jueves, 21 de julio de 2016

El test de la golosina o como educar la voluntad de nuestros hijos. Parte I


“Tener más o menos autocontrol no es una cuestión baladí ya que de él depende una parte importante de nuestro bienestar y nuestra salud física y mental”. Esto lo afirma  Walter Mischel, psicólogo y profesor de la Universidad de Columbia –anteriormente de la Universidad de Stanford- que trabajó en la materia  con un estudio longitudinal durante varios lustros. Esto le permitió analizar el comportamiento de niños en edad preescolar y ver como evolucionaron sus vidas hasta llegar a la madurez.

Mi interés por Mischel y su estudio comenzó al oír una intervención en Youtube de Carlos Andreu , socio director de la agencia de conferenciantes Human Speakers y consultor de empresas. En ella hablaba del Test  y despertó mi interés por el autor y las conclusiones de su estudio, de rabiosa actualidad porque son muchos los padres y las madres que pueden y deben cambiar su actitud con los hijos, si son conscientes de que en el día a día, en asuntos ordinarios como la comida, el consumo de televisión o la cesión en los caprichos, están influyendo de forma positiva o negativa en el futuro de sus hijos.

Según Mischel voluntad y autocontrol son la misma cosa. Además, se puede identificar el nivel de esta capacidad cuando los niños son pequeños y es modificable, es decir, puede aumentarse si se usan una serie de estrategias que están identificadas.

Cojo de la introducción de su libro “El test de la golosina: cómo entender y manejar el autocontrol”, un resumen de la explicación de este test y sus conclusiones:

“Todo comenzó en los años sesenta. En un sencillo estudio se sometió a alumnos en edad preescolar a un duro dilema….Le dábamos a elegir entre una recompensa (por ejemplo, una golosina) que podían obtener inmediatamente y otra recompensa mayor (dos golosinas) si esperaban, siempre solos, unos veinte minutos.” En la sala disponían de un timbre que podían hacer sonar para llamar al investigador y pedirle que le diera la golosina. O podía esperar a que aquel volviera y, si no se había levantado de la silla o empezado a comer la golosina, le diera las dos.

Que los niños aguantaran o no ayudaba a hacer importantes predicciones acerca de su futuro. “Cuantos más segundos esperaban a la edad de 4 o 5 años, mayor era su puntuación en las pruebas de aptitud académica y mejor su funcionamiento social y cognitivo en la adolescencia. A edades comprendidas entre los 27 y los 32 años, aquellos que más habían esperado cuando se sometieron al test en edad preescolar tenían un índice de masa corporal más bajo, el sentimiento de su propia valía era mayor, alcanzaban sus metas con más eficacia y soportaban mejor las frustraciones y el estrés. En la madurez, los que más capaces fueron de esperar (demora larga) se caracterizaban, frente a los que no lo fueron tanto (demora corta), por mostrar en los escáneres cerebrales unas imágenes diferentes de las áreas del cerebro relacionadas con las adicciones y la obesidad”

De lo anterior se derivan cuestiones muy importantes a tener en cuenta en la educación de los hijos, que tienen repercusión a lo largo de su vida, haciéndolos más o menos felices. Por ejemplo:

  • Que los hijos tengan un horario de comidas y que se respeten. No se pica entre horas. Se come de todo.
  • Que los caprichos son para momentos muy concretos, como cumpleaños o fiestas muy especiales. Por eso son caprichos.
  • Cuando se dice no es no y no cambia a un si por una pataleta (no a la golosina de la caja del supermercado, no al columpio, no a acostarse más tarde…etc)
  • El tiempo dedicado a la televisión es limitado y no se cede….., etc.

En otra entrada, para no hacer excesivamente larga esta, tocaré las estrategias de las que habla Mischel para aumentar el autocontrol, o sea, la fuerza de voluntad.

Os dejo un vídeo de una entrevista con Mischel:




Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Tolkien:

“Donde no falta voluntad siempre hay un camino”

José Antonio de la Hoz

miércoles, 6 de julio de 2016

Planes veraniegos con tus hijos,...si resides o estás de visita en Granada


No está nada mal hacer una relación de posibles planes a realizar con tus hijos en el periodo de vacaciones. Son muchos los sitios a descubrir en tu propia ciudad o en las  vecinas más cercanas y, muchas veces, no se nos ocurren. El primer paso para realizar una actividad es planificarla y contar con un listado de alternativas facilita la labor.

Sin pensar mucho he elaborado una relación de posibles sitios a visitar y actividades a realizar en Granada con vuestros hijos, este verano o los siguientes. Como decía un sabio "descansar no es no hacer nada sino cambiar de actividad".

Pues ahí va la relación de actividades. Si os acordáis de otras, por favor hacérmelas llegar.

