martes, 20 de agosto de 2013

Lo mejor para tus hijos: un solo criterio


 
El día a día, la rutina, un mal entendido amor a los hijos, las exigencias del trabajo, el cansancio, la diversidad de caracteres, los distintos pareceres referidos a la educación de los hijos…, pueden llevar a los padres a  educar mal a los hijos, influyendo negativamente en  su desarrollo personal.
 
En una casa se producía, no hace mucho, la siguiente escena: un padre con su hijo en la sala de estar, con la televisión encendida. El padre charlando con una visita, el hijo jugando con la consola, la madre en la cocina preparando algo para la visita. El padre se levanta y, con buen criterio, apaga la televisión, para continuar la conversación con la visita y, porque no decirlo, ¡por educación!. El hijo, hasta ese momento muy atento a la videoconsola, se levanta y va a la cocina. Se oye decirle a la madre que:”papa me ha apagado la televisión”. La madre hace acto de presencia en la sala de estar y, delante de los amigos, le echa en cara al padre que le corte la televisión al hijo.
 No es la primera ni la última vez que percibo, en algunas familias, que el padre y la madre van cada uno por su lado en la educación de los hijos. Esto es un error de bulto, por los siguientes  motivos:
 
-        La tarea de educar   corresponde al padre y a la madre, a los dos. Ninguno debe atribuirse la exclusiva en ningún aspecto de la misma y ninguno debe hacer dejadez de funciones.
-        Por razones obvias, al hijo hay que trasladarle un solo criterio. Si los padres se muestran con frecuencia divididos, el hijo buscará el amparo en quien más le convenga. Esto implica un déficit de educación y, probablemente, continuos enfrentamientos entre los padres. En otras palabras, el hijo juega con los padres y los divide.
-         La madre no debe volcar todo su cariño en los hijos y dejar de lado al padre, ni a la inversa. Al final los hijos se van de casa, y si no se ha cultivado el cariño y el respeto entre los cónyuges, la cosa puede derivar en drama.
-        El padre debe reforzar a la madre y la madre debe reforzar al padre. Si la madre ha tomado una decisión “equivocada” y el niño acude al padre para que la corrija, este reforzará a la madre diciéndole al hijo que la cumpla. Después, si lo ve oportuno y en privado, comentará con la madre la conveniencia o no de esa decisión y consensuarán un criterio común.
-        Cuando el hijo consulta un tema al padre o a la madre, debe oír como respuesta: “déjame que lo comente con tu madre o , en su caso, con tu padre”…, si no hay un criterio asentado del matrimonio. Hay que rechazar las consultas con respuesta inmediata, que suelen ser “consultas trampa” o impulsivas. Los hijos deben aprender a planificar y consultar las cuestiones con el tiempo suficiente. Les estaremos enseñando a eso…, razonar, planificar, consultar, no actuar de forma impulsiva, no jugar con los padres.
-        En casa no debe haber poli bueno y poli malo. Esto implicaría  que hay dos o más criterios y, por tanto, que se está educando mal a los hijos.
-        La pareja debe buscar momentos solos, para hablar sobre la educación de los hijos, plantearse objetivos para cada uno, forjar criterios para actuar con una sola voz, etc.
-         A la hora de consensuar criterios educativos, es bueno :
o  Conocer la opinión de autores especializados, con sentido común y autoridad. También es bueno acudir a las sesiones de “escuelas de padres”, tutorías, blogs de prestigio, etc.
o   Saber qué se puede pedir a los hijos en cada edad y cómo hacerlo.
o   Conocer bien las fortalezas y debilidades de cada hijo.
o   Escuchar a la pareja. Se puede oír , pero no escuchar. El que oye recibe el mensaje del otro pero ni lo estudia, ni lo valora. Esta actitud es propia de quien cree que siempre lleva la razón. Esto destruye la comunicación y la capacidad de negociar y llegar a un consenso.
o   En toda negociación hay que ceder. Dicen los expertos que la negociación más estable es la que usa como estrategia “Ganar – ganar”, es decir, las dos partes ceden en una proporción cuantitativa y cualitativa similar.
o   Cuando los criterios son muy divergentes, la comunicación de escasa calidad y la capacidad de negociar es ínfima, hay que acudir, por el bien de los hijos, a un especialista.
o   Cuando los padres están separados no deben usar a los hijos contra la             ex - pareja. Por el bien propio y de sus hijos deben vivir los criterios vistos, para no caer todos en un calvario.
 
José Antonio de la Hoz

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