentánea para el problema inmediato que representa el desengaño del niño, puede resultar perjudicial a largo plazo. ¿Por qué?
Estudiemos con detalle las cinco posibles reacciones desde el punto de vista de las mentalidades (y escuchemos los mensajes):
La primera (a que a juicio de usted era la mejor), es en realidad poco sincera. La niña no era la mejor…, usted lo sabe, y ella también. Con ello no le proporciona a la niña ninguna receta para recuperarse o para mejorar.
 La segunda (que ha sido un robo) pasa la culpa de lo sucedido a los demás, cuando en realidad el problema residía básicamente en el rendimiento de la niña, no en los jueces- ¿Quiere que crezca culpando a los demás de sus propias deficiencias?
La tercera (tranquilizarla diciéndole que la gimnasia no es tan importante ) le enseña a la niña a devaluar las cosas si no las consigue a la primera. ¿Es realmente ése el mensaje que desea transmitir?
La cuarta (que tiene aptitudes ) es tal vez el mensaje más peligroso de todos. ¿Significa que las aptitudes la llevarán automáticamente a donde quiera llegar? Si Elizabeth no ganó esta competición, ¿por qué debería ganar la siguiente?
La última opción (decirle que no se merecía ganar ) parece muy dura dadas las circunstancias. Y, naturalmente, uno no lo diría exactamente así. Pero es en el fondo el mensaje que le transmitió su padre, una persona con mentalidad de crecimiento.
 Esto es lo que exactamente le dijo: “Elizabeth, sé cómo te sientes. Me imagino que es un desengaño tener tantas esperanzas y hacerlo lo mejor que puedes pero no ganar. Sin embargo, ¿sabes una cosa? Aún no mereces ganar. Hay muchas niñas que llevan en la gimnasia más tiempo que tú y que además han trabajado mucho más que tú. Si lo deseas de verdad,tendrás que trabajar mucho para conseguirlo.
También le dijo a Elizabeth que si quería hacer gimnasia simplemente para divertirse, a él le parecía bien. Pero que si lo quería era destacar en el mundo de la competición, necesitaba esforzarse más.
En resumen, su padre no sólo le dijo la verdad, sino que además le enseñó a aprender de sus fracasos y a hacer lo necesario para alcanzar el éxito en el futuro. Aunque sintió gran compasión por ella al verla tan defraudada, no le dio unos ánimos poco sinceros que sólo la llevarían a más desengaños en el futuro.
Haga crecer su mentalidad
 • Cualquier palabra o acción de un padre hacia su hijo transmite un mensaje. A partir de mañana, escuche lo que dice a sus hijos y analice qué clase de mensajes transmite. ¿Se trata de mensajes del tipo: “Posees unos rasgos de carácter fijos y yo estoy juzgándolos”? ¿O son mensajes que dicen: “Eres una persona que se está formando y tu desarrollo me interesa”?
 • ¿Cómo utiliza usted los elogios? Recuerde que elogiar la inteligencia o el talento de los niños, por tentador que resulte, transmite un mensaje de mentalidad fija. Hace más frágil su confianza y su motivación. Intente centrarse en los métodos que los niños hayan utilizado durante el proceso: sus estrategias, su esfuerzo o sus decisionesPractique el elogio al proceso en el trato con sus hijos.
• Obsérvese y escúchese con atención cuando su hijo haga alguna cosa mal. Recuerde que lacrítica constructiva es una opinión que ayuda al niño a comprender cómo puede solucionar las cosas. No es una opinión que etiquete o excuse al niño. Al acabar el día, anote las críticas constructivas (y los elogios al proceso) que haya dirigido a sus hijos.
• Los padres suelen establecer objetivos para sus hijos. Recuerde que tener un talento innato no es un objetivo, y que sí lo es ampliar las aptitudes y los conocimientos. Preste atención a los objetivos que fije para sus hijos.
 • Si es usted maestro, recuerde que bajar los estándares no aumenta la autoestima de los alumnosTampoco la aumenta elevar los estándares sin proporcionar a los alumnos medios para alcanzarlos. La mentalidad de crecimiento le ofrece una manera de establecer estándares elevados y conseguir que los alumnos los alcancen. Intente presentar los temas dentro de una perspectiva de crecimiento y proporcione a los alumnos comentarios sobre sus procesos. Creo que le gustará lo que sucede después.
 • ¿Considera que sus alumnos rezagados son niños que nunca serán capaces de aprender adecuadamente? ¿Se consideran ellos unos tontos irremediables? Intente averiguar qué es lo que no comprenden y qué tácticas de aprendizaje les faltan. Recuerde que los grandes maestros creen en el crecimiento del talento y del intelecto y se sienten fascinados por el proceso de aprendizaje.
• ¿Es usted un entrenador con mentalidad fija? ¿Piensa por encima de todo en sus récords y su reputación? ¿Se muestra intolerante ante los errores? ¿Intenta motivar a sus jugadores a través de sus juicios de valor? Tal vez haciendo todo esto esté reprimiendo a sus deportistas. Trate de adoptar una mentalidad de crecimiento. En lugar de exigir partidos exentos de errores, exija pleno compromiso y pleno esfuerzo. En lugar de juzgar a los jugadores, ofrézcales el respeto y el entrenamiento que necesitan.
• Como padres, maestros y entrenadores, nuestra misión es desarrollar el potencial de las personas. Utilicemos para conseguirlo las lecciones que nos ofrece la mentalidad de crecimiento.
CAMBIO DE MENTALIDAD: UN TALLER
 Seamos conscientes o no de ello, todas las personas mantenemos una cuenta de las cosas que nos suceden, lo que significan y lo que deberíamos hacer. Es decir, nuestra mente controla e interpreta constantemente. Y así es como seguimos adelante por nuestro camino. Pero a veces el proceso de interpretación se tuerce. Hay quien interpreta de forma extremada las cosas que le suceden y, como consecuencia, reacciona con sentimientos exagerados de ansiedad, depresión o enfado. O superioridad.
 Las mentalidades enmarcan esa cuenta que trabaja en la cabeza de las personas. Guían todo el proceso de interpretación. La mentalidad fija crea un monólogo interno centrado en los juicios de valor: “Esto significa que soy un perdedor.” “Esto significa que soy mejor persona que ellos.” Esto significa que soy un mal marido.” “Esto significa que mi pareja es egoísta.”
 Los individuos con mentalidad de crecimiento también controlan constantemente lo que sucede, pero su monólogo interno no se basa en juzgarse a sí mismo y a los demás. Son personas sensibles a la información positiva y negativa, por supuesto, pero utilizan sus implicaciones para aprender y realizar acciones constructivas: ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Cómo puedo mejorar?
El simple hecho de conocer la mentalidad de crecimiento puede provocar un gran cambio en la forma de pensar de las personas, sobre sí mismas y sobre su vida.
Muchas personas con mentalidad fija creen que el que necesita cambiar es el mundo, no ellas. Se sienten con derecho a tener algo mejor: un trabajo, una casa o una pareja. El mundo debería reconocer sus cualidades especiales y tratarlos en consecuencia.
 Las personas con mentalidad fija suelen huir de sus problemas. Si su vida tiene fallos, ellas tienen fallos. Es más fácil fingir que todo va bien.
 El cambio puede ser arduo, pero nunca he sabido que nadie dijera que no merecía la pena. Tal vez solamente se deba a que están satisfechos de haber hecho el esfuerzo. Pero las personas que han cambiado le dirán que su vida ha mejorado. Le contarán que ahora tienen cosas que no habrían tenido, y maneras de sentirse que no habrían sentido.