Deportivos

  • Piragüismo en el pantano del Cubillas
    • A 15 minutos de Granada
    • Piraguas individuales y dobles
    • Lugar: las alquilan en el restaurante Los Torres. Desconozco si se han puesto en marcha las instalaciones de la Universidad de Granada en el Pantano.
    • Niños: 7 años en adelante
  • Piragüismo en el Club Náutico del Pantano de Colomera
    • A 40 minutos de Granada
    • Piraguas, vela, tiro con arco y multiaventura
    • Lugar: el club náutico está a unos 10 minutos después de pasar el pueblo.
    • Niños: 7 años en adelante
  • Senderismo en Granada:  para niños de 7 años en adelante
    • Los Cahorros (pozas)
    • Tajos de Alhama
    • Pozas en el restaurante Maitena de Güejar Sierra
    • Excursión:  Lagunillo Misterioso , laguna de la Mosca, laguna de la Caldera, laguna Hondera, etc.
    • Laguna de Padul (avistamiento y anillamiento de pájaros)
    • Fuente del Avellano -Acequia Real de la Alhambra- Cementerio – Granada.
  • Salidas de fin de semana  o puente a parajes naturales:
    • Sierra de Cazorla (Cerrada de Utrero y Laguna de Valdeazores)
    • Nacimiento del rio Mundo
    • Garganta de la Olla (pueblo) en Cáceres (monasterio de Yuste,  Garganta del Infierno, Piornal, etc.)
    • Lagunas de Ruidera
    • Caminito del Rey
  • Área Mirlo blanco de Sierra Nevada (montaña rusa, toboganes, tirolina, bici eslalon, etc.)
  • Karts:
    • Fórmula Karting Granada en Polígono de Asegra – Peligros (Granada)
    • Karting Granada  en Purchil (Granada)

Culturales

  • Visita al Museo de San Juan de Dios en la  Casa de los Pisa
  • Visita al  Museo Sefardí  de Granada
  • Visita guiada a la Abadía del Sacromonte
  • Casas moriscas de Granada: Chapiz, Horno de Oro, Dar – al – Horra, Zafra, etc.
  • Museo de Bellas Artes en la Alhambra
  • Museo de la Alhambra (acompañado de guía gratuito los sábados)
  • Mirador de la Churra
  • Mirador de San Miguel
  • Carmen de los Mártires
  • Carmen Blanco
  • Capilla Real
  • Monasterio de San Jerónimo
  • Cartuja de Granada

Ánimo y a disfrutar.

José Antonio de la Hoz

lunes, 6 de junio de 2016

¿Tengo que prepararle la cena a mis hijos de 19 y 23 años?

Algunas semanas atrás volvía de una intensa caminata por el monte con un grupo de amigos , unos quince, en un micro bus. Estábamos realmente cansados porque habíamos subido, en un buen número de horas,  a un lugar de alta montaña. En el bus daban una cabezada la mayoría y el resto charlaban. Detrás, no muy lejos, dos madres mantenían una conversación que podíamos  oír los más cercanos. Una de las madres comentaba  que al llegar a casa se iba a duchar e iba a caer rendida en la cama; la otra se quejaba de que antes de ducharse y acostarse tendría que prepararle la cena a sus dos hijos, la mayor con 23 años y el otro con 19. Después de oír esto,  sencillamente me indigné.

La madre que debía preparar la cena es una buena profesional, responsable, diligente, culta y separada, que para ir a una excursión tiene que hacer malabarismos. Yo me hacía las siguientes preguntas: ¿no eran los hijos demasiado mayorcitos para permitir que su madre les preparase la cena?. Está claro que lo de prepararles la cena se había convertido en un hábito cultivado desde la niñez, que se mantenía por inercia pero ¿sabiendo que su madre vuelve de una actividad agotada, no pueden dar ambos dos un paso adelante y evitarle  ese sobreesfuerzo? Quizás me falte conocer la última escena en ese hogar, esa noche; quizás llegó la madre y se encontró la cena hecha, los platos limpios y su cena servida. Ojalá fuese así y me sobraría parte de lo que estoy escribiendo, quizás todo.

Cada vez estoy más convencido de que hay algunos padres que no dirigen bien el cariño a sus hijos. Algunos puede que me traten de salvaje, pero voy a poner algunos ejemplos de lo que entiendo por cariño del bueno:

  • Adrián es un antiguo alumno mío. Su madre lo enseñó desde pequeño a cocinar. Siendo ya adolescente, cuando sus padres salían un fin de semana,  él y su hermano mayor se preparaban la comida solitos, por cierto muy buena. También la preparaban algunos días de diario cuando los padres andaban apretados de horario,...además sacaban la basura, limpiaban su cuarto, etc.  Adrián no tuvo ningún problema en dar el salto a Suecia , donde lleva viviendo y trabajando más de diez años sin que se le conozca ningún trauma.
  • Felipe solucionó de raíz la pereza de su hijo al levantarse por la mañana. Una mañana, con trece años, le derramó un vaso de agua en la cara después de 5 avisos. Su hijo ya se levanta solo cuando oye el despertador y llega puntual al colegio.
  • Esta es de hace tiempo. Ahora estaría muy mal vista y podría ser motivo de despido disciplinario -enseñanza privada- , o suspensión de empleo y sueldo  -en la enseñanza pública- del protagonista. Un compañero, harto de la pereza de un alumno al levantarse, -estábamos en una actividad fuera de la ciudad durante varios días-, le pegó un tirón de la manta y lo empujó levemente hasta que salió por el otro extremo de la cama. Al final de la actividad el niño se levantaba solo y sus padres no presentaron ninguna queja, al contrario, le agradecieron que hiciera por su hijo lo que ellos eran incapaces de hacer.
  • Cuento el último caso. En este el protagonista es un conocido y prestigioso profesional a nivel nacional. Su hijo adolescente le daba problemas que intentaba corregir de la mejor manera posible. Cuando cumplió los 18 años se negaba a obedecer y cumplir normas básicas de la casa, que permitían la convivencia sana y pacífica. En varias ocasiones le decía que se iba a marchar de la casa y en una de ellas el padre le tomó la palabra, le asignó una pensión de 600 euros que tenía que administrar para mantenerse por si solo, fuera del hogar -pagar un alquiler, alimentarse y vivir- y a la madre le dijo que cuando viniera de visita a casa no le negase la entrada, le diese sus besos y cariños, pero que se fuese con las manos vacías. El hijo volvió a la casa al año con el compromiso y la aceptación de las normas de sus padres y poniéndose las pilas en los estudios. Hoy en día es un buen profesional y derrocha cariño por sus padres.


No me voy alargar describiendo el sentido y los efectos positivísimos de todo lo anterior. Ya lo he reflejado en este blog. Os remito a una de las entradas a la que podéis acceder pinchando en el siguiente enlace  http://goo.gl/5evfcQ

También hay que decir que no es necesario ser drásticos si hacemos las cosas a su tiempo y remando -los dos padres- en la misma dirección.

He encontrado dos vídeos que añaden un poco de humor al artículo y, de paso, nos ayudan a descender al detalle,  a relativizar y desdramatizar. Son estos



Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Aristóteles:

"Las raíces de la educación son amargas, pero los frutos son dulces"

José Antonio de la Hoz

martes, 31 de mayo de 2016

Llegan las notas, ¿qué hacemos?


El 22 de junio termina el curso académico 2015/16 en muchas comunidades autónomas. Uno de los últimos actos antes del comienzo de las vacaciones será la recogida del boletín de calificaciones. La mirada del hijo y de los padres se dirigirá a la última columna, la identificada como EVALUACIÓN FINAL que sintetiza los resultados obtenidos  en tres procesos de evaluación distribuidos a lo largo del año. Unos habrán superado todos los exámenes y otros no.  Pocos obtendrán muy buenas calificaciones, muchos aprobarán y aproximadamente un 27% de alumnos suspenderá alguna asignatura.

Leía hace poco una entrevista a Gregorio Luri en la que decía, entre otras cosas, que en cuarto de primaria ya se sabe quién va a fracasar en los estudios. Yo no soy Gregorio Luri, no tengo sus meritos ni su preparación, pero el fracaso escolar es reversible. Si es verdad que no se interviene adecuadamente sobre los primeros síntomas de fracaso de los hijos, por desconocimiento, dejadez o falta de tiempo de los padres. También es cierto que estamos en un país en el que "todos sabemos de todo"; digo esto porque algunos padres  resumen el fracaso escolar de sus vástagos en una o dos causas que suelen escoger de entre  las siguientes: "mi hijo no sirve", "es vago", "la culpa la tiene el colegio" o "la culpa la tienen los profesores".

Después de esta introducción cabe preguntarse, ¿Qué hacemos con un alumno que el próximo 22 de junio trae suspensos? ¿Qué pueden hacer los padres de esos alumnos? ¿Qué pueden hacer los centros educativos? ¿Qué deben hacer los propios alumnos?

Pues bien, cada caso es singular y, por tanto requerirá medidas singulares. No obstante se pueden dar unos consejos generales a los padres, a los centros educativos y a los propios alumnos. Empecemos por los primeros:

PADRES
  • Estudie con objetividad las causas del fracaso escolar de su hijo, siendo consciente de que usted - su personalidad y su forma de educar - puede ser una de ellas y nadie se lo va a decir. Evite:   el autoritarismo, la sobreprotección, el pasotismo, las humillaciones, las comparaciones, el mal ejemplo en casa (televisión por la tarde, tareas mal hechas, voces, falta de inquietudes intelectuales, desorden...)
  • Establezca un plan de acción con su hijo, consensuado por los dos padres con el asesoramiento del tutor (qué hacer para que su hijo se ponga al día, cómo crear hábitos de trabajo, cómo motivar, cómo y cuándo evaluar los progresos, qué medidas de apoyo escolar poner, repasos, etc.) 
  • No es lo mismo un suspenso puntual que varios arrastrados de cursos anteriores. No es lo mismo suspender conocimiento del medio que matemáticas o lengua. Estas últimas son materias instrumentales, necesarias para superar el resto.
  •  El trato ordinario con su hijo debe favorecer que este tenga una voluntad fuerte. Por este motivo.
    • No haga por él lo que él pueda hacer por sí mismo (ej: ordenar el cuarto, hacer la cama, poner la mesa, cambiar las sábanas, etc.)
    • Desde pequeños se les debe acostumbrar a que tengan un horario dónde está previsto la hora de acostarse y levantarse, la hora de las comidas, el tiempo de trabajo, etc.
    • Desde pequeños todos los hijos tienen encargos en casa.
  • Desde pequeños los hijos tienen metas difíciles pero asequibles y los padres dan ejemplo. Las expectativas son siempre altas pero asequibles (asistencia, puntualidad, tiempo de trabajo, etc.)
  • Los padres han de tener inquietudes intelectuales que manifiestan en actos concretos: leer el periódico o algún libro, asistir a museos, teatros u otros espacios culturales, etc.
  • Es mejor prevenir que curar. Por tal motivo es mejor estar especialmente pendientes de los hijos en los primeros años de primaria (hábito de estudio, buena base en matemáticas y lengua, controlar los deberes, etc.)
  •  Para el verano valorar la posibilidad de que asista a un internado o que disponga de un profesor de apoyo de lunes a viernes durante 1, 2 o 3 horas diarias, etc.

CENTRO EDUCATIVO
  • Poner en marcha medidas que ayuden al diagnóstico precoz del fracaso escolar.
  • Prever distintas alternativas o procesos de comunicación con los padres.
  •  Identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar una estrategia adecuada a su perfil.
  • Ofrecer refuerzo individualizado a las familias que lo necesiten (bajo rendimiento, inmigración, etc.)
  • Tener expectativas altas con todos los alumnos. Acompañar esas expectativas con un sistema de valores y medidas que favorezcan la motivación del estudiante.
  • Ser receptivos con los padres y animarlos a participar en el centro.
  • Disponer de un profesorado cercano, formado,  motivado y motivador, ejemplar y proactivo.


ALUMNOS

·         Asumir y aceptar las medidas de apoyo durante el verano y a lo largo del curso.
·         Asistir con regularidad y atención a las clases.
·         Hacer los deberes cada día.
·         Esforzarse y seguir a pesar de las dificultades .

Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Martin Seligman, padre de la psicología positiva:

"La vida pone los mismos contratiempos y tragedias sobre los optimistas y sobre los pesimistas, pero los optimistas los enfrentan mejor"

José Antonio de la Hoz

lunes, 9 de mayo de 2016

La presión del estatus familiar en la formación de los hijos


La preocupación de los padres por el futuro profesional de los hijos aparece poco después de que estos nazcan. Cuando pasan los primeros momentos de ilusión y se es consciente de que a esa personita hay que darle de comer y educarlo,  se hace presente la "presión" de ser padre - madre, aunque algunos/as confiesan cierta tensión  durante el embarazo.

Esto viene a cuento de más de una conversación mantenida  con padres de adolescentes con un horizonte profesional poco claro. Uno de los aspectos que entra en juego en la gestión de estas situaciones, de forma más o menos consciente,  es el estatus profesional y social de los padres. Que difícil resulta para algunos buenos  profesionales, que disfrutan de reconocimiento  social y profesional, tener un hijo que no va a llegar a su nivel o que, incluso, se puede quedar bastante lejos. Qué difícil resulta a los hijos de padres con prestigio aceptar un futuro profesional  uno, dos o más peldaños por debajo del disfrutado por sus progenitores.

Con la situación anteriormente descrita nos hemos encontrado todos y todos hemos visto distintas formas de resolverla; desde padres que aceptan con naturalidad, sin dramatismo, que su hijo va a ser un honesto y, por qué no, feliz funcionario del grupo C o D, hasta padres que obligan a su hijo a prepararse durante años  y años  la oposición de notaria que nunca va a sacar, cargando sobre sus espaldas un profundo y evitable "fracaso".

Es importante ser objetivo con las capacidades de los hijos para evitar hacerles un daño innecesario, poniéndoles objetivos que les resulta imposible alcanzar. También es bueno saber que los padres desempeñan un papel importante en el éxito de sus hijos en momentos muy concretos de su vida, concentrados la mayor parte de ellos en la primera infancia, en los primeros años de colegio, en la acertada corrección de los primeros problemas. El colegio también debe ayudar a los padres en esa tarea de conocer los talentos reales de sus hijos.

En cualquier caso a los hijos hay que quererlos tal y como son, con sus éxitos y fracasos, con sus virtudes y defectos.

Hace unos años conocía el caso de una familia con varios hijos, residente en una ciudad sin universidad. La mayor de las hijas terminó el bachillerato de ciencias  y sus notas no le daban para estudiar la carrera deseada, también aconsejada por el colegio. La matriculan en una universidad privada y ya cerca del final del tercer año  tiene aprobadas la mitad de asignaturas del primer curso y pocas del segundo. Contra el criterio de los padres la chica ha decidido abandonar la carrera. Las ayudas para preparar los exámenes durante su etapa escolar eran permanentes;  cuando ha tenido que enfrentarse sola a un cambio de ciudad y a la superación de exámenes sin ayuda, no ha podido. Quizás habría que haber insistido, en su momento, en el hábito de trabajo diario, en el número de horas de estudio que debería de haber echado sola para sacar los exámenes adelante y no los días anteriores al examen, con ayuda. Quizás sus dotes naturales están por debajo de las metas que directa o indirectamente le han ido planteando. Habría que estudiar el caso en profundidad.

De todas formas cabe preguntarse si esta chica es una fracasada. Yo creo que lo sería si no alcanza una meta asequible a sus actuales competencias, las que han potenciado, o no, sus padres y el centro escolar desde la infancia. Digo esto porque la inteligencia se convierte en talento, en capacidades que afloran y se quedan, con esfuerzo y dedicación.  Es esto último, la capacidad de esfuerzo mantenido, la constancia,  lo que hay que cultivar en los hijos, más que el manejo puntual de conocimientos para superar exámenes. Por otra parte se me hace difícil hablar de fracaso en una chica con 19 años a punto de cumplir los veinte. Lo único que debería preocuparle a los padres es la causa del abandono de la carrera que les ha transmitido su vástago : "No voy a matarme estudiando durante tantos años". Cuestión distinta es el juicio del entorno social de la familia, que puede ser amortiguado o acrecentado por la actitud de los padres.

Otro tema es la hija. Le cuesta trabajo aceptar "el fracaso", buscar y aceptar una opción que le suponga bajar del estatus del que ha venido disfrutando, aparecer ante su entorno más próximo como incapaz. En este caso porque no está dispuesta a un esfuerzo mantenido durante años. La realidad debe imponerse. Los padres deben hablar con su hija y esta debe aceptar la nueva situación. No hay atajos.... Las normas que ponemos a nuestros hijos cuando son pequeños, los noes a los caprichos, los horarios de estudio, de acostarse y levantarse, los límites a las horas de televisión, ...terminan por ponerse de manifiesto, tarde o temprano, en un sentido u otro.

En cualquier caso la combinación "padres exitosos e hijos con capacidades humildes" ha de ser afrontada y aceptada por los primeros, para poder ayudar adecuadamente a los segundos, sin eximirles de la constancia en el esfuerzo. Hay que poner metas difíciles pero asequibles a cada hijo, desde pequeños. Pedir opinión a los sucesivos profesores y tutores de nuestros hijos no está de más.

Termino esta breve reflexión con una frase de William Faulkner, escritor estadounidense:

"Todos fallamos en alcanzar nuestros sueños de perfección, así que nos ponemos nota sobre la base de nuestro espléndido fracaso al intentar lograr lo imposible"

José Antonio de la Hoz



jueves, 28 de abril de 2016

Diferencias y similitudes entre inteligencia y talento


José Antonio Marina es un filósofo y pensador, con muchas horas dedicadas a la investigación,  plasmadas en numerosos y exitosos  libros. Casi todos con  alguna conexión al mundo de la educación,  por el que muestra una preocupación preferente.

Estuve con él con motivo del acto de clausura de una Escuela de Padres que organicé para 30 centros educativos de Granada. En ese momento  sus apariciones en programas televisivos de cadenas nacionales eran constantes. Tengo que decir que llenó un recinto con más de 700 plazas y que los asistentes eran, en su mayoría,  miembros de AMPAS, directores, jefes de estudios, orientadores y profesores de la enseñanza pública y privada. La frase que podría resumir su conferencia es bien conocida: “Para educar hace falta toda la tribu”

Pues bien, hace poco concedía una rueda de prensa a varios periódicos con ocasión de la presentación de su último  libro. En el transcurso de la misma hace unas declaraciones muy interesantes para todo el que tenga que educar. En esta entrada trato de sintetizarlas para hacerlas más asequibles y, al final, pongo el enlace para quien quiera leerla en su integridad. Ahí va el resumen:

  • Hay que distinguir  el talento de la inteligencia. El talento está relacionado con el buen uso, el uso brillante de la inteligencia. COMENTARIO PERSONAL: son muchos los autores que defienden la idea de que todas las potencialidades de un niño no salen a flote si no se ejercitan. Dicho de otra forma, la inteligencia no es una cualidad fija sino vinculada a su ejercicio o a su inactividad.
  • En la actual sociedad del conocimiento la riqueza de las naciones está vinculada a su capacidad de producir talento.
  • La inteligencia es la capacidad de pensar, el talento es la capacidad de pensar y actuar.
  • El talento tiene que ver con la toma de decisiones y la generación de proyectos. Incluye aspectos como tener buena información, gestionar bien las emociones y tener desarrolladas las virtudes de la acción: perseverancia, valentía, tenacidad, resiliencia , etc.
  • El talento se genera después de la educación. Sin educación no hay talento. Una de las funciones de la escuela es contribuir a que se produzca un talento que de otra manera no va a aparecer. COMENTARIO PERSONAL:  el resto del entorno del niño también contribuye a ese talento: familia, barrio, amigos, medios de comunicación…, etc.
  • Para desarrollar el talento hay que incidir en dos aspectos fundamentales: la memoria y enseñar al niño a diseñar su propio cerebro.
  • Todo lo hacemos desde la memoria y son muchos los hábitos que se adquieren con ella.
  • Enseñamos a diseñar el cerebro mediante protocolos que ayuden al niño a organizar su memoria y sienta que aprende y progresa.
  • Una destreza básica es fijar la atención y los padres deben contribuir a que esto ocurra desde que el niño tiene tres años.
  • Las rutinas dan seguridad a los niños, pero para fijarlas hay que establecer límites. Si no es así los niños se sentirán muy perdidos.
  • Enseñar por proyectos ayuda al niño a sentirse capaz de hacer las cosas, a encontrar sentido a lo que hace y a motivarse cuando siente que está cerca la consecución del objetivo.
  • El poder del grupo en la adolescencia es grande, por eso en el último curso de primaria hay que primar la capacidad de independizarse de él.
José Antonio de la Hoz

miércoles, 16 de marzo de 2016

Consejos rápidos para profesores/formadores

Curioseando en el blog del profesor Javier Tourón - www.javiertouron.es - encuentro una interesante infografía que puede ser de utilidad a los profesores para mejorar sus clases. En ella recoge siete consejos que pueden ayudar a mejorar el proceso de aprendizaje y son los siguientes:

1. Utilizar el método 10:2. Por cada 10 minutos de clase, permitir que los estudiantes procesen la información y participen en la clase durante al menos 2 minutos.

2. Dar tiempo para pensar. Esperar y dar a los estudiantes 5-10 segundos para pensar después de hacerles una pregunta.

3. Darle movimiento a la clase. Incorpora movimiento a la clase, añade dinamismo, no te quedes en un sitio y harás que los estudiantes se involucren más. 

4. Acelerar el ritmo de la clase. Un ritmo rápido favorece la participación y la implicación de los estudiantes, haciendo más fácil avanzar al siguiente concepto en cada momento.

5. Dejar participar. Proporcionar frecuentes momentos de feedback para que los estudiantes participen.

6. Hacer pausas. Periódicamente hacer pausas en medio de frases para que los estudiantes las completen.

7. Método 3:2:1. Al acabar cada lección pedir a los estudiantes que apunten tres cosas que aprendieron, dos cosas interesantes y una pregunta.

Todos los consejos me parecen acertados pero aprovecho para poner mi humilde grano de arena y añadir algunos más y concretar otros. Ahí va mi aportación:

1. Usa ejemplos después de explicar un concepto.
2. En algunos temas, para facilitar la comprensión de conceptos, deja a los alumnos que realicen una lectura comprensiva previa en clase. Pídeles que apunten las palabras o ideas que no entiendan y pregúntales si las han entendido al terminar tu explicación.
3. Propon en clase la resolución de problemas de la vida real o casos prácticos donde tengan que usar los conceptos explicados. Permite primero el trabajo individual y luego en grupos.
4. Realiza preguntas de control a estudiantes de nivel medio o bajo para comprobar si se entiende lo que se está explicando.
5. Evita la rutina cambiando frecuentemente de recursos para el aprendizaje, con imaginación. Cambia la configuración de la clase, acude a sitios web relacionados con la materia, sal del colegio varias veces en el curso, invita a alguien a dar alguna clase, acude a noticias de prensa relacionadas con la materia, haz escenificaciones si la materia lo permite, etc.
6. Pon todo lo que esté de tu parte para evitar el retraso de tus alumnos menos capaces.
7. No midas el resultado de tu trabajo de forma directa. Con esfuerzo, entusiasmo, imaginación, iniciativa...el resultado siempre es positivo aunque no podamos medirlo.

Todos los profesores tienen cosas que enseñar y aprender. Te invito a que añadas alguna aportación que enriquezca esta entrada, por los medios que permite blogger (comentarios a esta entrada).

Antes de terminar quiero recordar una entrada anterior de este blog que puede ser un buen complemento y a la que se accede en este enlace http://goo.gl/K7fDXZ

Termino como siempre con una frase , en esta ocasión de Aristóteles: "No hay que empezar siempre por la noción primera de las cosas, sino por aquello que puede facilitar el aprendizaje"

José Antonio de la Hoz



jueves, 28 de enero de 2016

¿Cómo pueden colaborar madres, padres y centro educativo? ¿Qué efectos positivos se derivan?

Me pongo a buscar un tema para elaborar una nueva entrada para este blog y como conservo muy buen recuerdo de  Raquel Amaya Martínez, profesora del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo, busco un nuevo artículo suyo en la red. Encuentro uno sobre “Fracaso y abandono escolar en Educación Secundaria Obligatoria (ESO)”. Es largo y difícil de resumir, pero voy viendo trozos muy interesantes y atractivos por si mismos. La colaboración entre padres y centro educativo es interesantísima para la mejora de la eficacia de la educación de nuestros niños y disponer de un catálogo de puntos en los que ambos puedan colaborar les ayudará a que piensen y  establezcan  objetivos que incidan positivamente en la vida del centro y, por tanto, en la labor de sus padres. Pues de este artículo saco este  entrecomillado que ayudará, sin duda, a lo dicho anteriormente.

"Las áreas de cooperación entre los padres y madres  con el centro educativo han sido definidas, entre otros, por Epstein, Coates, Clark y Simon en 1997 y son las siguientes:

Área 1: El centro como fuente de ayuda a las familias. Se incluyen en esta categoría las tutorías para padres y madres, la información sobre recursos educativos y personales que existen en el centro, la creación de escuelas de padres y madres, información sobre el proyecto educativo de centro, planes de asignaturas, horarios, etc.

Área 2: La familia como fuente de ayuda al centro. Esta área comprende, entre otras, actividades que permiten a la familia proporcionar al profesorado información sobre el desarrollo físico, afectivo, social y/o motivacional de sus hijos, datos con los que se pueden efectuar diagnósticos paliativos o preventivos  de bajos rendimientos, problemas conductuales, etc.

Área 3:  Colaboración de los padres y madres en el centro. Los aspectos de la vida del centro en los que se manifiestan son las actividades extraescolares, , celebraciones en los centros, viajes de fin de curso, visitas culturales, etc.

Área 4: Implicación de los padres y madres en las actividades de aprendizaje de sus hijos en casa.  Se considera aquí las consultas de la familia al profesorado sobre la marcha académica de sus hijos, la orientación sobre los hábitos de estudio a seguir por los hijos en casa, el apoyo diario en los estudios (revisión de libretas, preguntar lecciones, proporcionar explicaciones, , consultas bibliográficas), etc.

Área 5: Participación de los padres y madres en los órganos de gestión y decisión del centro.  Dentro de éste área se incluye la asistencia de representantes de padres y madres al consejo escolar o a otras reuniones del centro, la pertenencia a las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, etc.

Área 6: Conexión y coordinación del centro con otras entidades comunitarias.  Esta colaboración es necesaria para complementar la oferta educativa de los centros en materias transversales como educación para la salud, prevención del consumo de drogas, educación vial.

Los efectos positivos de la implementación de estas áreas en los centros educativos serían los siguientes:
  • Efectos en el alumnado: Incremento del rendimiento escolar, del nivel intelectual, de las competencias lingüísticas, de la mejora ante el estudio y mejora de los comportamientos.
  • Efectos en la familia: Elevación de las expectativas educativas y profesionales de los padres hacia los hijos e intento de progresar culturalmente para ofrecerles ayuda de más calidad. También se destaca una mejor actitud hacia el profesorado  y mayor implicación en la organización y realización de iniciativas que promueve el centro. Las investigaciones realizadas por Martínez González (1992, 1994 y 2000) han constatado que son las madres, más que los padres, quienes participan en las actividades de colaboración en los centros.
  • Efectos en el profesorado: Mejoran sus actitudes hacia las familias y la frecuencia y calidad de los contactos con éstas. Incrementan la motivación para ejercer su labor educativa con los alumnos."
    Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Karl A. Meninger, famoso psiquiatra estadounidense:
      "Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad."

    José Antonio de la Hoz




lunes, 11 de enero de 2016

Gregorio Luri:en cuarto de primaria se sabe quien va a fracasar

La filosofía ayuda a pensar y despierta el pensamiento crítico pero siempre que leo a un filósofo lo hago con cierta aprensión, porque algunas de sus ideas  han sido el origen de conocidas y sonadas tragedias de la humanidad. Millones de seres humanos a lo largo de la historia han sido perseguidos, maltratados,  despreciados, discriminados o asesinados como consecuencia práctica  de la obra de algún filósofo. Con esto no quiero provocar ninguna aversión  ni menospreciar todo lo positivo de  los filósofos y la filosofía, que es mucho, sino avisar de que hay que acercarse a este campo con cierta madurez intelectual.

Dicho esto, leo  una entrevista a Gregorio Luri, profesor y filósofo, en el siguiente enlace http://goo.gl/PCHuSD . Hay afirmaciones suyas  con las que no estoy de acuerdo y otras con las que me identifico. Voy a hacer un resumen de estas últimas y aludiré a algunos datos curiosos que menciona.

Para poner en antecedentes Gregorio era un niño pobre – en eso coincidimos -, que nació en Navarra en 1955  y que recibió cariño y buenas enseñanzas de sus padres. Lo digo porque habla bien de ellos y por algunas de las ideas que le transmitieron –siguiendo su propio relato-, como el “amor por el trabajo bien hecho” o “huir de las excusas, que infectan el alma”

Habla en la entrevista de una doble diferencia entre los niños ricos y los niños pobres. Por una parte “a los niños ricos le  refuerzan en casa lo que aprenden en la escuela, mientras que para los pobres hay muchas cosas que o las aprenden en la escuela o no la aprenden en ninguna parte”. Lleva mucha razón y estoy de acuerdo en que hay que suplir de alguna forma estas carencias, pero me llega un titular de hoy mismo con unas palabras Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada, que me hacen pensar que la cosa se está igualando en lo negativo. Dice así el titular: “El gitanillo robagallinas es pasado. Cada vez hay más “niños bien” delincuentes”. Unos y otros necesitan ayuda, en ambos casos hay que suplir carencias de los padres que afectan al conjunto de la sociedad. No hay que quitar a unos para darles a los otros; en educación hay que darles a los dos porque nos jugamos mucho todos.

Abundando en esta primera diferencia aporta una serie de datos que son interesantes y que resumo a continuación:
  • Un niño culturalmente rico escucha un promedio de 2160 palabras por hora, mientras que el niño pobre apenas llega a las 620.
  • El momento crítico para los niños es tercero de primaria donde  pasan de aprender a leer a aprender leyendo. Los que mejor leen más aprenden y las diferencias iniciales se incrementan. En cuarto de primaria se puede identificar a los niños que fracasarán académicamente.
  • La segunda diferencia entre niños ricos y pobres a la que alude es la “agenda”. Para encontrar trabajo no es lo mismo la agenda de un padre rico que la agenda de un padre pobre. En esto estoy totalmente de acuerdo, por eso debemos plantearnos que herramientas creamos para favorecer la movilidad social, sabiendo que todos no pueden estar arriba, pero tampoco es sano que estén siempre los mismos sino los más capaces, evitando dejar talentos por el camino por falta de medios o  por carencias de su contexto inmediato.
  • Abundando en lo anterior afirma Luri que “a los niños pobres hay que ofrecerle nuestro respeto y no nuestra lástima. Por eso hay que decirles que no existe alternativa pedagógica a los codos”. Llenar a los pobres de subvenciones sin más no es lo adecuado; terminan haciendo lo mismo que el niño rico al que le dan muchos caprichos: no valoran lo que reciben. Cuando se da una subvención hay que exigir responsabilidades por su uso o desuso, de la forma más adecuada, pero hay que exigirlas. He gestionado programas públicos con discriminación positiva en favor de niños con necesidades que quedaron cuasi desiertos. Hay que enfocar bien estos programas, con sentido común, huyendo de programas generalistas,  pero hay que exigir responsabilidades dejando al margen la lástima sin más.

Hace Luri una aportación para manejar las diferencias culturales familiares que me parece interesante, pero como todo, habría que comprobar en la práctica su eficacia. Señala tres acciones: mejores profesores, más horas de escuela y una instrucción lineal (creo que esto último consiste en plantearle al niño un problema , la información para resolverlo y la comprobación de la exactitud de la respuesta. Algo parecido a lo que se hace en la formación on line y la mayor parte de los juegos educativos por ordenador).

Para no extenderme en exceso, termino con una selección de ideas del profesor Luri que me parecen interesantes, sin añadir comentario alguno:

“El mérito antiguo tenía que ver con la información que manejaba una persona; hoy, cuando la información es cada vez más asequible, lo valioso es lo más escaso y lo más escaso es la atención y la capacidad para identificar, buscar y ordenar la información valiosa, es decir, el criterio”
“El ignorante no tiene interés por lo que ignora porque no sabe ni que lo ignora, mientras que cuanto más sabemos de algo, más interés le descubrimos, más fácil aprendemos cosas nuevas y con más placer lo comunicamos.”
“Los grandes hombres comparten una característica un poco deprimente: todos trabajan mucho.”
“La idea de que la educación ha de desarrollar todas las capacidades del niño sólo pudo nacer entre pedagogos sin hijos que nunca impartieron clases a adolescentes. Hay muchas potencialidades que deben reprimirse: el robo, la mentira, la laxitud, etc.”
“Eso que llamamos cultura es posible porque somos capaces de abrir un espacio para la reflexión entre la aparición de un deseo y su satisfacción. Los deseos son caprichosos y se despiertan sin pedir permiso en cualquier parte. Yo defiendo el poder educativo de la frustración, que es la represión que es capaz de ejercer un pastelero sobre sí mismo para no comerse los ingredientes mientras hace un pastel.”
“Eso que llamamos educar hay que tomárselo con mucha humildad. Podemos colaborar en el desarrollo de nuestros hijos y, sobre todo, evitar ciertos errores de bulto, pero la vida de nuestros hijos nunca está dúctilmente presente ante nuestras manos
“Yo defiendo la introducción de dos nuevos artículos en los derechos del niño: "Todo niño tiene derecho a tener unos padres imperfectos» y «Todo niño tiene derecho a tener unos padres tranquilos".
Educamos por impregnación. El órgano educativo de nuestro hijo es el ojo, no el oído. Y la impregnación es más eficaz cuando no sabemos que estamos educando, cuando nos comportamos espontáneamente, cuando mejor se exhiben nuestras convicciones morales”
“Hay cuestiones escolares que tienen que ver más con los derechos civiles de una ciudadanía adulta en una sociedad liberal que con las opiniones de los pedagogos. La educación diferenciada o la educación en casa son dos ejemplos. Si el ciudadano propietario está convencido de que nadie puede imponerle una ideología política, una religión, una orientación sexual o estética, un modelo familiar, etc., ¿por qué ha de confiar la educación de sus hijos al Estado?”
“La educación del carácter es esencial en la tradición pedagógica británica y no se puede decir que les haya ido mal. Se ha llegado a decir que las guerras mundiales las ganaron los británicos en los campos de deporte de Eton.”
Pues para terminar invitaros a pensar en todo lo recogido en esta entrada y a concretar uno o dos puntos de mejora.
José Antonio de la Hoz

viernes, 8 de enero de 2016

Por qué es importante la práctica para adquirir conocimientos y habilidades permanentes



Un estudiante atiende y codifica solo una pequeña parte de los estímulos que recibe de su entorno, reteniendo lo aprendido inicialmente en la memoria de trabajo o a corto plazo, llamada así porque almacena conocimientos de forma temporal y finita.

Para que lo almacenado en la memoria a corto plazo permanezca en el individuo más tiempo, tiene  que transferirse a la memoria a largo plazo, donde almacenamos conocimientos durante más tiempo (décadas).  Esa transferencia se produce usando diversas estrategias y la actividad práctica es clave en el proceso.

En el aprendizaje influyen elementos como la inteligencia y la motivación, entre otros, pero el ensayo y la práctica son necesarios, y en muchos individuos suficiente, para que  se produzca.

Con el ensayo y la práctica deliberada el aprendizaje mejora en, al menos, los siguientes aspectos:
  • Aumentan las probabilidades de que lo que se aprende sea a largo plazo y recuperable.
  • Aumenta la capacidad del estudiante de aplicar elementos de conocimiento de manera automática y sin reflexión previa.
  • Se automatizan las habilidades, permitiendo al estudiante usar lo aprendido para acceder a tareas más exigentes.
  • Aumenta la transferencia de destrezas ejercitadas a problemas nuevos y más complejos.
  • El estudiante entra en un proceso de mejora permanente que, junto a otras ventajas obtenidas,  alimenta la motivación para seguir aprendiendo.

Por todo lo anterior es importante que los padres refuercen en sus hijos el proceso de aprendizaje y adquisición de habilidades con, entre otras, estas actitudes:
  • Poner a los hijos a realizar  tareas de aprendizaje desde pequeños, a una hora fija y en un lugar distinto al que habitualmente frecuentan. En las edades más tempranas se acudirá al juego como estrategia (emborronar papeles con lápices de colores, juegos educativos, etc.)
  • Los pequeños encargos en casa, que se van complicando con el tiempo, ayudan a adquirir habilidades y destrezas. En el proceso de aprendizaje se valora el esfuerzo y se quita importancia al error.
  • Para que el ensayo y la práctica se produzca, de forma más o menos efectiva, es necesaria la fuerza de voluntad. Esta habilidad no se improvisa y hay que cultivarla permanentemente.
  • Cuidado con los “hijos inteligentes”, que son aquellos que con poco esfuerzo sacan buenas notas. En algún momento esto deja de producirse y es necesario que acudan al ensayo y la práctica durante más tiempo del que dedicaban, pero sin la fuerza de voluntad necesaria.
  • Es necesario que los padres estén más pendientes de sus hijos en la adquisición de los primeros conocimientos y habilidades instrumentales, en la educación infantil y primaria. Son necesarios unos buenos cimientos donde poder construir.
  • Cuidado con la comunicación padres – hijos. En los primeros años de vida – y siempre -, hay que evitar los juicios peyorativos y humillantes, del tipo “eres tonto, inútil, incapaz, no sirves para nada…”, que inciden en la motivación presente y futura para trabajar. 
  • Es difícil que los hijos realicen actividades encaminadas a aprender si los padres no realizan ninguna (leer periódicamente un libro, aprender a realizar tareas distintas de las habituales, ir a una biblioteca, ir al zoo, etc.)


Termino, como siempre, con una frase. En esta ocasión de Roger Schank, que ha sido profesor e investigador en instituciones tan prestigiosas como la Universidad de Stanford, la Universidad de Yale o la Universidad Carnegie Mellon en campos como la psicología y las ciencias de la computación:

“Aprendemos cuando hacemos las cosas. No cuando nos las explican”

José Antonio de la Hoz

Fuentes: elaboración propia y  "American Psychological Association"