viernes, 8 de enero de 2016

Por qué es importante la práctica para adquirir conocimientos y habilidades permanentes



Un estudiante atiende y codifica solo una pequeña parte de los estímulos que recibe de su entorno, reteniendo lo aprendido inicialmente en la memoria de trabajo o a corto plazo, llamada así porque almacena conocimientos de forma temporal y finita.

Para que lo almacenado en la memoria a corto plazo permanezca en el individuo más tiempo, tiene  que transferirse a la memoria a largo plazo, donde almacenamos conocimientos durante más tiempo (décadas).  Esa transferencia se produce usando diversas estrategias y la actividad práctica es clave en el proceso.

En el aprendizaje influyen elementos como la inteligencia y la motivación, entre otros, pero el ensayo y la práctica son necesarios, y en muchos individuos suficiente, para que  se produzca.

Con el ensayo y la práctica deliberada el aprendizaje mejora en, al menos, los siguientes aspectos:
  • Aumentan las probabilidades de que lo que se aprende sea a largo plazo y recuperable.
  • Aumenta la capacidad del estudiante de aplicar elementos de conocimiento de manera automática y sin reflexión previa.
  • Se automatizan las habilidades, permitiendo al estudiante usar lo aprendido para acceder a tareas más exigentes.
  • Aumenta la transferencia de destrezas ejercitadas a problemas nuevos y más complejos.
  • El estudiante entra en un proceso de mejora permanente que, junto a otras ventajas obtenidas,  alimenta la motivación para seguir aprendiendo.

Por todo lo anterior es importante que los padres refuercen en sus hijos el proceso de aprendizaje y adquisición de habilidades con, entre otras, estas actitudes:
  • Poner a los hijos a realizar  tareas de aprendizaje desde pequeños, a una hora fija y en un lugar distinto al que habitualmente frecuentan. En las edades más tempranas se acudirá al juego como estrategia (emborronar papeles con lápices de colores, juegos educativos, etc.)
  • Los pequeños encargos en casa, que se van complicando con el tiempo, ayudan a adquirir habilidades y destrezas. En el proceso de aprendizaje se valora el esfuerzo y se quita importancia al error.
  • Para que el ensayo y la práctica se produzca, de forma más o menos efectiva, es necesaria la fuerza de voluntad. Esta habilidad no se improvisa y hay que cultivarla permanentemente.
  • Cuidado con los “hijos inteligentes”, que son aquellos que con poco esfuerzo sacan buenas notas. En algún momento esto deja de producirse y es necesario que acudan al ensayo y la práctica durante más tiempo del que dedicaban, pero sin la fuerza de voluntad necesaria.
  • Es necesario que los padres estén más pendientes de sus hijos en la adquisición de los primeros conocimientos y habilidades instrumentales, en la educación infantil y primaria. Son necesarios unos buenos cimientos donde poder construir.
  • Cuidado con la comunicación padres – hijos. En los primeros años de vida – y siempre -, hay que evitar los juicios peyorativos y humillantes, del tipo “eres tonto, inútil, incapaz, no sirves para nada…”, que inciden en la motivación presente y futura para trabajar. 
  • Es difícil que los hijos realicen actividades encaminadas a aprender si los padres no realizan ninguna (leer periódicamente un libro, aprender a realizar tareas distintas de las habituales, ir a una biblioteca, ir al zoo, etc.)


Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Roger Schank, que ha sido profesor e investigador en instituciones tan prestigiosas como la Universidad de Stanford, la Universidad de Yale o la Universidad Carnegie Mellon en campos como la psicología y las ciencias de la computación:

“Aprendemos cuando hacemos las cosas. No cuando nos las explican”

José Antonio de la Hoz

Fuentes: elaboración propia y  "American Psychological Association" 


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