- Confiar en los hijos. Hacerles ver sus posibilidades. Visualizarles el cambio que se espera de ellos
- Prestarles apoyo
- Ayudarles a levantarse de los tropiezos y fracasos
- Comunicarse con ellos de forma asertiva, sin gritar, humillar o comparar
- Asistir a tutoría periódicamente
- En primaria, comprobar que no hay ninguna dificultad para el aprendizaje (vista, dislexia, TDAH, etc)
- Hablar con ellos y escuchar - además de oir- lo que dicen. Dejar claro lo que se espera del educando
- Orientarlos. Poner normas y límites
- Introducirlos desde pequeños en el hábito de la lectura
Este blog pretende ser una herramienta de apoyo a los padres - madres y profesores en su desempeño como educadores, aportando conocimientos, testimonios y experiencias propias y ajenas. En la página principal están todas las entradas. En las demás páginas están clasificadas por temas. Ojalá os sean de utilidad... si es así, el esfuerzo habrá merecido la pena. Todas las historias recogidas en las entradas nacen de situaciones reales, pero los datos han sido convenientemente modificados.
martes, 16 de agosto de 2016
Dos vídeos cortos para padres y educadores
Dos vídeos interesantes donde aparecen buenas pautas educativas, a saber:
miércoles, 10 de agosto de 2016
El entorno en la educación del niño
Cuando nacemos comienza el desarrollo de nuestra personalidad . La forman dos elementos: el temperamento y el carácter. El primero
hace referencia a la forma natural de comportarnos, sin que aún haya influido
el entorno. Está muy relacionado con la genética, “viene de fábrica” y se puede
pulir pero no modificar. Como dice la sabiduría popular “el que nace cochino
muere marrano”. Es lo que a los padres con varios hijos les hace decir, cuando
los comparan con pocos meses, “son hermanos pero son muy distintos”, “lo que me
vale con uno no me sirve con el otro”. En el temperamento hay rasgos positivos
y otros no tan favorables. Educar es enseñar a usar los positivos y pulir los
desfavorables.
El carácter es el conjunto de hábitos,
certezas, preferencias, capacidades, emociones…, estables, que se desarrollan
en el niño por su relación con el entorno, fundamentalmente con la familia y el centro escolar. Es lo que se aprende a lo largo de la vida y se queda, por
repetición de actos.
Forman parte del entorno del niño
su familia, el barrio en el que vive, los amigos que va teniendo y el centro
escolar. A esta descripción clásica hay que añadir algunos elementos como la
televisión, los videojuegos, internet o la música, con una influencia importante en la transmisión de valores y contravalores.
Cuidar la educación de un niño es
transmitirle valores, sobre todo con el ejemplo, enseñarle a respetar las
normas de convivencia, ayudarle a controlar sus impulsos y emociones, promover
el desarrollo de capacidades y facilitar
que adquiera hábitos y competencias que lo conviertan en un ser profesional, social y
personalmente atractivo, libre y feliz. En definitiva ayudarle a conseguir la
mejor versión de sí mismo, respetando su libertad. Pero esto no ocurre en un
laboratorio , a lo largo de unos años, sino que se produce en
un entorno cambiante, que hemos descrito anteriormente y que puede ser un aliado o un
obstáculo para estos fines. En los primeros años de vida
existe un mayor control de los padres sobre lo que rodea al niño, pero esto se complica
cuando los niños se convierten en adolescentes. El objetivo de esta entrada es reflexionar
para ver cómo pueden actuar los padres ante estas realidades.
Fijaros en el primer personaje de este vídeo. Está rodeado de un entorno difícil y se mueve con miedo. Después aparece un segundo personaje que le ayuda a relacionarse eficazmente y de forma divertida con lo que le rodea. Ese es el papel que deben desempeñar los padres con los hijos. Enseñarles a tratar con el ambiente, con prudencia pero sin miedo, y no aislarlos.
En el siguiente esquema recojo un
resumen de los principales elementos que conforman el entorno del niño, para su
posterior análisis. El esquema no es exhaustivo. En algunos aspectos, como la familia, detallo más factores posteriormente.
La mayor parte de los investigadores incluyen los siguientes factores, relacionados con la familia, como predictores del desarrollo del niño:
- Nivel educativo y ocupación de los padres
- Nivel socioeconómico
- Estado de salud parental
- Número de hijos
- Orden de nacimiento de los hijos
- Distancia en años entre hermanos
- Características de la vivienda (condiciones materiales del hogar)
- Clima familiar: organización, control, comunicación, cohesión, estrés, adaptabilidad y ambiente afectivo.
- Recursos culturales
- Estilo de autoridad
- Expectativas y aspiraciones de los padres
- Habilidades parentales
- Tiempo de permanencia en el hogar
La familia se empieza a construir
en el noviazgo dónde deben de quedar claros aspectos como la educación por
consenso de los padres, el tipo de centro educativo al que irán, los valores en
los que se les va a educar, etc.
La relación entre los padres, más
cercana al conflicto o la armonía, va a influir notablemente en el desarrollo
de los hijos. Una buena relación aporta a los hijos equilibrio y seguridad. Una
mala relación aporta lo contrario, con todos sus matices en ambos casos. De todas formas, si se rompe la relación conyugal los niños no son una
herramienta para expresar el odio hacia la otra parte. Hay que seguir educando
en común, procurando ir en la misma dirección. Os invito a profundizar en este
aspecto con la lectura que se recoge en el siguiente enlace: http://goo.gl/NqF3zD
En el discurrir diario los padres transmiten a los hijos un modelo de actitud y valores. Ahí ven el primer ejemplo de socialización que pondrán en practica en el colegio, con los amigos, con los vecinos y que les ayudará o será un freno en su desarrollo.
Hay autores (Brunner & Elacqua, 2003) que consideran las variables relativas al entorno familiar como las principales predictoras del rendimiento académico del alumno, por encima incluso de las escolares.
Debe haber un equilibrio entre
autoridad y afecto. Es muy pernicioso el autoritarismo de los padres, que
genera hijos rebeldes o sumisos,
mentirosos, con baja autoestima y autonomía, y con sentimientos de rencor,
angustia y culpabilidad. Los padres pasotas favorecen que los hijos sean inestables,
inconstantes, con baja autonomía personal y propensos a conductas desviadas.
Los padres sobreprotectores promueven que sus vástagos sean dependientes, con bajo
autocontrol y autoestima, inseguros, egoístas e ingratos. La vida es rica en
matices y los modelos no se dan puros, aunque si habrá una preponderancia de
uno sobre los demás.
El modelo ideal de autoridad es
el que promueve límites y normas, exige responsabilidades pero alaba los logros
y el esfuerzo, no abandona el afecto incondicional, pone metas exigentes al
niño pero no usa una comunicación hiriente ni humillante, da apoyo y ayuda
cuando conviene, etc. Hay una productiva armonía entre exigencia, disciplina,
apoyo a la tarea y afecto.
El nivel sociocultural de la
familia va a influir, por ejemplo, en las expectativas sobre los hijos. Los
hijos de familias con un nivel sociocultural alto saben, desde pequeños, que se
espera de ellos un nivel de desempeño elevado y viceversa. El nivel de apoyo
para conseguir los objetivos es mayor en el primer caso. Las rutinas de la vida
ordinaria personal y profesional de los padres cala de distinta manera en los
niveles altos y bajos. También es distinta la capacidad para identificar los
posibles problemas que puedan aparecer en el desarrollo del niño y la
aplicación de soluciones. El desarrollo del lenguaje también es distinto en calidad y cantidad, con todo lo que ello conlleva.
La forma de comunicarse con los
hijos, sobre todo cuando son pequeños, puede influir notablemente en su
desarrollo. Como consejos generales doy
los siguientes: sustituir el juicio a la persona por el juicio al acto (en vez
de “eres tonto, malo, imbécil…”, usar “esperaba que hicieras esto de esta
manera, no está bien hacer esto así, tu lo sabes hacer mejor”). Los niños no tienen capacidad crítica y se fían
a pie juntillas de lo que le dicen los padres, por eso si le decimos que son
tontos, malos, …se lo creen y actuarán como tales, aparte de influir
negativamente en su autoestima. También evitaremos las comparaciones, pues con
ellas les transmitimos que no los queremos como son, abriendo la puerta a la
inseguridad y la falta de equilibrio. Otra estrategia es transmitirles a los hijos como nos sentimos nosotros ante un comportamiento o actitud incorrecta.
Por otra parte hay que estar
atentos a lo que ven, escuchan y leen. Algunos consejos: deben ver poca
televisión y la que vean que esté previamente seleccionada; verla con ellos y
comentar lo que está bien y mal, es lo ideal. Hay que establecer filtros
parentales en los ordenadores para que no accedan a contenidos no deseados; los
ordenadores deben estar en las partes comunes del hogar. Hay tiempos límite de
uso de los videojuegos y nuevas tecnologías. Esto es lo que hizo Bill Gates,
fundador de Microsoft, con sus hijos:
"Mis hijos tendrán algún día un ordenador,
pero antes aprenderán muchos otros juegos". Cuando les dieron el primer
ordenador le pusieron dos condiciones: 45 minutos de lunes a viernes y una hora
el sábado y el domingo.
Los móviles sin acceso a Internet, sobre todo si se les regala uno en la prepubertad.
Los móviles sin acceso a Internet, sobre todo si se les regala uno en la prepubertad.
Cuando empiezan a oír
música no está de más comentar las letras con ellos.
Es más decisivo para
la formación y educación del niño lo que ve, oye, siente y recibe de la familia
que su interacción con los vecinos y el entorno material más cercano del
barrio. En los primeros años de vida se copian e interiorizan comportamientos fuera y dentro de casa, aunque
la familia puede potenciar o frenar lo que se ve fuera del hogar, en el barrio.
Por último, los
padres deben elegir un centro educativo con ideario parecido a lo que se vive
en casa, lo contrario es contraproducente - salvo que el centro mejore lo que hay en casa- y produce desconcierto e inseguridad
en el niño que no sabe a qué atenerse. La relación de los padres y el centro,
por medio del tutor, debe ser periódica y encaminada a aunar esfuerzos,
establecer objetivos de mejora del niño y hacer un seguimiento del cumplimiento
de los mismos. La relación entre el centro escolar y la familia es de complementariedad y subsidiariedad. Son los padres los primeros y últimos responsables de la educación de los hijos siendo subsidiario el papel del colegio.
Tanto el centro escolar como las familias deben poner de su parte para establecer una relación de confianza y colaboración. El colegio debe poner todos los medios a su alcance para ser percibido por los niños como un lugar seguro, predecible y amable.
Tanto el centro escolar como las familias deben poner de su parte para establecer una relación de confianza y colaboración. El colegio debe poner todos los medios a su alcance para ser percibido por los niños como un lugar seguro, predecible y amable.
Termino con unas frases de Dorothy Law Nolte, escritora estadounidense:
José Antonio de la Hoz
martes, 26 de julio de 2016
Estrategias para mejorar el autocontrol y la voluntad de los hijos. El Test de la golosina II
Según
Walter Mischel, psicólogo y profesor de la universidad de Columbia, el cerebro
tiene dos sistemas: uno frio y otro caliente. En el primero mandan el
conocimiento, el pensamiento y los objetivos…, la razón. El segundo es
emocional e impulsivo y responde a reflejos rápidos que se disparan sin pensar.
El frío se dirige más a lo que debemos hacer, el caliente a lo que deseamos
hacer. Cuando la fuerza de voluntad falla el sistema caliente se impone al frio
y se produce la acción impulsiva, como gritar a un padre después de una
corrección o que un hijo pida insistentemente un caramelo que ha visto junto al
cajero del supermercado mientras los padres esperan su turno.
Son más
impulsivos los hombres al tener más estimulación de la amígdala cerebral..
En otros
estudios, Mischel logró determinar que las diferencias en la capacidad de
esperar se veían incluso en bebés de nueve meses al observar cómo ellos
respondían cuando los separaban de sus madres. Al estudiar a esos mismos niños
años más tarde los investigadores encontraron que los patrones de
comportamiento ante la espera de la gratificación fueron iguales.
Eso podría indicar que algunas personas son genéticamente más susceptibles a los detonantes del sistema caliente, y ello influenciaría su comportamiento toda la vida. Pero no contento con esa explicación, Mischel propuso otro experimento, esta vez con niños de familias con bajos ingresos del barrio del Bronx, en Nueva York. La capacidad de la mayoría de los participantes de resistir a la tentación fue menor que en el experimento original, donde los niños venían de familias de clase media de Palo Alto, California.
Eso podría indicar que algunas personas son genéticamente más susceptibles a los detonantes del sistema caliente, y ello influenciaría su comportamiento toda la vida. Pero no contento con esa explicación, Mischel propuso otro experimento, esta vez con niños de familias con bajos ingresos del barrio del Bronx, en Nueva York. La capacidad de la mayoría de los participantes de resistir a la tentación fue menor que en el experimento original, donde los niños venían de familias de clase media de Palo Alto, California.
Es
interesante que los padres promuevan en los hijos, desde que son pequeños, el
autocontrol, necesario para resistir la frustración e insistir en alcanzar los
objetivos que nos trazamos. Ceder a los caprichos de los hijos no es
intrascendente, nos jugamos la calidad de su futuro profesional y personal.
Por todo
lo anterior es importante tener un buen nivel de autocontrol, que en los
primeros años de vida es promovido, o no, por las directrices que recibimos de
nuestros padres. Ahí van algunas estrategias que ayudan a aumentarlo:
Apartar los sentidos del estímulo
Nada
mejor para fomentar el autocontrol que tener alejadas las cosas que lo socavan.
Si no quiero comer pasteles lo mejor es no pasar delante de la pastelería. Si
no quiero distraerme cuando estudio lo mejor es dejar el móvil fuera de la
habitación, posicionar el ordenador también fuera y quitar el resto de
estímulos que puedan distraerme. Como dice el refranero, “ojos que no ven
corazón que no siente”
Planificar con antelación
Tener
planes preparados con antelación y respuestas inmediatas resulta útil para
saber qué hacer ante determinadas situaciones. “Si me llama mi amigo Juan le
diré que tengo que estudiar con mi hermano porque tengo que acabar el trabajo”.
Se ha demostrado que este tipo de proposiciones “si X entonces Y” son
estrategias útiles para mejorar el autocontrol (Duckworth, 2011).
Objetivos claros
A los
alumnos les hemos de enseñar a que tengan objetivos adecuados que les permitan
ir obteniendo pequeños progresos y experimentar el éxito académico. Su
motivación interna lo requiere y su perseverancia lo agradecerá. “¡Es el primer
control de Tecnología que apruebo!” era el comentario de un alumno
recientemente. Lo cierto es que eso sirvió de acicate para su mejora académica
general.
Ser positivos
Tener una actitud positiva y una visión optimista (que
sabemos que se puede aprender, o si se quiere mejorar) permite mantener una
motivación para la tarea y no tirar la toalla con facilidad. Hemos de
intentar generar climas emocionales positivos en el aula y en el hogar que,
además, sabemos que facilitan el aprendizaje. Cuando el alumno está haciendo
los deberes y está en un estado de ánimo positivo es más fácil que se concentre
en la tarea y resista la tentación de mirar si ha recibido algún mensaje en el
móvil. Si por el contrario, el alumno está en un estado de ánimo negativo, sus
mayores niveles de ansiedad le harán más complicado controlar sus impulsos.
El cerebro requiere glucosa
Para
facilitar el aprendizaje y para que las tareas que requieren autocontrol no
agoten nuestra fuerza de voluntad es imprescindible que los niveles de azúcar
en sangre sean estables. Eso se consigue haciendo al menos cinco comidas
diarias. A los alumnos les hemos de explicar la importancia de un buen
desayuno. Su cerebro y su fuerza de voluntad agradecerán esa recarga
energética.
Diálogo interno imprescindible
Hoy
sabemos que, en situaciones en las que estamos alterados, existe una gran
activación de la amígdala derecha (también de la corteza prefrontal derecha).
Para evitar este “secuestro de la amígdala” y no dejarnos arrastrar por las emociones
negativas generadas, es muy útil hablar con nosotros mismos e intentar refutar
las ideas que nos embargan. Por ejemplo, “¿es necesario que me enfade ante un
simple comentario irreflexivo del compañero?”, o incluso recurrir a la empatía,
“al fin y al cabo, está un poco nervioso por la enfermedad de su padre”.
También
sirve recordar los efectos positivos de evitar la tentación.
La atención regula la emoción
Cuenta
Daniel Goleman que cuando sus hijos eran pequeños y estaban enfadados, les
hacía dirigir la atención hacia algo para apaciguar su enojo: “¡Mira ese
pajarito!” (Goleman, 2013). La llamada atención ejecutiva que nos permite
dirigir nuestra atención hacia algo en detrimento del resto y que constituye
una atención selectiva para el estudio (como seguir el hilo del razonamiento en
la resolución de un problema) tiene una ventana plástica entre los 4 y 7 años
de edad y puede ser mejorada con el entrenamiento adecuado (Mora, 2013).
El autocontrol se ejercita
Los niños con problemas de autocontrol y con dificultades
en el aprendizaje suelen ser incapaces de prestar atención. Y el mejor antídoto
ante la distracción es la enseñanza de la metacognición que les permite
observar los propios procesos mentales o ser conscientes de la propia atención.
De todas formas no podemos pedirnos a nosotros ni pedir a
los niños que digan no a todo. Es agotador e insostenible. Hay que ser
selectivos e ir a lo importante. Soy creyente y, de vez en cuando, charlo con
un sacerdote; recuerdo que después de una de estas conversaciones el consejo
que recibí fue bien sencillo: “vete a tomarte un buen helado”
Os dejo otro vídeo, lleno de humor, sobre el test de la golosina:
Fuentes: https://escuelaconcerebro.wordpress.com/tag/autocontrol/
jueves, 21 de julio de 2016
El test de la golosina o como educar la voluntad de nuestros hijos. Parte I
“Tener más o menos autocontrol no
es una cuestión baladí ya que de él depende una parte importante de nuestro
bienestar y nuestra salud física y mental”. Esto lo afirma Walter Mischel, psicólogo y profesor de la
Universidad de Columbia –anteriormente de la Universidad de Stanford- que trabajó
en la materia con un estudio
longitudinal durante varios lustros. Esto le
permitió analizar el comportamiento de niños en edad preescolar y ver como
evolucionaron sus vidas hasta llegar a la madurez.
Mi interés por Mischel y su
estudio comenzó al oír una intervención en Youtube de Carlos Andreu , socio
director de la agencia de conferenciantes Human Speakers y consultor de
empresas. En ella hablaba del Test y despertó mi interés por el
autor y las conclusiones de su estudio, de rabiosa actualidad porque son muchos
los padres y las madres que pueden y deben cambiar su actitud con los hijos, si
son conscientes de que en el día a día, en asuntos ordinarios como la comida,
el consumo de televisión o la cesión en los caprichos, están influyendo de
forma positiva o negativa en el futuro de sus hijos.
Según Mischel voluntad y
autocontrol son la misma cosa. Además, se puede identificar el nivel de esta
capacidad cuando los niños son pequeños y es modificable, es decir, puede
aumentarse si se usan una serie de estrategias que están identificadas.
Cojo de la introducción de su
libro “El test de la golosina: cómo entender y manejar el autocontrol”, un
resumen de la explicación de este test y sus conclusiones:
“Todo comenzó en los años sesenta.
En un sencillo estudio se sometió a alumnos en edad preescolar a un duro dilema….Le
dábamos a elegir entre una recompensa (por ejemplo, una golosina) que podían
obtener inmediatamente y otra recompensa mayor (dos golosinas) si esperaban,
siempre solos, unos veinte minutos.” En la sala disponían de un timbre que
podían hacer sonar para llamar al investigador y pedirle que le diera la
golosina. O podía esperar a que aquel volviera y, si no se había levantado de
la silla o empezado a comer la golosina, le diera las dos.
Que los niños aguantaran o no
ayudaba a hacer importantes predicciones acerca de su futuro. “Cuantos más segundos
esperaban a la edad de 4 o 5 años, mayor era su puntuación en las pruebas de
aptitud académica y mejor su funcionamiento social y cognitivo en la
adolescencia. A edades comprendidas entre los 27 y los 32 años, aquellos que
más habían esperado cuando se sometieron al test en edad preescolar tenían un
índice de masa corporal más bajo, el sentimiento de su propia valía era mayor,
alcanzaban sus metas con más eficacia y soportaban mejor las frustraciones y el
estrés. En la madurez, los que más capaces fueron de esperar (demora larga) se
caracterizaban, frente a los que no lo fueron tanto (demora corta), por mostrar
en los escáneres cerebrales unas imágenes diferentes de las áreas del cerebro
relacionadas con las adicciones y la obesidad”
De lo anterior se derivan
cuestiones muy importantes a tener en cuenta en la educación de los hijos, que
tienen repercusión a lo largo de su vida, haciéndolos más o menos felices. Por
ejemplo:
- Que los hijos tengan un horario de comidas y que se respeten. No se pica entre horas. Se come de todo.
- Que los caprichos son para momentos muy concretos, como cumpleaños o fiestas muy especiales. Por eso son caprichos.
- Cuando se dice no es no y no cambia a un si por una pataleta (no a la golosina de la caja del supermercado, no al columpio, no a acostarse más tarde…etc)
- El tiempo dedicado a la televisión es limitado y no se cede….., etc.
En otra entrada, para no hacer
excesivamente larga esta, tocaré las estrategias de las que habla Mischel para
aumentar el autocontrol, o sea, la fuerza de voluntad.
Termino, como siempre, con una
frase. En esta ocasión de Tolkien:
“Donde no falta voluntad siempre
hay un camino”
José Antonio de la Hoz
José Antonio de la Hoz
miércoles, 6 de julio de 2016
Planes veraniegos con tus hijos,...si resides o estás de visita en Granada
No está nada mal hacer una relación de posibles planes a realizar con tus hijos en el periodo de vacaciones. Son muchos los sitios a descubrir en tu propia ciudad o en las vecinas más cercanas y, muchas veces, no se nos ocurren. El primer paso para realizar una actividad es planificarla y contar con un listado de alternativas facilita la labor.
Sin pensar mucho he elaborado una relación de posibles sitios a visitar y actividades a realizar en Granada con vuestros hijos, este verano o los siguientes. Como decía un sabio "descansar no es no hacer nada sino cambiar de actividad".
Pues ahí va la relación de actividades. Si os acordáis de otras, por favor hacérmelas llegar.
Deportivos
- Piragüismo en el pantano del Cubillas
- A 15 minutos de Granada
- Piraguas individuales y dobles
- Lugar: las alquilan en el restaurante Los Torres. Desconozco si se han puesto en marcha las instalaciones de la Universidad de Granada en el Pantano.
- Niños: 7 años en adelante
- Piragüismo en el Club Náutico del Pantano de Colomera
- A 40 minutos de Granada
- Piraguas, vela, tiro con arco y multiaventura
- Lugar: el club náutico está a unos 10 minutos después de pasar el pueblo.
- Niños: 7 años en adelante
- Senderismo en Granada: para niños de 7 años en adelante
- Los Cahorros (pozas)
- Tajos de Alhama
- Pozas en el restaurante Maitena de Güejar Sierra
- Excursión: Lagunillo Misterioso , laguna de la Mosca, laguna de la Caldera, laguna Hondera, etc.
- Laguna de Padul (avistamiento y anillamiento de pájaros)
- Fuente del Avellano -Acequia Real de la Alhambra- Cementerio – Granada.
- Salidas de fin de semana o puente a parajes naturales:
- Sierra de Cazorla (Cerrada de Utrero y Laguna de Valdeazores)
- Nacimiento del rio Mundo
- Garganta de la Olla (pueblo) en Cáceres (monasterio de Yuste, Garganta del Infierno, Piornal, etc.)
- Lagunas de Ruidera
- Caminito del Rey
- Área Mirlo blanco de Sierra Nevada (montaña rusa, toboganes, tirolina, bici eslalon, etc.)
- Karts:
- Fórmula Karting Granada en Polígono de Asegra – Peligros (Granada)
- Karting Granada en Purchil (Granada)
Culturales
- Visita al Museo de San Juan de Dios en la Casa de los Pisa
- Visita al Museo Sefardí de Granada
- Visita guiada a la Abadía del Sacromonte
- Casas moriscas de Granada: Chapiz, Horno de Oro, Dar – al – Horra, Zafra, etc.
- Museo de Bellas Artes en la Alhambra
- Museo de la Alhambra (acompañado de guía gratuito los sábados)
- Mirador de la Churra
- Mirador de San Miguel
- Carmen de los Mártires
- Carmen Blanco
- Capilla Real
- Monasterio de San Jerónimo
- Cartuja de Granada
Ánimo y a disfrutar.
José Antonio de la Hoz
lunes, 6 de junio de 2016
¿Tengo que prepararle la cena a mis hijos de 19 y 23 años?
Algunas semanas atrás volvía de
una intensa caminata por el monte con un grupo de amigos , unos quince, en un
micro bus. Estábamos realmente cansados porque habíamos subido, en un buen
número de horas, a un lugar de alta
montaña. En el bus daban una cabezada la mayoría y el resto charlaban. Detrás,
no muy lejos, dos madres mantenían una conversación que podíamos oír los más cercanos.
Una de las madres comentaba que al
llegar a casa se iba a duchar e iba a caer rendida en la cama; la otra se
quejaba de que antes de ducharse y acostarse tendría que prepararle la cena a
sus dos hijos, la mayor con 23 años y el otro con 19. Después de oír esto, sencillamente me indigné.
La madre que debía preparar la
cena es una buena profesional, responsable, diligente, culta y separada, que para ir a una excursión tiene que hacer malabarismos. Yo me hacía las
siguientes preguntas: ¿no eran los hijos demasiado mayorcitos para permitir que
su madre les preparase la cena?. Está claro que lo de prepararles la cena se había
convertido en un hábito cultivado desde la niñez, que se mantenía por inercia pero ¿sabiendo que su madre
vuelve de una actividad agotada, no pueden dar ambos dos un paso adelante y
evitarle ese sobreesfuerzo? Quizás me
falte conocer la última escena en ese hogar, esa noche; quizás llegó la madre y
se encontró la cena hecha, los platos limpios y su cena servida. Ojalá fuese
así y me sobraría parte de lo que estoy escribiendo, quizás todo.
Cada vez estoy más convencido de
que hay algunos padres que no dirigen bien el cariño a sus hijos. Algunos puede
que me traten de salvaje, pero voy a poner algunos ejemplos de lo que entiendo por cariño del bueno:
- Adrián es un antiguo alumno mío. Su madre lo enseñó desde pequeño a cocinar. Siendo ya adolescente, cuando sus padres salían un fin de semana, él y su hermano mayor se preparaban la comida solitos, por cierto muy buena. También la preparaban algunos días de diario cuando los padres andaban apretados de horario,...además sacaban la basura, limpiaban su cuarto, etc. Adrián no tuvo ningún problema en dar el salto a Suecia , donde lleva viviendo y trabajando más de diez años sin que se le conozca ningún trauma.
- Felipe solucionó de raíz la pereza de su hijo al levantarse por la mañana. Una mañana, con trece años, le derramó un vaso de agua en la cara después de 5 avisos. Su hijo ya se levanta solo cuando oye el despertador y llega puntual al colegio.
- Esta es de hace tiempo. Ahora estaría muy mal vista y podría ser motivo de despido disciplinario -enseñanza privada- , o suspensión de empleo y sueldo -en la enseñanza pública- del protagonista. Un compañero, harto de la pereza de un alumno al levantarse, -estábamos en una actividad fuera de la ciudad durante varios días-, le pegó un tirón de la manta y lo empujó levemente hasta que salió por el otro extremo de la cama. Al final de la actividad el niño se levantaba solo y sus padres no presentaron ninguna queja, al contrario, le agradecieron que hiciera por su hijo lo que ellos eran incapaces de hacer.
- Cuento el último caso. En este el protagonista es un conocido y prestigioso profesional a nivel nacional. Su hijo adolescente le daba problemas que intentaba corregir de la mejor manera posible. Cuando cumplió los 18 años se negaba a obedecer y cumplir normas básicas de la casa, que permitían la convivencia sana y pacífica. En varias ocasiones le decía que se iba a marchar de la casa y en una de ellas el padre le tomó la palabra, le asignó una pensión de 600 euros que tenía que administrar para mantenerse por si solo, fuera del hogar -pagar un alquiler, alimentarse y vivir- y a la madre le dijo que cuando viniera de visita a casa no le negase la entrada, le diese sus besos y cariños, pero que se fuese con las manos vacías. El hijo volvió a la casa al año con el compromiso y la aceptación de las normas de sus padres y poniéndose las pilas en los estudios. Hoy en día es un buen profesional y derrocha cariño por sus padres.
No me voy alargar describiendo el
sentido y los efectos positivísimos de todo lo anterior. Ya lo he reflejado en este
blog. Os remito a una de las entradas a la que podéis acceder pinchando en el
siguiente enlace http://goo.gl/5evfcQ
También hay que decir que no es necesario ser drásticos si hacemos las cosas a su tiempo y remando -los dos padres- en la misma dirección.
He encontrado dos vídeos que añaden un poco de humor al artículo y, de paso, nos ayudan a descender al detalle, a relativizar y desdramatizar. Son estos
He encontrado dos vídeos que añaden un poco de humor al artículo y, de paso, nos ayudan a descender al detalle, a relativizar y desdramatizar. Son estos
Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Aristóteles:
"Las raíces de la educación son amargas, pero los frutos son dulces"
José Antonio de la Hoz
martes, 31 de mayo de 2016
Llegan las notas, ¿qué hacemos?
El 22 de junio termina el curso académico 2015/16 en muchas
comunidades autónomas. Uno de los últimos actos antes del comienzo de las
vacaciones será la recogida del boletín de calificaciones. La mirada del hijo y
de los padres se dirigirá a la última columna, la identificada como EVALUACIÓN
FINAL que sintetiza los resultados obtenidos
en tres procesos de evaluación distribuidos a lo largo del año. Unos
habrán superado todos los exámenes y otros no.
Pocos obtendrán muy buenas calificaciones, muchos aprobarán y
aproximadamente un 27% de alumnos suspenderá alguna asignatura.
Leía hace poco una entrevista a Gregorio Luri en la que
decía, entre otras cosas, que en cuarto de primaria ya se sabe quién va a
fracasar en los estudios. Yo no soy Gregorio Luri, no tengo sus meritos ni su
preparación, pero el fracaso escolar es reversible. Si es verdad que no se
interviene adecuadamente sobre los primeros síntomas de fracaso de los hijos,
por desconocimiento, dejadez o falta de tiempo de los padres. También es cierto
que estamos en un país en el que "todos sabemos de todo"; digo esto
porque algunos padres resumen el fracaso
escolar de sus vástagos en una o dos causas que suelen escoger de entre las siguientes: "mi hijo no sirve",
"es vago", "la culpa la tiene el colegio" o "la culpa
la tienen los profesores".
Después de esta introducción cabe preguntarse, ¿Qué hacemos
con un alumno que el próximo 22 de junio trae suspensos? ¿Qué pueden hacer los
padres de esos alumnos? ¿Qué pueden hacer los centros educativos? ¿Qué deben
hacer los propios alumnos?
Pues bien, cada caso es singular y, por tanto requerirá
medidas singulares. No obstante se pueden dar unos consejos generales a los
padres, a los centros educativos y a los propios alumnos. Empecemos por los
primeros:
PADRES
- Estudie con objetividad las causas del fracaso escolar de su hijo, siendo consciente de que usted - su personalidad y su forma de educar - puede ser una de ellas y nadie se lo va a decir. Evite: el autoritarismo, la sobreprotección, el pasotismo, las humillaciones, las comparaciones, el mal ejemplo en casa (televisión por la tarde, tareas mal hechas, voces, falta de inquietudes intelectuales, desorden...)
- Establezca un plan de acción con su hijo, consensuado por los dos padres con el asesoramiento del tutor (qué hacer para que su hijo se ponga al día, cómo crear hábitos de trabajo, cómo motivar, cómo y cuándo evaluar los progresos, qué medidas de apoyo escolar poner, repasos, etc.)
- No es lo mismo un suspenso puntual que varios arrastrados de cursos anteriores. No es lo mismo suspender conocimiento del medio que matemáticas o lengua. Estas últimas son materias instrumentales, necesarias para superar el resto.
- El trato ordinario con su hijo debe favorecer que este tenga una voluntad fuerte. Por este motivo.
- No haga por él lo que él pueda hacer por sí mismo (ej: ordenar el cuarto, hacer la cama, poner la mesa, cambiar las sábanas, etc.)
- Desde pequeños se les debe acostumbrar a que tengan un horario dónde está previsto la hora de acostarse y levantarse, la hora de las comidas, el tiempo de trabajo, etc.
- Desde pequeños todos los hijos tienen encargos en casa.
- Desde pequeños los hijos tienen metas difíciles pero asequibles y los padres dan ejemplo. Las expectativas son siempre altas pero asequibles (asistencia, puntualidad, tiempo de trabajo, etc.)
- Los padres han de tener inquietudes intelectuales que manifiestan en actos concretos: leer el periódico o algún libro, asistir a museos, teatros u otros espacios culturales, etc.
- Es mejor prevenir que curar. Por tal motivo es mejor estar especialmente pendientes de los hijos en los primeros años de primaria (hábito de estudio, buena base en matemáticas y lengua, controlar los deberes, etc.)
- Para el verano valorar la posibilidad de que asista a un internado o que disponga de un profesor de apoyo de lunes a viernes durante 1, 2 o 3 horas diarias, etc.
CENTRO EDUCATIVO
- Poner en marcha medidas que ayuden al diagnóstico precoz del fracaso escolar.
- Prever distintas alternativas o procesos de comunicación con los padres.
- Identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar una estrategia adecuada a su perfil.
- Ofrecer refuerzo individualizado a las familias que lo necesiten (bajo rendimiento, inmigración, etc.)
- Tener expectativas altas con todos los alumnos. Acompañar esas expectativas con un sistema de valores y medidas que favorezcan la motivación del estudiante.
- Ser receptivos con los padres y animarlos a participar en el centro.
- Disponer de un profesorado cercano, formado, motivado y motivador, ejemplar y proactivo.
ALUMNOS
·
Asumir y aceptar las medidas de apoyo durante el
verano y a lo largo del curso.
·
Asistir con regularidad y atención a las clases.
·
Hacer los deberes cada día.
·
Esforzarse y seguir a pesar de las dificultades .
lunes, 9 de mayo de 2016
La presión del estatus familiar en la formación de los hijos
La preocupación de los padres por
el futuro profesional de los hijos aparece poco después de que estos nazcan.
Cuando pasan los primeros momentos de ilusión y se es consciente de que a esa
personita hay que darle de comer y educarlo, se hace presente la "presión" de ser
padre - madre, aunque algunos/as confiesan cierta tensión durante el embarazo.
Esto viene a cuento de más de una
conversación mantenida con padres de
adolescentes con un horizonte profesional poco claro. Uno de los aspectos que
entra en juego en la gestión de estas situaciones, de forma más o menos consciente, es el estatus profesional y social de los padres. Que difícil resulta
para algunos buenos profesionales, que
disfrutan de reconocimiento social y
profesional, tener un hijo que no va a llegar a su nivel o que, incluso, se
puede quedar bastante lejos. Qué difícil resulta a los hijos de padres con prestigio aceptar un futuro profesional uno, dos o más peldaños por debajo del disfrutado por sus progenitores.
Con la situación anteriormente
descrita nos hemos encontrado todos y todos hemos visto distintas formas de
resolverla; desde padres que aceptan con naturalidad, sin dramatismo, que su
hijo va a ser un honesto y, por qué no, feliz funcionario del grupo C o D,
hasta padres que obligan a su hijo a prepararse durante años y años
la oposición de notaria que nunca va a sacar, cargando sobre sus
espaldas un profundo y evitable "fracaso".
Es importante ser objetivo con
las capacidades de los hijos para evitar hacerles un daño innecesario, poniéndoles objetivos que les resulta imposible alcanzar. También
es bueno saber que los padres desempeñan un papel importante en el éxito de sus
hijos en momentos muy concretos de su vida, concentrados la mayor parte de
ellos en la primera infancia, en los primeros años de colegio, en la acertada
corrección de los primeros problemas. El colegio también debe ayudar a los
padres en esa tarea de conocer los talentos reales de sus hijos.
En cualquier caso a los hijos hay
que quererlos tal y como son, con sus éxitos y fracasos, con sus virtudes y
defectos.
Hace unos años conocía el caso de una
familia con varios hijos, residente en una ciudad sin universidad. La mayor de
las hijas terminó el bachillerato de ciencias y sus notas no le daban para
estudiar la carrera deseada, también aconsejada por el colegio. La matriculan en una universidad privada y ya cerca del final del tercer año tiene aprobadas la mitad de asignaturas del primer curso y pocas del segundo. Contra el criterio de los padres la chica ha decidido abandonar la carrera. Las ayudas para
preparar los exámenes durante su etapa escolar eran permanentes; cuando ha tenido que enfrentarse sola a un
cambio de ciudad y a la superación de exámenes sin ayuda, no ha podido. Quizás
habría que haber insistido, en su momento, en el hábito de trabajo diario, en
el número de horas de estudio que debería de haber echado sola para sacar los exámenes
adelante y no los días anteriores al examen, con ayuda. Quizás sus dotes naturales están por debajo de las metas que directa o indirectamente le han ido planteando. Habría que estudiar el caso en profundidad.
De todas formas cabe preguntarse
si esta chica es una fracasada. Yo creo que lo sería si no alcanza una meta
asequible a sus actuales competencias, las que han potenciado, o no, sus padres
y el centro escolar desde la infancia. Digo esto porque la inteligencia se
convierte en talento, en capacidades que afloran y se quedan, con esfuerzo y
dedicación. Es esto último, la capacidad
de esfuerzo mantenido, la constancia, lo
que hay que cultivar en los hijos, más que el manejo puntual de conocimientos
para superar exámenes. Por otra parte se me hace difícil hablar de fracaso en
una chica con 19 años a punto de cumplir los veinte. Lo único que debería
preocuparle a los padres es la causa del abandono de la carrera que les ha
transmitido su vástago : "No voy a matarme estudiando durante tantos
años". Cuestión distinta es el juicio del entorno social de la familia,
que puede ser amortiguado o acrecentado por la actitud de los padres.
Otro tema es la hija. Le cuesta trabajo aceptar "el fracaso", buscar y aceptar una opción que le suponga bajar del estatus del que ha venido disfrutando, aparecer ante su entorno más próximo como incapaz. En este caso porque no está dispuesta a un esfuerzo mantenido durante años. La realidad debe imponerse. Los padres deben hablar con su hija y esta debe aceptar la nueva situación. No hay atajos.... Las normas que ponemos a nuestros hijos cuando son pequeños, los noes a los caprichos, los horarios de estudio, de acostarse y levantarse, los límites a las horas de televisión, ...terminan por ponerse de manifiesto, tarde o temprano, en un sentido u otro.
En cualquier caso la combinación "padres exitosos e hijos con capacidades humildes" ha de ser afrontada y aceptada por los primeros, para poder ayudar adecuadamente a los segundos, sin eximirles de la constancia en el esfuerzo. Hay que poner metas difíciles pero asequibles a cada hijo, desde pequeños. Pedir opinión a los sucesivos profesores y tutores de nuestros hijos no está de más.
Otro tema es la hija. Le cuesta trabajo aceptar "el fracaso", buscar y aceptar una opción que le suponga bajar del estatus del que ha venido disfrutando, aparecer ante su entorno más próximo como incapaz. En este caso porque no está dispuesta a un esfuerzo mantenido durante años. La realidad debe imponerse. Los padres deben hablar con su hija y esta debe aceptar la nueva situación. No hay atajos.... Las normas que ponemos a nuestros hijos cuando son pequeños, los noes a los caprichos, los horarios de estudio, de acostarse y levantarse, los límites a las horas de televisión, ...terminan por ponerse de manifiesto, tarde o temprano, en un sentido u otro.
En cualquier caso la combinación "padres exitosos e hijos con capacidades humildes" ha de ser afrontada y aceptada por los primeros, para poder ayudar adecuadamente a los segundos, sin eximirles de la constancia en el esfuerzo. Hay que poner metas difíciles pero asequibles a cada hijo, desde pequeños. Pedir opinión a los sucesivos profesores y tutores de nuestros hijos no está de más.
Termino esta breve reflexión con
una frase de William Faulkner, escritor estadounidense:
"Todos fallamos en alcanzar nuestros
sueños de perfección, así que nos ponemos nota sobre la base de nuestro
espléndido fracaso al intentar lograr lo imposible"
José Antonio de la Hoz
José Antonio de la Hoz
jueves, 28 de abril de 2016
Diferencias y similitudes entre inteligencia y talento
José Antonio Marina es un
filósofo y pensador, con muchas horas dedicadas a la investigación, plasmadas en numerosos y exitosos libros. Casi todos con alguna conexión al mundo de la educación, por el que muestra una preocupación
preferente.
Estuve
con él con motivo del acto de clausura de una Escuela de Padres que organicé
para 30 centros educativos de Granada. En ese momento sus apariciones en programas televisivos de
cadenas nacionales eran constantes. Tengo que decir que llenó un recinto con
más de 700 plazas y que los asistentes eran, en su mayoría, miembros de AMPAS, directores, jefes de
estudios, orientadores y profesores de la enseñanza pública y privada. La frase
que podría resumir su conferencia es bien conocida: “Para educar hace falta
toda la tribu”
Pues
bien, hace poco concedía una rueda de prensa a varios periódicos con ocasión de
la presentación de su último libro. En el
transcurso de la misma hace unas declaraciones muy interesantes para todo el
que tenga que educar. En esta entrada trato de sintetizarlas para hacerlas más
asequibles y, al final, pongo el enlace para quien quiera leerla en su
integridad. Ahí va el resumen:
- Hay que distinguir el talento de la inteligencia. El talento está relacionado con el buen uso, el uso brillante de la inteligencia. COMENTARIO PERSONAL: son muchos los autores que defienden la idea de que todas las potencialidades de un niño no salen a flote si no se ejercitan. Dicho de otra forma, la inteligencia no es una cualidad fija sino vinculada a su ejercicio o a su inactividad.
- En la actual sociedad del conocimiento la riqueza de las naciones está vinculada a su capacidad de producir talento.
- La inteligencia es la capacidad de pensar, el talento es la capacidad de pensar y actuar.
- El talento tiene que ver con la toma de decisiones y la generación de proyectos. Incluye aspectos como tener buena información, gestionar bien las emociones y tener desarrolladas las virtudes de la acción: perseverancia, valentía, tenacidad, resiliencia , etc.
- El talento se genera después de la educación. Sin educación no hay talento. Una de las funciones de la escuela es contribuir a que se produzca un talento que de otra manera no va a aparecer. COMENTARIO PERSONAL: el resto del entorno del niño también contribuye a ese talento: familia, barrio, amigos, medios de comunicación…, etc.
- Para desarrollar el talento hay que incidir en dos aspectos fundamentales: la memoria y enseñar al niño a diseñar su propio cerebro.
- Todo lo hacemos desde la memoria y son muchos los hábitos que se adquieren con ella.
- Enseñamos a diseñar el cerebro mediante protocolos que ayuden al niño a organizar su memoria y sienta que aprende y progresa.
- Una destreza básica es fijar la atención y los padres deben contribuir a que esto ocurra desde que el niño tiene tres años.
- Las rutinas dan seguridad a los niños, pero para fijarlas hay que establecer límites. Si no es así los niños se sentirán muy perdidos.
- Enseñar por proyectos ayuda al niño a sentirse capaz de hacer las cosas, a encontrar sentido a lo que hace y a motivarse cuando siente que está cerca la consecución del objetivo.
- El poder del grupo en la adolescencia es grande, por eso en el último curso de primaria hay que primar la capacidad de independizarse de él.
José Antonio de la Hoz
Fuentes: http://goo.gl/15VcBc
miércoles, 16 de marzo de 2016
Consejos rápidos para profesores/formadores
Curioseando en el blog del profesor Javier Tourón - www.javiertouron.es - encuentro una interesante infografía que puede ser de utilidad a los profesores para mejorar sus clases. En ella recoge siete consejos que pueden ayudar a mejorar el proceso de aprendizaje y son los siguientes:
1. Utilizar el método 10:2. Por cada 10 minutos de clase, permitir que los estudiantes procesen la información y participen en la clase durante al menos 2 minutos.
2. Dar tiempo para pensar. Esperar y dar a los estudiantes 5-10 segundos para pensar después de hacerles una pregunta.
3. Darle movimiento a la clase. Incorpora movimiento a la clase, añade dinamismo, no te quedes en un sitio y harás que los estudiantes se involucren más.
4. Acelerar el ritmo de la clase. Un ritmo rápido favorece la participación y la implicación de los estudiantes, haciendo más fácil avanzar al siguiente concepto en cada momento.
5. Dejar participar. Proporcionar frecuentes momentos de feedback para que los estudiantes participen.
6. Hacer pausas. Periódicamente hacer pausas en medio de frases para que los estudiantes las completen.
7. Método 3:2:1. Al acabar cada lección pedir a los estudiantes que apunten tres cosas que aprendieron, dos cosas interesantes y una pregunta.
Todos los consejos me parecen acertados pero aprovecho para poner mi humilde grano de arena y añadir algunos más y concretar otros. Ahí va mi aportación:
1. Usa ejemplos después de explicar un concepto.
2. En algunos temas, para facilitar la comprensión de conceptos, deja a los alumnos que realicen una lectura comprensiva previa en clase. Pídeles que apunten las palabras o ideas que no entiendan y pregúntales si las han entendido al terminar tu explicación.
3. Propon en clase la resolución de problemas de la vida real o casos prácticos donde tengan que usar los conceptos explicados. Permite primero el trabajo individual y luego en grupos.
4. Realiza preguntas de control a estudiantes de nivel medio o bajo para comprobar si se entiende lo que se está explicando.
5. Evita la rutina cambiando frecuentemente de recursos para el aprendizaje, con imaginación. Cambia la configuración de la clase, acude a sitios web relacionados con la materia, sal del colegio varias veces en el curso, invita a alguien a dar alguna clase, acude a noticias de prensa relacionadas con la materia, haz escenificaciones si la materia lo permite, etc.
6. Pon todo lo que esté de tu parte para evitar el retraso de tus alumnos menos capaces.
7. No midas el resultado de tu trabajo de forma directa. Con esfuerzo, entusiasmo, imaginación, iniciativa...el resultado siempre es positivo aunque no podamos medirlo.
Todos los profesores tienen cosas que enseñar y aprender. Te invito a que añadas alguna aportación que enriquezca esta entrada, por los medios que permite blogger (comentarios a esta entrada).
Antes de terminar quiero recordar una entrada anterior de este blog que puede ser un buen complemento y a la que se accede en este enlace http://goo.gl/K7fDXZ
Antes de terminar quiero recordar una entrada anterior de este blog que puede ser un buen complemento y a la que se accede en este enlace http://goo.gl/K7fDXZ
Termino como siempre con una frase , en esta ocasión de Aristóteles: "No hay que empezar siempre por la noción primera de las cosas, sino por aquello que puede facilitar el aprendizaje"
José Antonio de la Hoz
Fuentes: https://goo.gl/S04mrj
Suscribirse a:
Entradas (Atom)