Ética del carácter

Me estoy planteando insertar una nueva entrada en este blog, que poco a poco va engordando. Mientras sondeo varias fuentes me llama un amigo que anda buscando casos prácticos para sesiones dirigidas a padres. Los dos queremos ofrecer talleres a los padres a través de los colegios. Esta fórmula permite ahondar más en los temas que se exponen y concretar objetivos prácticos, concretos,..para cada padre. Nos parece una fórmula más eficiente.  Recuerdo, a vote pronto, una página y un autor y se la digo, pero aprovecho para echarle un vistazo a varios artículos. Selecciono este que traigo aquí hoy. Quien de vosotros este interesado en el autor y la página que me lo diga y le paso los datos.
De la lectura del artículo refuerzo una creencia personal: tal y como está el patio, quien viva los valores clasicos - honradez, esfuerzo, sinceridad, comprensión, cooperación...-, dispone de una VENTAJA COMPETITIVA, siempre y cuando no la busque. Para el mundo de la empresa, una ventaja competitiva es algo que nos hace destacar de la competencia, y nos coloca en una posición más favorable en el mercado; pues bien, todos buscamos personas con estas características en algún momento o situación a lo largo de la vida. Entre comillas el artículo
"Stephen Covey ha fallecido a los 79 años de edad en Idaho (USA) y es universalmente conocido desde que en 1989 publicó “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, un libro que fue desde el primer momento un bestseller mundial y que será difícil de superar.

En el prólogo explica cómo se gestó la redacción del libro. Covey se encontraba inmerso en un estudio sobre todo lo publicado acerca del éxito en Estados Unidos a lo largo de doscientos años. Leía centenares de libros, artículos y ensayos sobre autoperfeccionamiento, psicología popular y autoayuda. Observaba la evolución que, a lo largo de la historia de su país, se había producido en  lo que se consideraban las claves de una vida exitosa.
Su estudio se encontró con una pauta sorprendente. La mayor parte de la literatura sobre el tema durante los cincuenta años anteriores era bastante superficial. Estaba impregnada de una obsesión por la imagen personal, por las técnicas y estrategias externas de tipo social para solucionar problemas profundos que, como es natural, solían prolongarse como dolencias crónicas subyacentes, que empeoraban y reaparecían una y otra vez.

En cambio, casi todos los libros de los ciento cincuenta años anteriores se centraban en lo que podría denominarse «ética del carácter»: integridad, humildad, fidelidad, mesura, valor, justicia, paciencia, esfuerzo, sencillez, modestia, etc. Se hablaba sobre todo de los esfuerzos para integrar profundamente en la propia naturaleza ciertos principios y hábitos necesarios para vivir con efectividad, y se aseguraba que para experimentar un verdadero éxito y una felicidad duradera es fundamental aprender esos valores e incorporarlos establemente como virtudes en el propio carácter.

Pero poco después de la Primera Guerra Mundial, la idea del éxito pasó a vincularse más a la imagen pública, a las actitudes y habilidades que aceleraban los procesos de la interacción humana. Se centró todo demasiado en la actitud mental, en las técnicas para conseguir gustar a los demás o interesarse por los otros para obtener de ellos lo que uno quiere, en una “cosmética” de la persona que, sin dejar de tener su importancia, trasladaba el centro de gravedad de la mejora personal hacia estrategias de influencia y de poder, de habilidad de comunicación y de actitudes. Se vislumbraba un descarado afán de “obtener beneficios” de la buena conducta.

Covey hizo un profundo replanteamiento de las motivaciones y los fundamentos de la idea de la mejora personal. Se remontó a los valores más profundos, al esfuerzo por percibir a cada persona con su identidad y su valor personal. Era también una persona muy creyente, y gracias a esa profundización y a su coherencia personal, logró crear todo un nuevo estilo en la literatura sobre el tema. Insistió siempre en que cada uno cosecha lo que siembra, en que no basta que la retórica o las intenciones sean buenas, sino que hay que esforzarse decididamente para desarrollar una serie de hábitos imprescindibles para vivir con dignidad. Si no hay una integridad profunda y una fuerza fundamental del carácter, los desafíos de la vida acaban sacando a la superficie los verdaderos motivos y el fracaso está asegurado.

Es obvio que resulta preciso esforzarse honestamente día tras día, para procurar mejorar también día tras día y así alcanzar una vida lograda. Los 7 hábitos que desarrolla este magnífico libro y que han llevado a Stephen Covey a ser un autor consagrado, son sin duda una excelente pauta para incorporar principios que sean fundamento seguro de la felicidad y el éxito duraderos. Recomiendo vivamente su lectura. Aunque escrito quizá desde una cultura y una sensibilidad diferentes a la nuestra, está lleno de sensatez y de luz, tanto para gente sencilla como para quienes se consideren personas muy cultivadas."



