Se acerca el día 21 de diciembre, fecha de
comienzo de las vacaciones de Navidad y de entrega de las primeras notas a
millones de padres. Las circunstancias que envuelven cada situación son tan
distintas y diversas que impiden dar recetas. No obstante voy a dar algunos
consejos generales, para algunas de las situaciones con las que podemos
enfrentarnos:
1. Niño/a entre 6 y 8 años con suspensos:
si ha superado las asignaturas relacionadas con la lectura comprensiva,
expresión oral, escritura y cálculo matemático...., la lengua y las matemáticas
de toda la vida, entonces el problema no lo es tanto. Estas son las asignaturas
instrumentales cuyas destrezas, competencias o como les llamen los profesores
de tus hijos, son necesarias para superar los exámenes del resto de
asignaturas.
Esos suspensos en materias no básicas es muy
probable que se deban a la escasez de tiempo dedicado al estudio, que en estas
edades es relativamente fácil de corregir. Doy por sentado que el ambiente
familiar y escolar es el idóneo para rendir. Hay que ver al tutor y ponerse de
acuerdo con él sobre la forma de reconducir la situación.
Si los suspensos se han producido en las
"ASIGNATURAS INSTRUMENTALES", hay que tomarse las cosas más en serio,
ya que tu hijo carece de las HERRAMIENTAS necesarias para superar los exámenes
del resto de áreas de conocimiento, y podemos estar en el inicio de un fracaso
escolar que se reproduzca en los próximos años. Habrá que analizar
detenidamente las causas de esta situación para tomar las medidas adecuadas.
Puedes recurrir a los profesionales de un Gabinete Psicopedagógico para que te
orienten. Estos examinarán a tu hijo y su entorno para buscar una
solución adecuada y duradera.
Muchos padres intentan dar una solución al
problema con unas clases de apoyo. Esto es como vaciar una piscina sin cortar
el agua o, lo que es lo mismo, actuar sobre los efectos en vez de detectar y
eliminar las causas.
2. Niño/a entre 6 y 8 años con buenas
notas: todo muy bien si son fruto de un trabajo personal exigente y
constante. El hábito de trabajo será necesario tarde o temprano y no se
improvisa, se genera con constancia y con meses y años de dedicación.
Los niños que obtienen buenas notas sin trabajo
personal tienen muchas probabilidades de terminar fracasando. Hay que estudiar,
con ayuda del tutor, cómo hacerle trabajar a diario. Quizás podemos insistirle
en el aprendizaje de un idioma , en la lectura de libros, apuntarlo a una
actividad extraescolar, etc.
3. Suspensos a partir de los ocho los 8 años arrastrados de cursos anteriores:
como en los casos anteriores hay que detectar cual es la causa de los suspensos
para adoptar las medidas adecuadas, acudiendo al tutor y a profesionales, si el
problema persiste. Pero además de otras causas, es probable que haya "desfase curricular", o lo que es
lo mismo, que no domina conocimientos y habilidades correspondientes a años
anteriores, necesarios para hacer frente a lo que le piden este año.
El tema es complejo, pero nuevamente hay que
detectar si hay dificultades en el aprendizaje, problemas en el entorno
familiar o social, problemas en el centro educativo …y actuar. En cualquier
caso es necesario el compromiso de los padres, cueste lo que cueste, porque las
soluciones las van a aplicar ellos. El fracaso escolar no es un simple problema
de notas, ya que repercute en la autoestima de tu hijo, en su sufrimiento
interior, en sus habilidades de comunicación con los demás, …en la forma de
afrontar la vida y de responder a sus estímulos
Resumiendo:
·
Las causas de las malas notas las encontraremos:
o En tu propio hijo: problemas de
aprendizaje, capacidad deficiente, técnicas de estudio deficientes, etc
o En su entorno: familiar, social o
escolar
o Puede
haber una o varia causas
·
Las buenas notas deben ir acompañadas de un
hábito de trabajo diario
·
Hay que actuar ante los primeros síntomas de
fracaso escolar
·
Ante una situación de fracaso persistente hay
que acudir a un profesional, para que
nos ayude a detectar las causas y nos indique las soluciones adecuadas
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