Cae en mis manos un
interesante y extenso estudio sobre la creatividad de la Revista Faros,
coordinada por el filósofo e investigador José Antonio Marina, que me da pie a
leer y reflexionar sobre esta cualidad, tan necesaria para triunfar en
un mundo, como el nuestro, en permanente cambio. Resumo algunas ideas que aparecen en el
estudio y añado otras de mi cosecha. Ojala que el resultado sea útil.
La creatividad lleva a
producir cosas diferentes, nuevas, porque se asocian ideas de
forma diferente a como se venía haciendo. Implica innovación, andar por caminos distintos, para conseguir soluciones distintas a los retos de siempre y otros nuevos que se descubren. Es una capacidad atractiva cuando establece vínculos con la eficiencia, el progreso y la mejora de las condiciones de
vida propias y ajenas. Repercute en la producción de lo tangible, en la
generación de ideas, procesos y productos, afectando a todos los entornos del
ser humano y a la sociedad en la que convive.
Todos tenemos el duende de
la creatividad porque es una operación de la inteligencia y todos los seres
humanos somos inteligentes, pero en el proceso creativo también están implicados los diferentes tipos de
memoria (corto, medio y largo plazo). Serán el entorno y la propia genética los
factores que potencien o frenen esta cualidad en cada ser humano. Esos factores
nos pueden conducir a la mera repetición de lo ya conocido, con ligeros
progresos, o a la genialidad más excelsa.
Los estudios más recientes
parecen indicar que en la creatividad están implicadas muchas áreas del cerebro
de forma coordinada. José Antonio Marina señala que “las funciones ejecutivas,
alojadas en la corteza prefrontal, son esenciales en el proceso creativo”.
Parece que las personas que
en edades tempranas han tenido unas condiciones de vida más duras o han estado
obligados a ser más independientes de lo habitual, han podido desarrollar
más esta cualidad; aunque es estimulable en todos, sobre todo en la infancia. De lo que no cabe duda es de que somos más creativos cuando nos enfrentamos a retos, a problemas, y tenemos que tomar decisiones propias para solucionarlos. Por eso, entre otros motivos, es importante que los niños tengan pequeñas responsabilidades en casa desde pequeños. Al principio habrá que acompañarlos y enseñarles el camino de la solución, pero progresivamente hay que terminar reduciendo apoyos.
No hay forma científica de
cuantificar esta capacidad, pero todos la identificamos en las
personas que la tienen más desarrollada. No hay estudios que nos confirmen si
es buena o mala para el desarrollo del niño, pero casi todos la deseamos para
nuestros hijos.
El sistema educativo actual
no la favorece porque se basa en adquirir conocimientos y manejar
procesos que ya se conocen. No se fomenta el cuestionamiento y el acercamiento
crítico hacia el saber heredado. Un mundo tan cambiante como el actual parece
que necesita de un modelo educativo más dinámico que favorezca la permanente
adaptación del individuo.
Los padres pueden fomentarla en sus hijos usando la curiosidad y la capacidad de asombro, en
la vida cotidiana; de la creatividad
académica y científica debe encargarse el centro escolar. Las rutinas y los
hábitos son necesarios para su desarrollo y no son incompatibles con esta
cualidad. Les aportan seguridad y una base de trabajo y posible mejora donde
aplicar la creatividad.
Hay factores que
contribuyen a bloquear la creatividad de, como el miedo al error o
al ridículo, o un ambiente familiar, escolar….cultural, contrario a esta
cualidad.
Aumenta la
calidad del ser humano y de la sociedad en la que convive y fomenta el desarrollo
de otras cualidades que están relacionadas con ella: la flexibilidad, el
emprendimiento, la adaptación al cambio, la resiliencia, la laboriosidad, etc.
Por eso es importante que se fomente desde la escuela, desde la familia y desde
las instituciones.
Para terminar con esta
primera entrada sobre la creatividad dejo, como siempre, una frase. En esta
ocasión de Akio Morita, físico japonés y confundador de Sony:
“Mi solución al problema de
desatar la creatividad es siempre la de establecer un objetivo”
José Antonio de la Hoz
Fuentes: Revista Faros http://goo.gl/3gsP3a
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