viernes, 9 de noviembre de 2012

LA ADOLESCENCIA. Algunas consideraciones


 

 
Con la llegada de la adolescencia el niño que teníamos en casa comienza a desaparecer, para dar paso a una persona en la que comienzan a producirse cambios físicos y emocionales. Antes los padres eran la referencia,  ahora lo es el grupo de iguales. Es una etapa de búsqueda de la propia identidad,  de tránsito a la independencia y autonomía propia. Comienzan a no querer la tutela de los padres y a pedir espacio, que permita la finalización de su desarrollo personal.
 
Entre los CAMBIOS FÍSICOS destacan el aumento de la estatura, el desarrollo de los órganos sexuales, la aparición de bello corporal y la aparición del acné. En las chicas aparece la menstruación y se ensanchan las caderas. En los chicos se desarrollan los testículos. En cada adolescente los cambios se producen en un momento diferente; en torno a los 11 – 12 años en las chicas y sobre los 13 – 14 años en los chicos.

Las consultas médicas más habituales en esta etapa derivan de problemas en la piel, problemas abdominales, mareos, cefaleas y  dolores  dentales.En esta etapa aparecen CAMBIOS PSICOLÓGICOS que pueden afectar tanto al adolescente como a los padres y resto de familia.  Comienza a comunicarse con más brusquedad y con planteamientos más radicales, todo es blanco o negro, no hay grises. Nuestro hijo pasa, de forma imprevista, de la alegría más estridente al gesto más sombrío en poco tiempo, sin que él mismo sepa dar razón del cambio.
Estos comportamientos   forman parte de su proceso de afirmación.
Son hipercríticos con los padres, pero receptivos e imitativos con el grupo de amigos, en especial con los líderes. De ellos imitan comportamientos e ideas. Los padres deben prepararse para vivir todos estos cambios, pero no vivirlos con angustia. En el periodo anterior se era más intransigente y más impositivo, en este se debe ser más  flexible aunque marcando límites.
Algunos consejos generales a los padres para este periodo:
·         Para esta etapa hay que hacerse con  una mochila  en la que haya paciencia, comprensión, afecto, amor y cariño, diálogo, negociación, coherencia, flexibilidad, medida para pedir responsabilidades y fortaleza para exigirlas.

·         Establecer pocos límites y en lo importante. Bien definidos y previamente acordados por los padres.

·         Los padres, como rectores del hogar, tienen todo el derecho a establecer normas básicas en las que no transigen (ambiente familiar habitual, horarios, rendimiento escolar, asunción de responsabilidades ,etc)

·         Es bueno explicar a nuestros hijos que todos estamos sometidos a límites y que estos son necesarios.

·         Dar algún margen en la definición de normas y responsabilidades en casa. Es bueno que fijen sus propios compromisos…, de forma adecuada.

·         Enjuiciamos comportamientos, no personas. Decimos como nos sentimos ante un comportamiento inadecuado, …

·         Se perdonan los errores pero exigimos responsabilidades, proporcionadas al error.

·         Los incumplimientos tienen consecuencias conocidas previamente y que luego se exigen.

·         Se recuerda lo que se hace bien en la misma medida que lo que se hace mal. Nadie se equivoca en todo

·         Retrasar el momento de la reconvención a un momento de tranquilidad. Suspendemos la comunicación cuando sentimos que él o nosotros vamos a perder el control. La retomamos al día siguiente o pasados unos días…, pero la retomamos.

·         Es bueno saber que opinan y dialogar con ellos de forma constructiva. Hacer esto de forma periódica con cada uno de nuestros hijos/as

·         Necesitamos y nuestros hijos necesitan que los queramos tal y como son. No quitamos cariño, ni  comprensión, ni afecto…porque cometan errores

·         Las correcciones se hacen en privado. Las alabanzas en público.

·         Ser receptivos a que nuestros hijos vengan a casa con sus amigos, charlamos con ellos y vemos que piensan en temas importantes para nuestro hijo (diversión, trabajo, sexualidad…etc)

·         No perdemos autoridad por pedir perdón cuando nos equivocamos. Tampoco los padres


José Antonio de la Hoz


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario