
En mi blog sigo pretendiendo incorporar artículos breves fundamentados en mi experiencia y formación, pero también material de profesionales de prestigio que trabajen temas relacionados con la educación y el desarrollo y equilibrio personal. En esta línea he dado con la web de la
Doctora Esther Tellería, www.esthertelleria.com ,de reconocido prestigio en materia de nutrición. A ella acudiré de vez en cuando...En esta ocasión he visto un artículo suyo que me parece interesante:
1. Porque relaciona nutrición con aspectos básicos de la salud de manera sencilla.
2. Porque sabe sintetizar e ir al grano, sin grandes disquisiciones científicas.
3. Porque sus consejos pueden incorporarse rápidamente a nuestra dieta. En una entrada anterior incorporé una pirámide nutricional suya muy práctica.
He copiado su artículo de un recorte de periódico que aparece escaneado en su web, por lo que puede haber algún error de transcripción, a pesar de haberlo revisado. Los subrayados, negritas y cursivas son míos, para intentar facilitarle la labor a los que van con prisa. Ahí va, en entrecomillado y con título original
"Una buena alimentación: un mejor humor
Una alimentación desequilibrada puede producir
carencias que se manifiestan mediante síntomas como irritabilidad, nerviosismo,
cansancio, fallos de memoria y concentración e incluso depresión.
Para evitarlo, no faltarán en nuestra dieta los hidratos de carbono presentes
en el pan, arroz, pasta, patatas, legumbres y fruta, ya que nos aportan glucosa,
el nutriente energético preferido del cerebro.
El triptófano es un componente de las proteínas
(huevos, lácteos, pescado, carne,
legumbres, frutos secos) y de él dependen los niveles de serotonina,
llamada también hormona del humor. Las vitaminas del grupo B son las que más
influyen en el buen funcionamiento del sistema nervioso. Abundan en la
soja fresca, germen de trigo, carnes, pescado, frutos secos, legumbres,
cereales integrales y especialmente en la avena, levadura de cerveza, huevos y
queso.
Los ácidos grasos esenciales (Omega 3 y Omega 6) intervienen en el desarrollo
y funcionamiento del sistema nervioso. Un aporte adecuado de estos se
consigue con aceite de semillas, frutos secos, germen de trigo, aguacate y cereales
integrales. Una falta de hierro se relaciona con menor
capacidad de concentración, de atención y de memoria. Los alimentos ricos
en hierro son las vísceras (hígado y riñón), germen del trigo, carnes,
pescados, legumbres, frutos secos o cereales integrales, mejillones y almejas.
Los alimentos que producen una excitación acelerando la
actividad del sistema nervioso son el café, té, las bebidas de cola, el cacao,
el chocolate y el alcohol. Su uso continuado acaba produciendo desgaste
nervioso, agotamiento y falta de adaptación al estrés. Consumiremos dátiles
ricos en litio, por su acción antidepresiva, y frutos secos y
chocolate por su riqueza en magnesio, regulador del funcionamiento
cerebral."
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