viernes, 15 de marzo de 2013

El problema está en nosotros

Ayer asistí a una conferencia de Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra experto en trastorno bipolar, espeaker y empresario. Había quedado con él y me comentó la posibilidad de vernos después de la sesión. Aproveché para asistir a la ponencia, que tenía el siguiente título: "TOMARSE LA VIDA CON HUMOR".
 
Le tengo mucho respeto a los psiquiatras y a los sacerdotes, porque ambos llegan al núcleo duro del ser humano. A eso que no le contamos a nadie y constituye una realidad incontestable de nuestra vida. Hablamos de los "darros de nuestra personalidad", en unos casos, o de las sensibilidades finas y las debilidades, en otros. También hablamos  de personas dobladas por cargar con lo suyo y lo de otros. En cualquier caso tocan la  realidad más íntima de nuestra intimidad. Por este motivo le presto mucha atención a lo que dicen.
 
Reflejar en el papel lo que dijo es difícil, porque es difícil recoger una realidad en todas las conferencias de Luis: aprendes cosas pasándolo bien, riendo a carcajada limpia en muchas ocasiones y con una sensación de agradecimiento porque te vas con las pilas cargadas. Dicho esto, paso a desgranar algunas de las ideas que aportó, pero ya sin mutilar el hilo conductor en el que se desarrolló y que fué contenido y continente de la conferencia: EL HUMOR.
 
El problema no son las circunstancias en las que se desarrolla nuestra vida, sino la forma de reaccionar ante ellas. A todos se nos mueren los padres, perdemos el trabajo, rompemos con el novio/a,..., pero no todos reaccionamos de la misma forma. Animó a escoger la mejor forma de reaccionar,  para nosotros y los que nos rodean, ante los problemas: el optimismo, la proactividad, andar, levantarse y no quedarse quietos, tomar decisiones.... Todo menos caer en un victimismo que nos convierte en una persona tóxica para nosotros mismos y los que nos rodean. Es un camino hacia ninguna parte.  Los tóxicos son como imanes que chupan la energia a todos los que los rodean. Por eso se quedan solos.

No incluía entre los tóxicos a las personas que caen en una enfermedad mental, que necesitan de un tratamiento médico para salir adelante.
 
Es importaante conocerse y aceptarse, construyendo sobre esa base nuestro proyecto de vida, con metas ambiciosas, sin rendirse a las primeras de cambio, tomando decisiones valientes, corrigiéndolas cuando nos equivoquemos, aprendiendo, elaborando una voluntad fuerte, con esfuerzo...
 
Tenemos dificultad para conocernos. Una fuente de autoconocimiento proviene de las relaciones con los demás. Cuando  personas de distintos ámbitos de relación  (amigos, familia, compañeros...), nos dicen "es que tú eres...." y coinciden, debemos de escucharlo, reflexionar y corregir comportamientos que no van.
 
Los padres no pueden ilusionarse con que su hijo sea notario si  lleva cuatro años repitiendo primero de derecho. Tampoco exigirle que sea arquitecto si tiene serios problemas con las matemáticas.  Las metas deben ser adecuadas a nuestras capacidades para evitar frustraciones y problemas mentales evitables.

Nos invitó a no tener memoria y a no preocuparnos en exceso por el futuro. La realidad palpable es el hoy y el ahora, el presente. El pasado lo rememoramos solo para aprender. El futuro normalmente suele venir diferente a como lo imaginamos. Hay personas que han estado preocupadas toda la vida por cosas que no han ocurrido.
 
Animó a ver oportunidades en los problemas, a ser paranoide inverso (creer que se dan todas las circunstancias para triunfar), a tener espíritu deportivo, a no criticar, a disculpar y comprender y a muchas otras cosas que mutilaré en este brevísimo resumen de la conferencia.
 
Tenéis algunos resúmenes en youtube.
 

 
 
 
 
 

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