Salir de casa en periodo de vacaciones, alejarse durante
unos días de la comprensión y el celo amoroso de madres y padres,…es una
experiencia educativa inigualable para nuestros hijos. Yo diría que es un
requisito imprescindible en su camino hacia la madurez. También ayuda a
descongestionar un poco la casa, descargando de tareas a los sufridos progenitores…., y podríamos añadir una página
más de ventajas para madres, padres, hijos…y sociedad en general, porque toda
mejora individual repercute en el conjunto.
Las próximas entradas las voy a
dedicar a distintas alternativas de vacaciones formativas para hijos/as. En
esta comienzo por los CAMPAMENTOS
- Recomendables por:
- El contacto con la naturaleza siempre es
positivo. Ayuda a calmar los malos instintos, relaja el estrés, potencia el
ejercicio físico, etc. El que se enamora de la naturaleza se aleja de muchas tonterías.
- Se realizan muchas actividades en equipo, que
ayudan a pulir el carácter de los participantes.
- Este tipo de actividades son anticipos de lo que
será la vida real cuando salgan del hogar familiar, aunque en un entorno de
ocio. Pero el contacto con extraños les ayuda a desarrollar habilidades sociales
y emocionales. También les ayuda a conocerse y a superarse.
- Pueden reforzar algunos aspectos relacionados con la propia autonomía como ordenar el cuarto, poner y retirar la mesa, cumplir normas, etc.
- No hay que preocuparse si en el transcurso de la
actividad hay algún roce moderado con otros asistentes. Es la vida misma. Es
bueno que comiencen a gestionar bien los conflictos lejos de papa y mama,
aunque guiándose de sus valores y consejos.
- Uno de los objetivos a conseguir en la educación
de los hijos es que sean libres, autónomos y responsables, lo antes posible. Para
esto, los momentos de separación del hijo y los padres ayudan mucho
- Edad para asistir al primer campamento: depende
de cada niño/a, pero en torno a los 10-11 años.
- Recomendaciones:
- Mejor los campamentos de larga tradición a los
recientes. Mejor los campamentos vinculados a una institución privada que a una
pública. Personalmente soy más partidario de los campamentos separados por
sexos, desde el punto de vista educativo. Unos y otras disfrutan más y aprenden
más. También soy más partidario de los campamentos de montaña.
- Conocer el tipo de actividades que se van a
realizar. No es lo mismo jugar un partido de fútbol que tirarse por una
tirolina o hacer descensos de barrancos.
- Hay que asegurarse de que la actividad esté
asegurada y de las coberturas, sobre todo de desplazamiento y sanitarias.
- Es bueno conocer al responsable de la actividad y,
si es posible, a los monitores. Un aspecto clave son los años de experiencia de
uno y otros.
- Debemos conocer las instalaciones, sobre todo
dónde duermen y qué comen. El sueño y la comida son fundamentales para que todo
vaya mejor. Es importante que los responsables controlen las horas de sueño.
- Tener constancia de que la cobertura médica está
bien resuelta. Casi todas las Comunidades Autónomas exigen la presencia
permanente de un médico en las instalaciones.
- Si el campamento dura más de 7 días se puede
estudiar la posibilidad de hacer una visita para ver cómo van las cosas.
Algunos campamentos contemplan un día de convivencia con las familias.
- Llamar por teléfono al niño/a lo menos posible.
La primera vez pasados al menos 3 días. A algunos/as les cuesta adaptarse…,
sobre todo si no han salido de casa nunca…, por eso, si confiamos en los
responsables del campamento, mejor llamar poco o no llamar.
- Si no lo pedía la ficha de inscripción, es bueno
dejar un teléfono de contacto y pedírselo al responsable, con el compromiso de
que solo se use en caso de posibles urgencias.
Material:
- No llevar: navajas, machetes, cuchillos u
objetos punzantes
- Dinero: el estrictamente necesario, sobre todo
si no hay una persona que lleve un control de caja
- Llevar: gorra para el sol, protector solar,
crema antimosquitos, instrucciones por escrito
sobre dispensación de medicamentos o incompatibilidades alimentarias, ropa y
calzado adecuado con las suficientes mudas, bolsa de ropa sucia, cantimplora y todo lo que recomienden los
organizadores. La ropa, mejor si está marcada con iniciales.
Posibles lugares:
- Recuerdo con mucho cariño los campamentos que
realicé en la Sierra de Cazorla, en Jaén.
Disfruté de agua, flora, fauna y buena compañía.
- Tengo buenas referencias de campamentos
realizados en la Sierra Norte de Sevilla y en el Parque Nacional de Ordesa y
Monte Perdido.
José Antonio de la Hoz
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