Los valores se viven y se imitan, no se enseñan



La familia transmite valores a los hijos de forma más eficaz que los profesores, porque los padres y hermanos mayores son nuestra primera referencia y modelo. El vínculo de la sangre es mucho más fuerte y genera mayor confianza. Además está impregnado de afecto, incondicionalidad y dependencia, que actúan con una enorme eficacia en nuestra educación.

Los profesores tienen un papel subsidiario en la educación de los alumnos. Trabajan con una materia prima muy configurada por la genética y lo vivido en casa, pero su influencia es indudable. Por eso es importante elegir bien el colegio de nuestros hijos.

La televisión, los videojuegos, las redes socialesInternet, las lecturas, los lobbys de opinión (prensa, grupos, cine…), los amigos (sobre todo en la adolescencia), terminan de influir en lo que pensamos y vivimos, matizando lo aprendido en casa. Por eso es importante que los padres limiten y seleccionen los programas de Tv y que los vean con sus hijos, para poder  comentar posibles comportamientos inadecuados. También que conozcan a sus amigos y a sus padres, favoreciendo las reuniones en casa;  jugar  de vez en cuando en el ordenador con los hijos; conocer y comentar las letras de las canciones que oyen,….. Y todo, para evitar que sean otros los que terminen educándolos.

Al final ellos decidirán que piensan y cómo viven y nuestra obligación será la de respetar sus decisiones, coincidan o no con lo que queríamos enseñarles. Los padres ponemos los medios para educarlos de la mejor manera posible, pero ellos son dueños de su vida.
No quiero terminar este artículo, sin recoger algunas aportaciones que me parecen muy interesantes:

-          Los valores no se enseñan, se viven y se imitan. Por eso es muy importante el ejemplo y la coherencia de los padres en la primera infancia” Victoria Cardona, escritora y educadora familiar

-          “La familia es el núcleo de la sociedad donde se educa por contagio a todos los que la integran” Victoria Cardona

-          Los valores por sí solos no son nada. Sólo tienen su sentido cuando están ordenados y podemos señalar un valor central…No todas las jerarquías de valores son iguales. Unos padres le darán todo a los hijos, siendo a la larga perjudicial para ellos. Otros pensarán que no tienen que tenerlo todo y lo que tengan deben compartirlo. Piensan más en la unidad y la comunicación en la familia. Estos serán más felices, así de sencillo.” Javier Borrego, profesor universitario

-          Fernando Vidal, profesor universitario. “Principios que se viven en la familia:


o  Amor incondicional: se nos quiere como somos, cuando fallamos se nos perdona, se toleran nuestros defectos,…
o   Gratuidad: damos y recibimos sin exigir  nada a cambio.
o Responsabilidad: nos damos cuenta de que nuestros actos tienen consecuencias en los demás y los corregimos.
o   Discernimiento: nos enseñan a llamar a las cosas por su nombre, a conocer la verdad, el bien, la belleza
o  Trascendencia: somos conscientes de la existencia de antepasados y de futuras generaciones. Formamos parte de una historia que nos trasciende.”

-          Fernando Vidal, profesor universitario .Los enemigos que nos llevan a perder las referencias son:

-          1. La superficialidad. La vida acomodada que nos facilita el sistema puede hacer que perdamos el verdadero valor de las cosas. Se extiende por doquier la superficialidad y eso crea condiciones para la aparición de la tiranía.
-          2. La pereza. ¡Es tan fácil reducir lo complejo a lo simple, lo profundo a lo superficial, el valor a la moda! Tener valores es también una conquista que requiere esfuerzo, búsqueda y maduración, cultivarse, a veces vencer las propias inclinaciones, superar muchas modas y tendencias de la sociedad. Y eso es todo un trabajo.
-          3. Ensimismamiento. Quien vive centrado en sí mismo es incapaz de distinguir los valores de lo humano. Los valores no se logran por uno mismo, son siempre un don compartido con los demás.
-          4. Autoengaño. Este es nuestro gran mal hoy en día. Para poder identificar valores tienes que militar en la atención, tienes que practicar un examen sincero y detallado de tu vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario