lunes, 4 de marzo de 2013

Clases particulares. ¿Tratamiento sintomático?



Estamos terminando el segundo trimestre y seguro que hay muchos padres que están nerviosos con los resultados académicos de sus hijos, en lo que llevamos de curso. Malas notas en la primera evaluación y la misma tónica en lo que llevamos de segunda.  En muchos casos esto se viene repitiendo desde hace algunos años, en otros quizás no, pero siempre se acude a la misma “solución”, las clases particulares, los cursos de recuperación de verano,... y similares.

Muchos padres hicieron un diagnóstico cuando aparecieron los primeros síntomas de escaso rendimiento académico, hace ya tiempo o quizás este mismo año.” Nuestro hijo/a es un vago,… es poco inteligente, limitado…, solo estudia para los exámenes, ….no le gustan las ciencias”, etc.  Puede que lleven toda, parte o ninguna razón. Las causas del fracaso escolar son complejas, aunque los padres las resuman en falta de aprovechamiento del tiempo o deficiente atención en clase. En este, como en otros campos, abunda la opinión y falta la sabiduría. Son muchas las variables en juego y a veces se confunden las causas con los efectos, se adjudican al hijo "negligencias" que en realidad son compartidas con otros, como el entorno familiar o escolar, el grupo de amigos, los valores imperantes en el grupo social de referencia, etc.

Tengo un contacto relativamente frecuente con la profesión médica por razones de amistad y afectivas, además de las visitas al médico que todos hacemos cuando estamos enfermos. Pues bien, con frecuencia oigo la expresión “tratamiento sintomático”, que es el que va dirigido a atenuar los síntomas de una enfermedad, porque no es posible actuar sobre la causa o solo  cabe la actuación preventiva.  Pero en la mayoría de las enfermedades el médico busca la causa para actuar sobre ella y evitar una continua aparición de los síntomas o un daño irreparable en el enfermo. Pues bien, LAS CLASES PARTICULARES  son un tratamiento sintomático y, como tal, no actúa sobre las verdaderas causas de los suspensos que suelen ser complejas; los expertos las buscan en la propia familia, en el colegio y los profesores, en el sistema educativo, en el entorno sociocultural  de la familia y en causas genéticas o trastornos del aprendizaje.

De la misma manera que el médico investiga antes de asociar los síntomas de la enfermedad a negligencias del paciente, los padres han de buscar la opinión de un profesional, cuando las malas notas son reiteradas y las medidas que se adopataron en su momento no han funcionado. Solo un buen profesional puede detectar las verdaderas causas de los repetidos suspensos y las posibles soluciones, que pueden ir desde un cambio de actitud de los padres hasta un cambio de colegio o de clase, por poner algunos ejemplos, o una combinación de varias.

Gabinete psicopedagógico, psicólogo, pedagogo, …son los profesionales que manejan las causas del éxito y fracaso escolar y, por tanto, las personas  adecuadas para diagnosticar y establecer un tratamiento, salvo que lo de nuestro hijo/a sea una cuestión evidentemente pasajera y puntual. Los profesores de nuestro hijo son también una fuente de información y consejos que podemos recoger en las tutorias. Es importante no dejarlas pasar,...atenderlas está entre nuestras obligaciones de padres. Hay que poner todo el interés del mundo por hablar con el tutor de nuestros hijos al menos una vez al trimestre.

Dejar pasar el tiempo o acudir solo a las clases particulares como solución a los problemas  de rendimiento escolar, es como poner poner una gasa en las heridas sin más. Lo que hay que ver es como se las produce, sobre todo si son frecuentes.

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